Así se vivió el concierto de Myke Towers en el Pepsi Center, fans enloquecen con sus éxitos

Desde antes del atardecer, la emoción ya se palpaba en el ambiente. Era jueves 24 de abril y los alrededores del Pepsi Center WTC comenzaron a llenarse de jóvenes emocionados, listos para una noche que prometía ser inolvidable.

El concierto de Myke Towers era uno de los más esperados del mes, y se notaba en cada rincón: vendedores ambulantes ofrecían collares brillosos, lentes oscuros, tazas, pósters y hasta estampitas de “San Towers”, como si se tratara de una deidad del reguetón moderno.

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La fila para ingresar parecía interminable, y dentro del recinto, la energía era contagiosa. Amigos, parejas y grupos enteros se tomaban fotos, bailaban al ritmo de la música de fondo y comentaban cuál canción esperaban escuchar con más emoción. La vibra juvenil estaba en su punto más alto.

En punto de las 9:10 horas, las luces se apagaron y el grito colectivo hizo retumbar el recinto. Myke Towers apareció entre luces, humo y visuales potentes, desatando la locura total. El artista puertorriqueño no necesitó más de unos segundos para prender al público, que respondió con euforia desde la primera canción.

Durante 1 hora y 45 minutos, Towers ofreció un concierto intenso, sin pausas innecesarias, cargado de ritmo y una producción espectacular. Acompañado de visuales que complementaban la estética urbana de sus canciones, fue encadenando éxito tras éxito mientras el público no dejaba de cantar, bailar y grabar cada momento con sus celulares.

Entre los momentos más coreados de la noche estuvieron canciones como LALA, Si Se Da, Éxtasis, Almas Gemelas (La primera vez), La Diosa y entre más. Bastaba con que sonaran los primeros segundos de cada tema para que todo el recinto se viniera abajo en una sola voz. Cada letra era recitada con devoción, cada coro se transformaba en himno colectivo. No había nadie sin moverse, sin gritar o sin sonreír.

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El clímax emocional llegó con La Falda, el tema con el que Myke Towers se despidió de la Ciudad de México. Con luces azules, humo y todo el público de pie, el artista cerró la noche con una energía explosiva, agradeciendo a sus fans mexicanos por el apoyo y prometiendo volver pronto.

Al final, salieron miles de personas con el corazón lleno y la voz ronca, con fotos, videos y recuerdos que seguramente compartirán por días. Fue más que un concierto: fue una fiesta urbana, una celebración del presente musical latino y del fenómeno que representa Myke Towers en la escena internacional.