Carlos Vives: ‘La música me muestra esa idea de país que nos une y que no hemos encontrado’

Carlos Vives se expresa como su música: alegre, luminoso, apasionado. El colombiano es de los artistas latinos con una carrera más larga y sólida. Ha logrado que se le identifique con un género, el vallenato, y a pesar de los cambios en la industria, de las modas, de los tiempos del reguetón y del autotune, su música sigue sonando a Carlos Vives. 

Su última canción fue Canción bonita, con otro de los grandes de la música latina, Ricky Martin. El tema es un recuento de sus recuerdos en Puerto Rico y el videoclip, una probadita de lo que será nuestra vida cuando podamos volver a viajar a playas como las de su capital, San Juan.

La-Lista habló con Vives de esta colaboración, de su carrera y de las protestas que hace semanas mantienen a su país, Colombia, en la mira mundial.

Lee también: Fotogalería: Exceso de fuerza para reprimir protestas en Colombia

¿Cómo nació Canción bonita?

Con Ricky habíamos quedado alguna vez, de las tantas veces que nos vemos por ahí, de hacer algo juntos. Decíamos de hacer un tropipop mezclado con su estilo. Nos pusimos a mandar la canción, yo ponía lo de San Juan, las noches de la calle San Sebastián, empezamos a recordar muchos episodios que uno vive en la ciudad y a darle forma.

Por cosas de la compañía quedó olvidado. Pensé que, como muchas veces que hacemos cosas, se quedaría ahí. Pero a mitad de la pandemia, quisimos retomarla. 

¿Cómo se conocieron tú y Ricky Martin en Puerto Rico?

A finales de los 80, yo recién había llegado (a San Juan) a vivir. Hacía un personaje en una novela muy querido por todos, un boxeador que se llamaba Gallito Ramírez. La mamá de Ricky me invitó a almorzar y ahí estaba él. Después venían a mi casa, en San Juan, íbamos a jugar billar, íbamos a un sitio, (el bar) El Batey, donde fuimos a grabar el video de la canción. Luego cada quien tomó su camino.

Son muy comunes hoy las colaboraciones en la música comercial, dime una cosa que te guste y una que te guste menos de trabajar a cuatro manos.

Cuando hay alguien que va a hacer algo porque lo siente y lo quiere, somos felices. Y si trae una buena idea, yo tengo que sumarle. 

En mi caso, escogí un camino que, al principio, no sabían cuál era mi género. Tenían que darme un premio pero no sabían qué estilo era mi música. Entonces, nunca estuve en el foco de que me buscaran mucho para grabar. La primera persona que me buscó para grabar algo conmigo estaba en un mercado completamente diferente, canta en portugués, pero desde muy niño empezó a cantar mis canciones. Es Michel Teló. 

Luego mi relación con Puerto Rico me trajo con Daddy Yankee y otros artistas.

Cuéntame esta historia.

Un día me busca para mostrarme versiones en portugués de mis canciones. Para mí fue como una cosa… que alguien entienda lo que yo había hecho y por una persona que no tenía ningún interés, porque yo no hablo portugués ni mi música la venden en Brasil y él no habla español y su música la venden por todas partes. 

¿Cómo es trabajar con Ricky Martin?

Chévere, cero problemático. Creo que cuando uno está en esto sabe cuando hay algo que es bueno. Hay cosas que hay que cambiar para encontrar el vestido perfecto para los dos. Cuando hay una relación de interés o es una estrategia de mercadeo, se complica. Pero cuando alguien me busca y si es amor puro, sé que eso se va a dar. 

Los dos tienen carreras largas y consolidadas. ¿Cómo has vivido la evolución de la industria, con el boom de las plataformas digitales y, ahora, de la música en español?

En 2006 fue mi último álbum con la compañía con la que estaba, en España, BMI. Fue un disco muy loco: El rock de mi pueblo. Después de eso me dijeron “gracias, hasta luego, no queremos más” y la disquera desapareció. Ello coincidió con la llegada de estas tecnologías nuevas y yo no tenía ni el equipo, ni el personal, ni la vaina para enfrentarlo. Me fui quedando sin trabajo desde ese punto de vista, (aunque) tengo mi lugar aquí, en Bogotá, donde he trabajado toda mi vida y tengo un teatro. 

¿Qué hiciste?

Me quedé trabajando aquí y me desconecté de la industria. Y, a mitad de camino, me lancé a sacar un disco con un supermercado, como buscando nuevas formas (de distribuir música). Entonces, descubro la llegada de las redes sociales y la locura de esos años. Fue un proceso, el de tratar de entender lo que pasaba. 

La gente venía a mi restaurante y me veían con una guitarra cantándole a los niños. Decían: “pero a este man, ¡qué le pasó!”.

¿Literal, un disco con un supermercado?

Digamos que siempre he sido pionero en muchas cosas en la industria. Recuerdo cuando empezábamos, fui de los primeros en inventarse su pop a partir de las raíces, tuve patrocinios de refrescos, estaba detrás de los camiones que repartían las bebidas. Y fuera de la industria, ya sin disquera, fue una gran compañía de supermercados de Colombia la que me dijo: “haz un disco y los vendemos en los supermercados”. Vendimos muchos discos, fue Clásicos de la provincia II. Es decir, aunque estaba fuera de la industria, siempre había una manera de seguir haciendo la música y conectándonos. 

Pasaron tal vez ocho años hasta que encontré a mi manager de hoy y mi esposa al frente de mi carrera. Es una nueva era que tiene seis o siete años, desde volví a nacer.

A pesar de eso has logrado que se asocie el vallenato contigo, ¿cómo llevas ese título?

Me fascina porque es nuestra esencia, son los vallenatos, las cumbias, yo lo haga de la manera que lo haga —con computadora, con Shakira— esa esencia va ahí. Suena a Carlos Vives porque así me crié y conecta con mi esencia. Siempre tuve claro que yo no hacía folklore, así todavía me den premios a música folklórica, aunque me alimentara de esa fuente, yo estaba inventándome mi pop, el tropipop.

¿Cómo vives las protestas en Colombia?

A veces queremos ser benignos y decimos que nuestras problemáticas vienen de hace 50 años, pero en realidad son de hace 200. Incluso muchas de las razones de por que uno tomó el camino de la música que tomó, tiene mucho que ver con empezar a mirarnos hacia adentro para ver si curamos tantos años de diferencias, de inequidades, de no ser conscientes de muchas de las problemáticas de nuestra gente, de este olvido de gran parte de regiones de nuestro país, de cómo superar esta guerra histórica de la izquierda que si la derecha.

El país carga eso y cuando viene una crisis económica y una de salud, como la que vive el planeta, parece que se le puso una lupa a una situación y a una gente. La gente encontró la posibilidad de salir a la calle a ser escuchada porque históricamente no nos oímos.

En México, los colombianos salieron a protestar al ritmo de batucada. Incluso cuando protestan muestran su arte.

Tal vez a través de la música podemos demostrar realmente lo que pudiéramos ser, parecernos a lo que somos culturalmente pero creo que en la política no lo hemos entendido tanto. No encontramos una idea de país que nos una a todos. La música me muestra esa idea de país que nos une, porque la cumbia es eso, la unión de unas culturas americanas que estaban aquí, luego llega España y traen lo suyo, después llegan los hombres esclavizados de África y traen lo suyo, luego las migraciones árabes y traen a Shakira. Culturalmente es todo muy rico, como ustedes. Somos muchos países en uno.

¿Cuándo vienes a México?

Estamos empezando la gira, desde diciembre. Y ahora estoy estudiando teatro en una escuela, pero nosotros no necesitamos muchas excusas para ir a México.