La pandemia provoca pérdidas colosales a Shell y otros gigantes petroleros
Foto de Ben STANSALL / AFP

Por Jean-Baptiste OUBRIER

Reino Unido | AFP | En la estela de BP y los colosos del sector energético en Estados Unidos, el gigante de los hidrocarburos Royal Dutch Shell anunció el jueves unas pérdidas masivas en 2020 por 21.700 millones de dólares (mdd), ilustrando el brutal impacto de la pandemia en el mercado petrolero. Esas cifras son vertiginosas e inéditas, y contrastan de forma espectacular con las decenas de miles de millones de beneficios que las ‘majors’ petroleras solían registrar en los últimos años.

BP, el competidor británico de Shell, ya anunció el martes una pérdida de 20.300 mdd.

Y el estadounidense ExxonMobil registró la primera pérdida anual de su historia reciente, con números rojos de 22.400 mdd. Chevron, por su parte perdió 5.500 millones de dólares.

Durante los primeros confinamientos en los primeros meses de 2020, los precios del petróleo cayeron a sus niveles más bajos e incluso entraron brevemente en terreno negativo a principios de abril. Los precios se recuperaron desde el otoño boreal, remontando hasta los 50 dólares el barril, pero siguen muy por debajo de su nivel de principios de 2020.

Activos depreciados

Shell había obtenido un beneficio de 15.800 mdd en 2019, antes de que apareciera la crisis sanitaria, según recuerda en un comunicado. Su balance sufrió sobre todo durante el segundo trimestre de 2020 por grandes depreciaciones de sus activos para reflejar la situación del mercado, lo que supuso una pérdida de más de 18.000 mdd. El grupo volvió a terreno positivo durante el tercer trimestre, antes de registrar de nuevo pérdidas de 4.000 mdd en el cuarto a causa de las depreciaciones.

La pandemia ha perturbado el mercado del petróleo y las grandes compañías se ven obligadas a adaptarse a unos precios persistentemente bajos, lo que reduce el valor de sus activos.

Shell mantiene la prudencia para el inicio de 2021 y espera un impacto negativo de la pandemia en la demanda de hidrocarburos. Pero no obstante prevé una subida de su dividendo en el primer trimestre de 2021 respecto al último de 2020. En lo peor de la crisis sanitaria, había decidido reducir ese dividendo, y ello por primera vez desde los años 1940.

Inversiones verdes

El grupo quiere reducir drásticamente sus costes, con la supresión de 7.000 a 9.000 empleos para 2022. Shell ha tomado “decisiones difíciles pero decisivas”, opinó este jueves su director general, Ben van Beurden.

“Salimos de 2020 con un balance financiero más sólido, dispuestos a ir más deprisa en nuestra estrategia y para preparar el futuro del mercado de la energía”, aseguró. La compañía se ha visto así obligado a lanzar una profunda reestructuración que debe permitirle adaptarse a unos precios más bajos y cumplir su objetivo de convertir en más “verdes” sus actividades, y alcanzar la neutralidad carbono para 2050.

Van Beurden se felicitó por los compromisos climáticos del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “Tenemos ganas de trabajar con su administración pues tenemos el mismo objetivo, ser neutros en carbono para 2050”, afirmó.

La compañía planea invertir de 2.000 a 3.000 mdd por año –es decir, en torno al 10% de sus inversiones– para el período 2021-2025 en energías limpias o de escaso impacto en carbono.

Shell invierte desde hace años en la electricidad y tiene como ambicioso objetivo –anunciado ya antes de la crisis sanitaria– convertirse en la mayor compañía del mundo del sector, a principios de los años 2030.

AFP

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