Lo que esconden las apps de Uber food, Rappy y Didi Food a las personas repartidoras
Foto: Especial

Muchas de las personas que hoy son repartidoras de alimentos lo hacen porque se quedaron sin empleo durante la pandemia y esta resultó una opción viable que ofrecía atractivos ingresos con la libertad de decidir cuánto tiempo trabajar.

Un sistema que vende la promesa de “ser tu propio jefe o jefa”, pero que en realidad esconde la precariedad laboral de las y los repartidores se ha vuelto un problema a atender, advierte Oxfam en un informe dado a conocer esta semana.

“El negocio de la entrega de comida produce millones de dólares”, señala el informe Este futuro no applica, realizado por Oxfam y el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig). Pero esta abundancia no aplica para los repartidores en México, quienes ganan 2 mil 85 pesos a la semana si trabajan en promedio ocho horas al día por seis días a la semana, esto después de pagar combustible, servicio de datos para conectarse a internet y alimentos.

Si los ingresos que generan repartiendo alimentos y paquetes fuera su único ingreso, Oxfam calcula que el 55% de estos cientos de miles de personas no podrían pagar sus gastos esenciales.

“Vemos esta desigualdad que existe en el sector. Genera miles de millones, sin embargo, esto no se ha visto en los bolsillos de los repartidores. Al contrario, en la encuesta y en las entrevistas, ellos nos mencionan que a raíz de la pandemia sus ingresos se vieron reducidos precisamente por la cantidad de repartidores que ahora existen. Claramente es un negocio que ha dejado miles de millones y que no se ha reflejado en todos los niveles”, comentó a La-Lista Laura Centeno, coordinadora de investigación de Oxfam México.

Parte de la desigualdad incluyen largas jornadas laborales, ausencia de una cobertura médica en caso de accidente o enfermedad. Además no existe un poder de negociación entre los repartidores y las empresas.

Además, las personas repartidoras pagan un 8% de impuestos, que es más alto de lo que pagan otros sectores como el farmacéutico y el minero (el minero paga entre el 6.2 y el 6.9%; el farmacéutico, entre el 1.3 y %; y el manufacturero, entre el 1.2 y el 5%). Y además, la mayoría tiene que recurrir los gastos de un contador o contadora.

Este es un sector que ha generado miles de millones de dólares debido a la pandemia porque mientras gran parte de las personas estaban confinadas, este negocio de alimentos no paró.

“A México llegó en 2015. Es un modelo de negocio nuevo y que estamos como que en este momento donde podemos abrir la conversación para que no continuemos con estas condiciones precarias“, comentó Centeno a La-Lista.

Según cálculos de Oxfam, si se le impusiera un impuesto de 3.5% a los dos cofundadores de Uber, se podría pagar la seguridad social durante cinco años de los 350 mil repartidores y repartidores que existen, comentó.

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El 14 de agosto se realizó una manifestación de repartidores por la agresión a uno de ellos en una taquería. Foto: facebook.com/deliverlibres.

¿Quién gana realmente?

En México, Uber Eats anunció en el primer trimestre de 2021 una inversión de 23 mil millones de pesos en los próximos cinco años. La empresa colombiana Rappi reportó tener alrededor de 50 mil repartidores en México y presencia en más de 31 ciudades, con 15 mil restaurantes registrados y 2 mil puntos de venta de farmacias, reportó Forbes.

En la expansión de las apps digitales de reparto parece no haber signos de equidad en toda la cadena de este modelo de negocio. Los restaurantes y comercios de alimentos fueron uno de los sectores más afectados por la pandemia, con pérdidas de empleos de hasta 17.4% en el último trimestre de 2020 en contraste con el mismo periodo del 2019, según datos de Inegi citados en el informe.

Las apps les cobran una comisión a los restaurantes que puede alcanzar hasta 5 mil pesos más un porcentaje de comisión por entrega del pedido que puede alcanzar hasta el 30% del precio del pedido dependiendo si el restaurante tiene sus propios repartidores o la entrega será a cargo de un “socio” de la app.

Toda esta disparidad en las ganancias a costa de quienes hacen el esfuerzo por ofrecer un bien y quienes forman parte de la cadena del servicio ha llamado la atención de organizaciones y gobiernos.

Las y los repartidores, o deliveries, como se llaman en Estados Unidos, han creado movimientos y marcha spara exigir mayores condiciones de seguridad en las vialidades y condiciones más justas de trabajo, ya que las applicaciones pueden restringirles pedidos por horas o días y cada vez se vuelve menor el margen de los “socios”.

La mujeres repartidoras

En medio de todo, las mujeres que se dedican a hacer entregas sufren adicionalmente casos de acoso sexual.

El informe de Oxfam e Indesig destaca que “varias de nuestras entrevistadas han vivido que quien recibe su pedido sea un hombre en ropa interior, desnudo o con el pene expuesto. Cuando tienen que entrar en un complejo de departamentos y no entregarlo afuera, se sienten muy vulnerables y temen que puedan ser secuestradas, con justa razón. Si bien algunas llaman a soporte o dan dislike, no hay claridad en protocolos de acoso o cuál es el seguimiento que se le da al reporte”.

Y es que quien recibe el pedido puede evaluar la calidad del servicio del repartidor y el restaurante, pero no hay claridad sobre sanciones o protocolos de seguridad en caso de acoso.

Este sábado, Oxfam lleva a cabo la primera instalación artística que visibiliza la precariedad laboral de las personas repartidoras. “Promesas sobre ruedas” estará abierta a todo el público este sábado 26 en el Parque Hundido, en la Alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, cerca del reloj floral.

“Las obras de la instalación artística recuperan las motivaciones de las y los repartidores para inscribirse a las apps -flexibilidad y autonomía- y muestran cómo esas promesas hechas por las empresas se derrumban ante la realidad de un trabajo caracterizado por largas y pesadas jornadas de entrega, riesgo de accidentes sin tener cobertura médica y prestaciones nulas. Todo justificado por el argumento de las empresas de que ‘son socios, no empleados’”, informó Oxfam.

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La falta de medidas de seguridad hace del servicio de entregas un trabajo riesgoso. Foto: facebook.com/deliverlibres.

¿Qué puedes hacer para solidarizarte con las personas repartidoras?

  • Elegir aplicaciones y establecimientos que cumplan con los estándares de remuneración digna.
  • Preferir marcas que garanticen los derechos laborales.
  • Respetar las ciclovías.
  • Tener consideración con el tiempo de entrega.
  • Ofrecer un trato digno a las personas repartidoras

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