Santiago Márquez, hijo de Rafa Márquez, anuncia su retiro del futbol a los 22 años: estas son las razones
A sus 22 años, Santiago Márquez, hijo del exfutbolista Rafa Márquez y Adriana Lavat, sorprende al anunciar su retiro del futbol.

Santiago, hijo de Rafa Marquez se retira a los 22 años
/Foto-Ig: santirmarquez
Con apenas 22 años, Santiago Márquez, hijo del emblemático exfutbolista mexicano Rafa Márquez y la actriz Adriana Lavat, ha decidido dar un paso contundente en su vida: retirarse del futbol profesional. La noticia sorprendió a muchos de sus seguidores, no solo por su juventud, sino por el linaje futbolístico que lo respalda. Santiago, quien creció entre balones y estadios, compartió un emotivo mensaje en sus redes sociales en el que explicó los motivos de esta decisión, que va más allá de lo deportivo. Su renuncia, reflexiva y madura, abrió una conversación sobre las presiones del futbol profesional, la carga emocional de seguir los pasos de un padre legendario y el valor de elegir un nuevo camino cuando los sueños se transforman.
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¿Qué motivó la decisión de Santiago de dejar el futbol?
“Después de mucho pensar y de hablar con mi familia, decido despedirme del futbol”, escribió Santiago Márquez en su cuenta de Instagram el pasado lunes 26 de mayo. Con estas palabras, el joven reveló que su vínculo con el futbol, aunque entrañable y lleno de aspiraciones desde la infancia, ya no le ofrecía la motivación ni la plenitud que alguna vez le dio. Si bien formó parte de las fuerzas básicas de equipos como Atlas y Necaxa, el sueño de llegar a primera división o jugar en Europa fue poco a poco perdiendo brillo ante una realidad más compleja de lo que imaginó.
Santiago admitió en su mensaje que la industria del futbol no siempre es justa ni fácil. “Muchos tienen la suerte de tocar los puntos altos del futbol, pero aún más personas son desilusionados y decepcionados por este deporte”. Su reflexión no solo apunta a las dificultades propias de competir al más alto nivel, sino también a las decisiones que no dependen del jugador y a las estructuras internas que, lejos de impulsarlos, muchas veces terminan por agotar emocional y mentalmente a los jóvenes talentos.
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¿Qué papel jugaron su familia y su linaje futbolístico en este proceso?
Ser hijo de uno de los jugadores más importantes en la historia del futbol mexicano como Rafa Márquez no es poca cosa. Santiago lo reconoce en su mensaje, en el que llama a su padre “mi maestro, mi entrenador, mi compañero de equipo”, y agradece haberlo tenido como ejemplo y apoyo. Desde muy pequeño, Santiago vivió de cerca la exigencia y la pasión del futbol profesional. Nació en Mónaco, cuando su padre jugaba para el AS Mónaco, y ha crecido en un entorno profundamente ligado al deporte.
Sin embargo, el joven también dejó claro que sus decisiones no fueron tomadas a la ligera ni de manera impulsiva. Su madre, Adriana Lavat, fue un pilar fundamental en este proceso. Santiago la describió como su “fan número uno” y el “motor que me hizo esforzarme hasta el último momento”, palabras que evidencian el amor y el apoyo que encontró en ella mientras luchaba por alcanzar sus sueños.
Además, hizo mención especial a su hermana Rafaela, a quien agradeció por haberlo acompañado durante su recorrido, y al resto de su familia, con quienes compartió cada paso del proceso de despedirse del futbol. Este entorno íntimo fue clave para que Santiago pudiera tomar una decisión tan importante desde un lugar de afecto y contención.
¿Qué mensaje deja Santiago a otros jóvenes futbolistas?
La historia de Santiago Márquez va más allá del ámbito deportivo. Su decisión representa un ejemplo de valentía y de autoescucha para muchos jóvenes que, como él, enfrentan las presiones de un camino que a veces parece predestinado. En su mensaje, Santiago enfatiza que ser futbolista “siempre fue el sueño principal”, pero que las ganas de conquistar ese objetivo fueron desvaneciéndose con el tiempo. Reconocer que un sueño cambió, y atreverse a tomar otro rumbo, no es signo de fracaso, sino de madurez.
Al agradecer al futbol por todo lo que le dio, Santiago también cierra una etapa con gratitud, no con rencor. Reconoce que el deporte formó su carácter, lo hizo quien es y que, aunque ya no lo practique profesionalmente, “siempre correrá en su sangre”.
Su caso invita a una reflexión más profunda sobre el costo emocional de las carreras deportivas desde edades tempranas, las expectativas depositadas en los hijos de figuras públicas y la necesidad de mirar más allá del éxito profesional para encontrar el bienestar personal.
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