Hablar del caso Ayotzinapa y explicar por qué no ha sido resuelta la desaparición de 43 jóvenes normalistas puede ser complejo para cualquier persona de otro país, e incluso de México.

Después de Ayotzinapa puede ser visto como un podcast, pero es un documental sonoro que revela los actos de tortura, las omisiones, las redes criminales y el poder del aparato del Estado en el gobierno de Enrique Peña Nieto, empeñado en enterrar los hechos de la noche de Iguala, en lugar de dar a conocer la verdad.

La periodista y conductora Olivia Zerón contribuyó a narrar y crear el podcast Después de Ayotzinapa, una producción de Adonde Media, con la edición de Inger Díaz-Barriga y basada en After Ayotzinapa, la versión original en inglés, producida por Reveal, de la periodista Anayansi Diaz-Cortes y la investigadora Kate Doyle.

Olivia Zerón explicó a La-Lista que Kate Doyle conocía a varios de los actores, quienes incluso le habían pedido ayuda para investigar el vínculo del tráfico de droga desde el estado de Guerrero hacia Chicago. Es así como Doyle buscó a fuentes de la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y aportó elementos que el gobierno de México no quiso o no fue capaz de investigar. En el podcast es posible escuchar partes de las entrevistas con un exagente de la DEA que conocía la ruta y los actores de la red de tráfico de heroína que era transportada en autobuses de pasajeros.

Ese y otros elementos quedaron documentados en tres capítulos de After Ayotzinapa, una realización que busca procesar la complejidad del caso para la audiencia que habla inglés.

En el podcast, James Cavallaro, entonces relator de México para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, describe cómo un alto funcionario de México, no dice el nombre, le reclamó en una elegante cena cómo se habían atrevido a rebatir la versión del gobierno sobre los hechos ocurridos, conocida como “verdad histórica”.

“Toda la experiencia fue surrealista. Pero para mí, fue revelador cómo las autoridades mexicanas pensaban que podían y debían comprometerse con la Comisión Interamericana. Creo que pensaron que podían controlar una situación”, dice Cavallaro en el documental.

Como ésta, hay voces de integrantes del equipo argentino de antropología forense; Omar Gómez Trejo, hoy fiscal especial del caso Ayotzinapa, narra cómo se adentró en el tema; un hombre que fue torturado y pasó injustamente cinco años en prisión da su testimonio; y sobrevivientes de la noche del 26 de septiembre contribuyen a plasmar con sus testimonios un lienzo que revela los vacíos de la investigación y las anomalías en las investigaciones autoridades del gobierno anterior.

Debido a la gravedad de las omisiones y delitos cometidos por autoridades en México, Doyle y Diaz-Cortes decidieron que se produjera una versión para la audiencia de América Latina y de habla hispana.

“A nosotros nos pasaron un material base que era oro molido porque ellas llevaban dos o tres años hablando con estos personajes regularmente. Te das cuenta de que todo lo que tenemos no es material de una entrevista que se le haya hecho a una persona”, comentó a La-Lista Inger Díaz-Barriga Leal, editora del podcast en español.

Explicó que de hicieron decenas de entrevistas con los personajes y lograron acumular una gran cantidad de material, al cual se adentró Inger junto con Olivia para hacer una versión para la audiencia de México y América Latina.

La versión en español retoma los elementos de la edición en inglés, pero va más a fondo, agrega entrevistas con otros actores, con periodistas que, de forma independiente, investigaron el caso y aportaron elementos para el engrose del segundo informe del Caso Ayotzinapa presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) para ayudar en las investigaciones hasta que el gobierno de Peña Nieto prácticamente los echó del país mientras eran blanco de espionaje.

Quien escuche Después de Ayotzinapa, sin importar su nivel de conocimiento sobre el caso, podrá redescubrir la historia poderosamente narrada en la voz de Olivia Zerón, con una música penetrante y una edición cuidadosamente realizada por Inger Díaz-Barriga.

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