La N no es de Netflix, es de No más racismo, el llamado de Poder Prieto

Poder Prieto, un colectivo formado por actores, actrices, guionistas, directores, periodistas y más personas, lanzó esta semana un llamado a las principales plataformas de streaming con presencia en México como Netflix, HBO Max y Amazon Prime para que dejen de perpetuar la representación de la blanquitud como un estado aspiracional en un país donde la gran mayoría de la población es de piel morena, de origen indígena, mestizos, afrodescendientes y de otros fenotipos.

En la televisión y las producciones de cine y de entretenimiento en México pareciera que en este país solo hay personas blancas; y las menos, las que son morenas, representan a quienes son pobres, delincuentes, son mecánicos o trabajadoras del hogar.

Netflix lanzó este mes una campaña bajo el lema “¿Qué drama? con N de Netflix” para introducir a las audiencias un paquete de melodramas que forman parte de su oferta de contenidos producidos para Latinoamérica. En la gran mayoría, los personajes principales son hombres y mujeres de tez blanca. Y esta fue la reacción del movimiento.

Alberto Juárez, actor, docente e integrante del colectivo Poder Prieto, explicó que la representación en la publicidad, el cine y la televisión debe ir de acuerdo con la realidad del país y sin estigmatizar a las personas por su tono de piel.

“Qué tremendo que un país que tiene el 80% de población de piel morena, con un fenotipo mucho más cercano al del indígena, al del afrodescendiente, vea estas historias en las que se perpetúan estos estigmas en las que todo lo que se aspira y todo lo que es digno de aspiración y de admiración es lo blanco, el fenotipo eurocéntrico, la forma de entender el mundo de la blanquitud y todo lo que es digno de ser criminalizado es lo que tiene que ver con lo que se parece más al indígena, con la afrodescendencia”, comentó en entrevista.

Desde Poder Prieto, dijo, el llamado no es solo a Netflix sino a las principales empresas de streaming como HBO Max y Amazon para que dejen de perpetuar los estereotipos que preservaron los medios tradicionales y que contribuyeron a mantener el racismo en un país con altos niveles de desigualdad.

“Están las encuestas que hablan solas: a mayor melanina, a mayor oscura tu piel, más complicado se te vuelve el camino, más complicado se te vuelve el acceso a una educación universitaria, el acceso a derechos básicos como el derecho a la salud, a una vivienda digna, al agua. Está medido”, afirmó.

Como actores y actrices que han vivido la violencia en los castings por su apariencia física, decidieron llevar la conversación de lo privado a lo publico.

“Es lo que está haciendo increíblemente bien Poder Prieto: empezar a llevar estas discusiones, que, como actores, es evidente que te cierran la puerta en las narices porque te dicen ‘no das el perfil’ y no hay otra razón para que no des el perfil más que el que seas moreno. Esa discusión es evidente para nosotros porque lo vivimos todos los días. Y eso no es normal”, reclamó Juárez.

En la misma conversación con el actor, la periodista independiente Carolina Hernández, aliada de Poder Prieto, comentó que la idea de la campaña N de No al racismo surge de lo absurdo que resulta que la población no es representada como realmente es.

“(En las historias de medios electrónicos) el güerito y la güerita son los dueños de la casa y a los que aspiramos a conquistar y los morenitos resultan ser la señora de la limpieza, el delincuente o, en el mejor de los casos, el carpintero y de ahí para abajo”, comentó.

Hernández aclaró que no se trata de excluir la representación de las personas blancas sino de incluir la diversidad que tiene México en la misma proporción que en la realidad. Destacó que es importante poner el tema sobre la mesa y discutir sobre ello.

“Esto hace 10 años no estaba en la conversación”, señaló. “Ya levantamos la mano ¡Eh!, aquí estamos. ¡Eh!, somos un montón y somos bien revoltosos. Entonces no nos van a callar.”

La transfobia ligada al racismo

La periodista trans Láurel Miranda comentó que la transfobia también está ligada al racismo y ese fue un punto en el que coincidió con el movimiento Poder Prieto hace unos meses.

“A mí me hicieron llegar un casting en donde se pedía a una mujer trans para interpretar a un exnarcotraficante, o sea, me pareció sumamente problemático esto porque se trataba de una persona que se había dedicado al narco y que hace la transición de género para escapar de esta situación, ¿sabes? No lo podía creer porque terminaba haciendo una narrativa que iba a contribuir con el estigma en contra de las personas trans”, comentó.

Desde su perspectiva, el tema proviene también de “quiénes están creando las historias, quiénes están creando los guiones, quiénes están haciendo los casting y ahí también debería incidir la voz de personas racializadas, de personas trans, personas de orientaciones sexuales distintas”.

El tipo de casting al que fue invitada para representar a una persona trans como un antiguo narcotraficante que busca evadir la ley le hace pensar a Miranda que las historias “siguen siendo creadas por voces de hombre cisgénero, heterosexuales o personas blancas en general”, dijo. “Claramente nos habla de que no están considerando las experiencias trans porque nosotras les diríamos inmediatamente: ‘No, es que no va por ahí. Está bien que quieras dar visibilidad a las personas trans, pero lo estás haciendo una forma estigmatizante‘”.

El racismo es un problema estructural, recordó, y que no corresponde únicamente a los medios de comunicación dar la lucha en contra de esta forma de discriminación, pero las producciones no se pueden “lavar las manos” y tendrían que dar cabida a la diversidad.

Esta es la campaña de la oferta de contenidos de Netflix para Latinoamérica:

Una de las escasas protagonistas morenas en las series que dio a conocer Netflix es Shani Lozano, quien tiene el papel de una mujer indígena en la serie Madre de alquiler, producida por Argos.