La Colina del Perro, la polémica mansión que López Portillo le regaló a Sasha Montenegro
La casa perteneció a los hijos y esposas del expresidente López Portillo. Foto: Especial

En lo alto del fraccionamiento Bosque de Las Lomas, se erigió en un terreno de 12 hectáreas —equivalentes a 17 campos de futbol— un conjunto de mansiones a la que se le conoció como La Colina del Perro.

Este polémico lugar fue la herencia que el expresidente de México José López Portillo le dejó a los hijos que tuvo con la actriz y vedette Sasha Montenegro, Nabila y Alexander; así como a José Ramón, Carmen Beatriz y Paulina, los hijos que tuvo con su primera esposa Carmen Romano.

La polémica de la llamada ‘Fortaleza’

La construcción causó polémica debido a que el exmandatario mexicano la mandó a construir utilizando recursos públicos mientras que el país enfrentaba la devaluación del peso y la nacionalización de la banca.

De acuerdo a un reportaje que la revista Proceso publicó el 13 de septiembre de 1982, fueron los vecinos de Cuajimalpa quienes de denunciaron la edificación de las cuatro mansiones que se hicieron ahí.

La ‘fortaleza’, como la llama la revista, contaba con una subestación eléctrica, con capacidad para abastecer de luz a todo un poblado.

Inicialmente se creía que esta construcción pertenecía al comediante y actor Mario Moreno ‘Cantinflas’, pero posteriormente las constantes visitas de Sasha Montenegro y sus hijos revelaron que la propiedad pertenecía a López Portillo.

¿Por qué le llamaban La Colina del Perro?

El expresidente de México eligió una zona montañosa para edificar un conjunto de cuatro mansiones y una biblioteca para heredarle a sus hijos.

Esta colina, al saberse que pertenecía al exmandatario, se le comenzó a llamar La Colina del Perro debido a la inolvidable frase que había dicho López Portillo sobre defender al peso “como un perro” tan solo dos semanas antes de que se devaluara.

¿Cómo eran las mansiones en La Colina del Perro?

De acuerdo a lo reportado por el periódico Reforma y la revista Proceso, las propiedades tenían ventanales tipo colonial, numerosas chimeneas, con estilo medieval y techos de dos aguas a la usanza californiana.

Además, López Portillo mandó a construir una casa-biblioteca que contaba con tres pisos, que ascendía en forma de caracol. Este lugar era el resguardo de más de 30 mil libros que archivaba el expresidente.

Este espacio contaba con gimnasio, alberca y cuarto de armas, según informó Reforma. Además, en la parte superior tenía una cúpula con observatorio astronómico.

En la parte de afuera, contaba con un estacionamiento para ocho autos, todo construido en un terreno de 5 mil 200 metros cuadrados que fue vendido en 2013.

¿Qué pasó con La Colina del Perro?

Lo que alguna vez fue una sola propiedad, hoy es un grupo de condominios habitacionales conocidos como La Toscana, mismo que fue construido en el terreno que perteneció a la primera esposa del exmandatario mexicano y sus tres primeros hijos.

Ahí se encuentran 50 casas que tienen valor de hasta seis millones de dólares cada una, según reportó el periódico Reforma.

En 2018, lo último que quedaba de la famosa Colina del Perro fue demolida para construir una torre de departamentos de 34 pisos.

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