‘Hice las paces’: fans divididos por el proyecto de regrabación de Taylor Swift
Al sacar versiones nuevas de sus discos en medio de una disputa de la industria, Swift dejó atrás los originales. ¿Los fans con conexiones profundas podrán hacer lo mismo?
Al sacar versiones nuevas de sus discos en medio de una disputa de la industria, Swift dejó atrás los originales. ¿Los fans con conexiones profundas podrán hacer lo mismo?
A principios de abril, Rebs Fisher-Jackson de 23 años, una Swiftie (el nombre colectivo de los fans de Taylor Swift), escuchó su disco de Fearles por última vez. “Ya hice las paces”, dice con el ánimo de alguien en duelo.
Rebs fue una de millones de fans que se despidieron del alguna vez amado disco, el segundo de Swift, que salió en 2008. En las redes sociales publicaron infografías sobre cómo ocultar las canciones de Fearless en Spotify y compartieron cómo descargar ilegalmente el álbum. Para alguien que no conoce el contexto, parecería que las Swifties, uno de los grupos de fans más grandes y devotos del pop, se pusieron en contra de la cantante, pero en realidad la apoyaban mientras ella hacía la maniobra de negocios más atrevida de su carrera.
En junio de 2019, la disquera de Swift Big Machine vendió las grabaciones maestras de sus primeros seis discos, desde su disco debut homónimo de 2006 hasta Reputation de 2017, a Ithaca Holdings, una compañía que fundó el empresario musical Scooter Braun. En una entrada en su blog, Swift llamó a la adquisición su “peor escenario”. Braun representaba a Kanye West en el punto más alto de la disputa del rapero con Swift, que comenzó cuando West interrumpió su discurso de ganadora en los VMA de 2009. En su publicación, Swift dijo que le suplicó al dueño de Big Machine, Scott Borchetta, que la dejara comprar sus grabaciones maestras, y acusó a los dos hombres de comportamiento controlador.
Dos meses después, Swift anunció que ella regrabaría sus seis primeros discos. Serían copias al carbón de los discos con voces nuevas, de las cuales ella sería dueña para siempre y que los fans podrían escuchar sin la preocupación de que con cada stream pondrían dinero en el bolsillo de Braun. Fearless (Taylor’s Version), el primer álbum que se regrabó, salió la semana pasada. El proyecto no tiene precedentes, e implícitamente le pone una tarea difícil a sus fans: que renegocíen su amor por las grabaciones originales que ahora Swift dice que son tóxicas.
Para la mayoría de las Swifties, el Fearless original fue su introducción a la cantante. “Me enamoré de Fearless porque pasaba por todo el espectro emocional de ser una mujer joven”, dice Katie Collins, una Swiftie desde hace mucho. “Cuando eres una adolescente te dicen que tus sentimientos son intolerables y que tienes que esconderlos. En Fearless no queda nada sin decirse, no hay ningún sentimiento reprimido, y ella va a donde ella quiere”.
Desde los bajones emocionales de la balada para corazones rotos Forever & Always (“You feel so low you can’t feel nothing at all”) a la emoción desbordante de The Way I Loved You (“I never knew I could feel that much”), Fearless captura el rango de emociones que una adolescente puede experimentar en una sola tarde. Pinta un retrato universal de los ocrredores de la preparatoria, del paralizante primer amor y crushes no correspondidos.
Algunos se preguntaron si Swift podría capturar la alquimia mágica de Fearless, un disco de 13 años, en esta nueva grabación, pero la Taylor’s Version es una réplica casi perfecta de la grabación original, hasta la risita de Hey Stephen. Donde el disco sí cambia es donde Swift y sus músicos (que estuvieron de gira con Fearless en 2009) hacen mejoras. El desempeño vocal de Swift es más fuerte en la regrabación, y ella refrescó algunos enunciados sucios. La fidelidad también es considerablemente más limpia. Los riffs de guitarra están más aislados, y con espacio para brillar, como en You Belong With Me, y las percusiones están mejor terminadas, y ocasinalmente un grado más bajo que las originales para concordar con los tonos más graves y más maduros de Swift.
Para el oyente casual, las dos versiones de Fearless idénticamente. Pero Swift no se preocupa por el oyente casual. Son los fans quienes dirán si su proyecto de regrabación es un éxito, los mismos fans quienes han vivido dentro de Fearless por 13 años. Si Swift no pudiera capturar precisamente su espíritu, corre el riesgo de empujar a los fans al álbum original.
Desde que Fearles (Taylor’s Version) salió, los fans y los críticos han aclamado la calidad mejorada de la regrabación. “No me siento particularmente triste de perder la versión anterior porque pienso que su voz suena mejor”, dice Katie. “Es una cuestión de calidad y de ética para mí, así que desde este momento ya no voy a escuchar el Fearless original.
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Otra Stan de Fearless, Xandra Robinson-Burns, notó algunos cambios en el tono de la regrabación, por ejemplo, ella “suena más reacia” en Forever & Always (Taylor’s Version), originalmente era una canción de una mala ruptura sobre el ex de Swift Joe Jonas. Pero eso no es necesariamente algo malo. “Ella no pretende ser una adolescente en la canción, creo que eso es lo mejor”, dice Xandra. “Tal vez la perspectiva de Taylor cambió con la edad, pero la historia de la canción es atemporal”.
Pero para algunos fans, las alteraciones aparentemente menores en Fearless (Taylor’s Version) no se alejan tanto. Para Hannah Jane Cohen, Change perdió un poco de la magia de la original de 2008. “Change salió justo antes de que Obama se volciera presidente”, dice. “Recuerdo que la escuchaba en mi auto, y realmente se sentía como si Estados Unidos estuviera mejorando”. Para Hannah, el optimismo juvenil de la canción se perdió con la voz más madura de Swift. Es la única canción de Fearless (2008) que todavía escucha, pero en CD, no en los servicios de streaming que benefician a Braun.
Como Hannah, tampoco estoy segura de que podré dejar atrás todo Fearless (2008), un disco que también me acompañó en la preparatoria. Algo me falta en las regrabaciones de las canciones con temas más juveniles. El casi aullido de Swift en el clímax de Fifteen “we both cried” se pulió y ya no canta con desesperación frenética en los coros de You Belong With Me. Estas pueden tener mejores vocalizaciones, pero las inflecciones sin pulir de las canciones originales se convirtieron en una memoria sensorial. Las escucho y veo a mi yo más pequeña sentada en el autobus con un iPod nano azul o cantando con amigas, “She wears SHORT SKIRTS/ I wear T-SHIRTS”, o consolando a una amiga que llora por un chico que rompió su corazón.
Swift suele usar la intensiad de las reacciones de los fans como la mía para presionar y arreglar la industria musical. En 2015, ella publicó una carta abierta para Apple Music en la que criticaba sus prácticas “injustas” de pagos y en una entrada de blog en 2019, Swift le pidió a sus fans que “le hicieran saber a Scott Borchetta y Scooter Braun como se sentían” al respecto de los hombres que la bloquearon de que cantara sus propias canciones en los American Music Awards. Braun recibió amenazas de muerte y se quejó con Swift: “tus palabras tienen mucho peso”.
Recientemente, Swift usó su plataforma para señalar el show de Netflix Ginny y Georgia por su chiste “malo y profundamente sexista” de “cambias de hombre más rápido que Taylor Swift”. Algunos fans interpretaron la declaración de Swift como permiso para mandar mensajes de odio a los actores y escritores del programa, pero las Swifties son una comunidad diversa de edad, género, nacionalidad y crucialmente, opinión. “Es como estar en una familia normal”, dice Rebs. “Hay algunas relaciones geniales y solidarias, aunque no siempre estemos de acuerdo”.
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Sobre lo que están de acuerdo es en apoyar el gran proyecto de Swift, una táctica de negocios para obtener el control creativo que se convirtió en un viaje en el tiempo revisionista para Swift y las Swifties. “Le propuse matrimonio a mi prometida con Love Story (Taylor’s Version)”, dice Rebs. “Esperé específicamente a que saliera la versión nueva porque quería asociar la canción con un nuevo recuerdo, justo como con cómo asocio la vieja con bailar por todos lados con mi iPod cuando era adolescente”.