Comunidad LGBT+: los partidos políticos han fallado en la CDMX

¿Cómo es ser gay y vivir en la Ciudad de México (CDMX)? Alaín Pinzón tiene muchas respuestas para esta pregunta. El activista dice que vivir en la capital es enfrentar discriminación laboral y un limitado acceso a la seguridad social. Es salir a la calle con el temor de ser agredido. Es viajar en el último vagón del Metro con el riesgo de ser retenido por la propia policía.

“Si tú me preguntas cómo es ser un homosexual viviendo con VIH en Iztapalapa, en muchos días es muy complicado y en muchos otros días ni siquiera quieres vivir aquí”, señala.

El director de la organización VIHve Libre reconoce que en los primeros tres años del gobierno de la morenista Claudia Sheinbaum hubo avances en la atención de la salud de la comunidad LGBT, pero ahora, justo a la mitad de su mandato, aún quedan varios temas por resolver. Por ejemplo, el acceso a la justicia en los crímenes de odio y la aprobación de leyes atoradas en el Congreso local, como la referente a los derechos de niñas y niños trans.

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Algunas cifras muestran por qué esas legislaciones son relevantes. El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT indica que entre el 2019 y 2021 se han registrado 12 asesinatos en la CDMX. Mientras la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revela que la orientación sexual es percibida como el tercer motivo de discriminación en la región donde se ubica la capital.

‘Los partidos no tienen estrellita’

El actual gobierno de la CDMX ha utilizado el lema “ciudad de derechos”, aunque el eslogan pierde sentido para algunos integrantes de la comunidad LGBT+. “Vivimos en una ciudad de simulación. En una ciudad de derechos no se criminaliza a las personas que viven con VIH, en una ciudad de derechos no tendríamos que hablar sobre por qué no hay debida diligencia en las carpetas de investigación de crímenes de odio”, dice Pinzón.

El descontento de la sociedad civil no solo es con el actual gobierno de Morena. Antes del partido de Sheinbaum gobernó el Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que los activistas le reconocen principalmente la aprobación del matrimonio igualitario y la adopción homoparental, pero también dejó pendientes otros temas.

Después de las elecciones del pasado 6 de junio, el Partido Acción Nacional (PAN) quedó a cargo de cinco alcaldías y amplió su presencia en el Congreso de la CDMX. La mayor participación del partido blanquiazul, que en su plataforma política no contempla a la comunidad LGBT+, generó un debate en redes sociales sobre el riesgo de que hubiera retrocesos en los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género.

El politólogo del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) Fernando Dworak descarta que esto vaya a suceder en automático. “Si el PAN cree que esta votación fue un apoyo a sus políticas y no un voto de rechazo y se lanza contra esta agenda, estaría gastando su pólvora en infiernillos. Entiendo que el PAN no apoya esta causa, pero eso no significa que vaya a lanzarse contra esta agenda”.

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La nueva conformación política de la capital ha sido un tema discutido por la sociedad civil, aunque Mauricio Ayala, integrante de la Coalición Mexicana LGBTI+, sostiene que si bien es preocupante que partidos considerados “conservadores” amplíen su influencia en la escena política, los grupos más progresistas tampoco han respaldado al 100% su agenda.

“En varios estados, los gobiernos de izquierda no han sido nuestros aliados”, señala Ayala, quien coincide en que la tipificación de los crímenes de odio es el tema pendiente más urgente que se tiene en la capital.

El desencanto con los partidos políticos en la capital viene apegado a una falta de propuestas para mejorar las condiciones de vida de la comunidad LGBT+. Detrás de las políticas públicas y los derechos garantizados, dicen los activistas, ha estado el impulso y el trabajo de la sociedad civil.

“No hay que ponerle la estrellita a los partidos políticos porque la sociedad civil es la que ha impulsado nuestros derechos“, menciona Valentina Thelema, activista e integrante de la organización ProDiana.

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En la CDMX, la última legislación aplaudida por la comunidad LGBT+ fue la prohibición de las terapias de conversión, en julio de 2020. Se trata de sesiones psicológicas, psiquiátricas o cualquier método que tenga como objetivo menoscabar la identidad de género y sexual de las personas. Estos actos ahora se sentencian con dos a cinco años de cárcel.

La aprobación de la iniciativa para castigar las terapias de conversión tuvo el impulso de la sociedad civil y Valentina Thelema asevera que las organizaciones civiles, así como la población en general, deben estar pendientes de que los partidos políticos cumplan su labor de garantizar los derechos de todas las personas por igual.

Esta legislación, por cierto, recibió el abierto rechazo del PAN y del extinto Partido Encuentro Social (PES), ambos partidos asociados con posturas conservadoras y antiderechos. De los nueve votos que recibió en contra, seis fueron de legisladores del blanquiazul y uno más del PES, así como uno del PRI y uno de Morena. Hubo cinco abstenciones, tres de ellas de Acción Nacional y dos del tricolor.

“Estamos muy vigilantes, tenemos muchos ojos para vigilar que no seamos un botín político“, concluye Thelema.