Una película de policías para entender que somos parte de la corrupción

Policía, una autoridad que en México muchos ligan a la corrupción, al que pide la mordida al pasarse un alto o al que está coludido con los delincuentes. Eso también pensaba Mónica del Carmen, pero tras hacer Una película de policías también tiró sus estereotipos.

La cinta de Alonso Ruizpalacios llegó el 5 de noviembre al catálogo de Netflix llevándose varios comentarios positivos, incluyendo parte de la crítica especializada del Festival de Cine de Berlín, debido a la forma en que se adentra en la formación de policías.

Corriendo entre los límites del documental y la ficción, Una película de policías va a través de esta frontera, pues el elenco investiga la corporación policíaca a partir de un proceso inmersivo y a través de las vivencias de dos oficiales.

En el largometraje, Mónica del Carmen interpreta a Teresa, quien es pareja de Montoya (Raúl Briones). Ambos tienen el deseo personal de ser policías. En su trayectoria, sus vidas se cruzan y hallan el uno en el otro un consuelo a la soledad al entrar en crisis por sus problemas personales. Al cabo de un tiempo, son consientes de las carencias del sistema y de que la gran mayoría ingresa a una corporación de policía porque no encuentra otra opción de empleo para sobrevivir.

Es en este punto que la actriz laureada con el Ariel comentó en entrevista para La-Lista que algo que le sorprendió fue conocer la fragilidad de algunos elementos, pues a aquellas personas que veía más débiles eran las que pretendían ser las más fuertes.

“En la Academia de Neza nos tocó ver a una cadete que estaba muy enferma, con problemas de salud muy fuertes, y que aun así intentaba regresar a la academia; personas que no pueden disparar un arma o con conocimientos básicos y que por eso no pueden aprender otras cosas. Te hace darte cuenta de que la educación de este país es deplorable”, dijo la intérprete.

Hacer Una película de policías representó para Mónica del Carmen la oportunidad de derrumbar sus prejuicios sobre esta corporación, pues desde joven es una persona que le gusta protestar y estar en contra del Estado y la policía.

Comentó que siempre tenemos ideas bastante burdas de lo que son los policías, pero en lo que corresponde a la corrupción, es una cadena en la que también están inmiscuidos todos los mexicanos.

“Los prejuicios son parte de una comodidad que tiene la ciudadanía para escudarse en este engranaje de corrupción en el que también la ciudadanía es partícipe. Es muy fácil decir ‘El policía corrupto’, pero si yo llego y me paso un alto, ya sé que voy a negociar con el policía y lo voy a tratar como alguien que desafortunadamente ya sabemos cómo funciona”.

Mónica del Carmen agregó que los estereotipos también cobran una dimensión y una responsabilidad social, ya que al superarlos permiten comprender que también “somos parte de ese engranaje de corrupción y de las desigualdades que nos llevan a que tengamos la policía que tenemos”.

Consideró que el éxito que ha tenido Una película de policías, con una calificación de 6.9/10 en IMDB (Internet Movie Database) y el Oso de Plata a la Contribución Artística en Berlín, redunda en todas las personas que estuvieron involucradas para hacer la investigación que dio pie al tránsito por su proceso de inmersión, creación y disertación sobre una institución tan controversial como es la policía en México.

“La sorpresa es justamente encontrar una complejidad tan profunda de lo que en macro es este país, todas las desigualdades que se viven, la corrupción y la idea colectiva que se tiene acerca de las personas que son policías”, añadió Mónica del Carmen sobre la cinta de Netflix.