¿Por qué el Atlante es el “equipo del pueblo”? Esta es la historia detrás del club que busca regresar a Primera División

El Atlante, uno de los clubes con mayor tradición y arraigo en el futbol mexicano, podría estar cerca de regresar a la Primera División tras casi 12 años en la Liga de Expansión.

Aunque no forma parte del grupo de “equipos grandes”, su historia, origen y conexión social lo han convertido en uno de los emblemas más queridos del balompié nacional.

¿De dónde surge el apodo “el equipo del pueblo”?

Los orígenes del Atlante se remontan a 1916, cuando fue fundado por obreros y comerciantes de barrios populares de la Ciudad de México. Desde sus primeros años, el equipo fue administrado por trabajadores de la colonia Roma, quienes recurrieron a jugadores de origen humilde para sostener al club.

Esa identidad —pegada a la clase obrera y al esfuerzo colectivo— se mantuvo intacta durante más de un siglo, pese a los múltiples cambios de sede. La afición capitalina adoptó al Atlante como el club que representaba sus valores, su estilo de vida y su propio origen.

Esa conexión social hizo que, incluso décadas después, siguiera siendo reconocido como “el equipo del pueblo”, un apodo que reivindica sus raíces populares.

¿Por qué el Atlante fue llamado primero “Los Prietitos”?

Antes de convertirse en el “equipo del pueblo”, el Atlante fue conocido como “Los Prietitos”, un apodo que surgió en sus primeros años debido a la tez morena de muchos de sus jugadores, quienes provenían de colonias y barrios humildes.

Lejos de ser un mote despectivo dentro del contexto de la época, los mismos integrantes del equipo lo adoptaron como un orgullo: representaba autenticidad, identidad y cercanía con la afición trabajadora que se veía reflejada en los jugadores.

Ese vínculo permitió que el club se popularizara rápidamente en la Ciudad de México y en otras regiones del país.

¿Cómo nació el apodo “Potros de Hierro”?

El segundo sobrenombre, hoy el más característico del Atlante, surgió en la década de 1940. Un cronista deportivo describió al equipo como uno que “venía desbocado al ataque”, comparándolo con un potro indomable por su estilo ofensivo, dinámico y aguerrido.

Posteriormente, se añadió el término “de Hierro” para subrayar la fortaleza, la tenacidad y el espíritu combativo del conjunto azulgrana en la cancha.

Así nació el emblemático apodo “Los Potros de Hierro”, que con el paso del tiempo se convirtió en una marca inconfundible del club.