Paco Ignacio Taibo II: Para ver a la oposición, necesitas un microscopio… ¡Qué pobre derecha tenemos!

Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE) en el sexenio anterior y en este, no suelta el cigarro ni antes ni después de la entrevista, ahora que comienza la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien lo ha ratificado en el puesto por seis años más.

Aunque las oficinas centrales del FCE están al sur de la Ciudad de México, él no está ahí para esta charla, porque sostiene que él no es un funcionario de oficina, sino que le gusta estar en contacto con la gente, como cuando fue la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, en octubre pasado, y él se la pasó a diario ahí, escuchando todo tipo de peticiones y tomándose fotos con quien se lo pedía.

Frente a la oficina que Paco Ignacio Taibo II casi no visita en el Ajusco, está otra torre alta, que pertenece al empresario Ricardo Salinas Pliego, con quien ha entrado en conflicto recientemente, porque el intelectual opinó, en una entrevista con Sabina Berman, que sí deberían nacionalizar el Canal 13 (hoy Tv Azteca), pero a la vez pidió que Sheinbaum no le hiciera caso a sus opiniones personales.

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Paco Ignacio Taibo II es un funcionario del gobierno de la 4T que no tiene ningún señalamiento ni de corrupción ni de malos manejos ni de nada. Y él mismo se dice limpio de cualquier transa.

Con cigarro en mano, el intelectual de 75 años (el 11 de enero cumple 76), conversa para La-Lista:

L-L: ¿Quién gobierna México, don Paco?

Yo no (risas). Esa extraña pregunta…

¿Tienes duda después del proceso electoral que hemos vivido y la manera como terminó?

L-L: ¿Qué dice ante las versiones que apuntan que además de la presidenta Claudia Sheinbaum, sigue operando el expresidente Andrés Manuel López Obrador?

Es evidente que Andrés cumplió su palabra, como siempre la había cumplido y que se retiró y gobierna Claudia obviamente. Yo creo que estas versiones cada vez más absurdas son producto de una derecha que quedó totalmente desarbolada.

L-L: ¿Cómo ve a la oposición hoy por hoy?

A la oposición para verla necesitas un microscopio. Son una cadena de ruidos, amparada en unos medios de comunicación que siguen siendo tremendamente conservadores y muy poco propositivos, muy poco capaces de ofrecer alternativas que sirvan para algo en el proceso de gobierno general de este país.

Entonces, da como entre tristeza y, ¿qué?, rabia, ¿no?. ¡Qué pobre derecha tenemos en México!, ¡qué incapaz, que negada para ejercer su labor de oposición.

L-L: ¿Diría que cerró bien el sexenio del del ex presidente Andrés Manuel López Obrador?

Diría, sí señor.

L-L: ¿Y cómo inicia el sexenio de Claudia Sheinbaum?

Yo creo que hay un ajuste en la integración de lo que llamarías el aparato del gobierno, que está siendo lento en las transiciones particulares.

Llegaron a equipos no integrados o medio armados, a muchas secretarías y hay un proceso de ajuste de lo que será a muy breve plazo el aparato gubernamental.

En nuestro caso no hay tal porque el fondo (FCE) sigue siendo el mismo fondo con el mismo director y el mismo equipo.

L-L: Háblenos del FCE que usted dirige, ¿qué hizo en en el sexenio anterior y que está haciendo este?

Consolidó un proyecto, con cierta claridad, desde que llegamos teníamos algunas metas que se fueron perfilando y consolidando.

Queríamos convertir el fondo en una editorial más popular o popular en el mejor sentido de la palabra que no lo ven y esto implicaba lanzar colecciones y llegar a sectores de la población, más allá de los que ya habían conquistado el fondo en términos de los estudiantes de enseñanza media superior, sus futuros libros de texto, etcétera.

Yo creo que eso lo logramos en la transformación radical de algunas colecciones, el peso que tiene la literatura infantil y juvenil en la producción editorial del fondo, la presencia de una colección popular que sacó de la zona de niebla géneros como la novela policiaca, la literatura fantástica, las colecciones de divulgación de la ciencia, más todas las campañas ligadas a la divulgación de la ciencia, la salida de una colección popular con libros abajo de los 20 pesos, como Vientos del pueblo, de los cuales ya hemos vendido varios millones y mostraban ese cambio en la línea editorial.

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Por otro lado consolidó su relación con el resto de de los países de habla hispana: nuestras filiales que se encontraban en un estado desastroso cuando llegamos, ya han adquirido capacidad de producción, con una estructura comercial coherente y las podemos sacar de los agujeros en los que estaban.

El fondo (FCE) tiene hoy una presencia latinoamericana y en el resto de las áreas del idioma. El fondo consiguió bajar el precio de los libros, esto parecía imposible cuando lo anunciamos hacia el inicio de nuestra administración, pero ahí está, es un hecho, el fondo logró una consolidación muy importante, de una unidad de la red de librerías para crear una única red, que ya tiene presencia en todo el país.

L-L: ¿Qué diría que era el FCE antes de que llegara usted?, ¿qué encontró?

Una combinación de burocracia, mausoleo, alfombras rojas, estructuras viejas y un montón de favores, favores políticos por todos lados.

L-L: ¿Algún favor que le haya sorprendido haber encontrado?

No, al revés, no me sorprendió, ahí estaba la publicación de colecciones enteras para satisfacción de algunos funcionarios de los gobiernos priistas o panistas, bodegas repletas de libro… nada sorprendente y algunos casos, muchos de despilfarro o falta de probidad en el manejo de las cuentas.

L-L: ¿Diría que hay una cuarta transformación en la cultura?

No lo sé, habría que preguntárselo al conjunto del panorama cultural. En el fondo, sin duda.

L-L: Si usted se fuera hoy del fondo, ¿se iría contento con lo que ha logrado?

Sí, pero no me voy a ir.

L-L: ¿Está pactado otro sexenio con usted?

Tanto en la renovación de mi contrato durante los últimos meses del gobierno de Andrés Manuel, como por la decisión pública que Claudia hizo desde hace cuatro meses de que continuaré en el fondo.

L-L: ¿Cómo toma usted los recortes que se han anunciado a la cultura en 2025?

En lo particular, con preocupación y con cautela.

L-L: ¿Qué diría de una reforma fiscal progresiva?

Toda reforma fiscal que atenta contra la gran riqueza, el gran dinero de orígenes dudosos, desconocidos o mixtos en los cuales se mezcla la lógica neoliberal con la corrupción, estoy a favor de ella.

L-L: El empresario Ricardo Salinas Pliego ya se enojó con usted por lo que dijo con Sabina Berman.

Ahórrate la conversación. Que se haya enojado Salinas Pliego conmigo me parece un acto que me beneficia notablemente porque señala la distancia que hay entre un evasor fiscal y un funcionario honesto.

L-L: ¿Usted lee las críticas que se hacen en su contra o contra el gobierno?

Es una perspectiva curiosa. A veces pareciera como que una crítica en un periódico que tiene 300 lectores y tengo mis dudas, es determinante, pero no lo es, es incidental.

Cuando vives cosas como la Feria del Zócalo y hablas con la gente en la calle, yo pasé los 10 días de la Feria del Zócalo en el Zócalo.

Yo no dirijo desde un escritorio en el último piso de las oficinas del Ajusco, tengo el pulso con la gente, la reacción popular.

Trato de no perder esta relación de contacto, dos o tres días de la semana tengo oficina abierta, o sea me siento en un lugar y todo el mundo sabe que ahí estoy y llega todo mundo.

Leo, leo las redes, pero me interesa más algunos elementos focales en las redes y no tanto las críticas.

Las críticas ya a estas alturas, ¿te las vas a tomar en serio?

¿Vas a tomar en serio lo que dicen dos o tres chinguiñosos colegas que querían ser directores del fondo? Pero ¡perdieron las elecciones, compadre!

¿De veras te vas a preocupar por lo que opinen o piensen? Nunca tienen una propuesta, nunca dice: ‘esta colección no me gusta, debería tener estos otros libros’, ¡jamás!, no son capaces de generar ni una sola crítica que podamos asumir y volverla positiva.

Sin embargo, en los programas de televisión o de radio o los programas por internet, recibimos continuas observaciones y críticas que son extraordinariamente útiles porque nos dan el pulso de la realidad del Fondo de Cultura.