Yalitza fue un parteaguas en la historia de Vogue México
La directora editorial, Karla Martínez de Salas, asegura que con la llegada de Trump, la Biblia de la moda buscó resaltar lo bueno de México.
La directora editorial, Karla Martínez de Salas, asegura que con la llegada de Trump, la Biblia de la moda buscó resaltar lo bueno de México.
O era Yalitza Aparicio o no había portada. Así de claro lo tenía la directora editorial de Vogue México y Latinoamérica, Karla Martínez de Salas, cuando decidió que la actriz mixteca sería su portada de enero 2019.
“Tenía un jefe en aquel entonces que me dijo: ‘¿Cuál es tu plan B?’ Porque era muy disruptiva, no era lo típico”, comenta. “No hay plan B. Es importante sacarla a ella”, explica que le respondió, sentada en un sofá color beige de piel del estudio de su casa.
A Martínez de Salas aún se le iluminan los ojos cuando recuerda la portada más difundida en los 20 años de historia de Vogue México. Tuvo 310 millones de impresiones en redes sociales y fue un señal de que algo estaba cambiando en cómo la revista representa la moda y la belleza.
“Tengo esa edición en la oficina”, se justifica, a pesar de que sobre la mesa de cristal hay ejemplares que darían para las publicaciones de todo un año.
Tiene objetos de decoración de todo tipo: velas oaxaqueñas que cuando se funden, la cera se escurre en forma de flor; jarrones con flores, tres matrioszkas rusas, y libros, muchos libros: de arte, de México y, por supuesto, de Vogue.
La directora editorial de la edición latinoamericana de la revista nos recibe con un cubrebocas negro corporativo y ojos sonrientes. Viste de jean, camisa Prada negra abotonada en la espalda y zapatos rojos de punta y talón bajo de la misma marca.
Es tan esbelta como aparenta en las imágenes que publica en su cuenta de Instagram. Tiene el pelo lacio, oscuro. Aprovecha los minutos antes de la entrevista para terminar el trabajo en la computadora, aunque interrumpe su concentración para checar que todo esté bien.
Algunos sospecharon que la portada de Yalitza Aparicio sería un golpe de efecto esporádico provocado por el éxito que tuvo la película “Roma”, aunque Martínez de Salas concuerda que marcó un antes y un después en Vogue México. La trayectoria lo avala.
En octubre de 2019, dedicaron dos de las seis portadas del 20º aniversario a la corredora tarahumara María Lorena Ramírez y a la cocinera zapoteca Abigail Mendoza. En diciembre de 2019, a las muxes Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Y en mayo de 2020 a cinco abuelas, como representantes del grupo de población más en riesgo ante el Covid-19, por nombrar algunos ejemplos.
Esta ha sido la forma cómo la edición latinoamericana de Vogue se está haciendo suyos los valores de la diversidad y la inclusión: ahora ya no va de retratar la belleza normativa sino de contar historias que inspiren y resalten la belleza individual de los y las protagonistas.
“Ha sido un camino increíble y de muchos aprendizajes”, confiesa la persona que está al timón de este cambio de enfoque. Nació en Orlando, Florida, pero se mudó a El Paso, Texas, a los 8 años. Sus vacaciones eran en la Huasteca Potosina, con su familia mexicana (sus papás son de San Luis Potosí).
En 2015 se mudó a México con su esposo mexicano y un año después, se puso al frente del sello icónico de la compañía editora Condé Nast en la región. Tienen 1.4 millones de lectores de la revista impresa, 1.76 millones de usuarios únicos de la edición digital y 4.6 millones de seguidores en redes sociales.
Martínez de Salas recibió a La-Lista para hablar de cómo se está cocinando esta evolución en la llamada Biblia de la moda: Vogue.
¿Yalitza Aparicio fue un parteaguas?
Sí hubo un antes y un después de la portada de Yalitza porque nos dimos cuenta que a la mujer mexicana y latinoamericana le gustaba sentirse identificada con nuestras portadas. Antes sacamos a Salma Hayek, a Camila Cabello, pero cuando sacamos a Yalitza fue un boom en todo el mundo. Me llegaron cartas de mujeres indigenas dándonos las gracias por ser la primera revista Vogue a nivel mundial poniendo una mujer indígena en la portada.
A mí me da mucho gusto porque hemos estado viendo un mismo tipo de belleza. Creo que era cuestión de tiempo de que eso cambiara y nos volviéramos un medio más inclusivo y diverso.
Es decir, ¿Salma Hayek y Camila Cabello allanaron el camino para que Yalitza ocupara la portada?
Me pasaba, cuando empecé, que quería una modelo superfamosa como Gigi [Hadid] o Bella [Hadid] y los agentes me decían que tenían que hacer cinco otros países antes de que se la den a México. Sentía que las agencias sacaban lo que ellas querían pero, qué queríamos sacar como titulo para nuestros lectores.
Decidimos empezar a trabajar con más modelos locales en Colombia, en Chile, en Argentina y en Perú, y nos encantó mostrar al mundo lo que hay en Latinoamérica y que las mujeres puedan decir que las modelos no son estereotípicas sino que tienen rostros que se parecen al suyo.
¿Qué tan grande fue el impacto de la portada de Yalitza Aparicio?
Sacamos una foto en la edición de diciembre hablando de la película “Roma”, porque sabíamos que la película salía un viernes, a principios de diciembre. Recuerdo que vi mi teléfono. Entonces, para mí, mil likes era super bueno. De repente vi que llegamos a diez mil, en la página de Vogue llegó a 98 mil likes, cientos de millones de shares en Facebook sobre esta foto. Eso nos preparó para lo que venía.
Luego repitieron con las portadas para celebrar los 20 años de Vogue México y Latinoamérica.
Todo el año 2019 quisimos trabajar con mujeres que nos inspiraran, como María Lorena Ramírez, una mujer indígena que vive en la sierra tarahumara de Chihuahua. Quisimos resaltarla, porque corre en huaraches y fue una gran inspiración para nosotros. O Abigail Mendoza y sus hermanas, siento que hablamos de qué es lo que piensa la gente cuando piensa en México: gastronomía, el arte, la arquitectura, los textiles. Quisimos celebrar eso.
¿Cómo se decide una portada así?
Es una gran colaboración con el equipo de Vogue. Por ejemplo, tenemos editores oaxaqueños que tuvieron la idea de presentar la historia y cultura de las muxes a Tim Walker, el fotógrafo, y [a él] le encantó.
Esas portadas, ¿generaron debate en el equipo, por el tema del racismo y el clasismo?
Siempre hay dudas y hay debate. En la edición del aniversario planteamos que quizás debería ir una marca de ropa o una modelo. La verdad, siento que hemos hecho estas presentaciones resaltando estas mujeres y dándoles el lugar que merecen en nuestras portadas y en la sociedad.
¿Tuvo alguna duda con la de Yalitza Aparicio?
La única fue “¿cómo voy a poner a una desconocida en la portada?” Nadie conocía a Yalitza, nunca había actuado. Me acuerdo haber ido a Nueva York unos meses antes de decidir que saldría en la portada y una editora de una revista, que se encarga de celebridades, me dijo: “Yo nunca pondría a Yalitza en la portada”. Yo dije: “¿Pero esta señora cómo sabe qué es lo que le interesa al público mexicano? ¿Qué sabe ella de mi mercado?” Entonces dije: “Sí, la pondré en la portada, la historia es increíble y nos inspiró a todos”.
¿Qué le movió a hacer este cambio tres años después de llegar a Vogue México?
Siento que el mundo cambió desde el 2016. Estados Unidos eligió a un presidente que solo se dedicó a hablar de México en términos racistas, de criminales y narcotraficantes. Siento que Vogue tenía la obligación de hablar de todo lo bueno que estaba pasando en México.
Eso fue también un cambio en la moda, queríamos ver mujeres con las que nos queríamos identificar. Para mi fue muy importante porque yo crecí en El Paso y me acuerdo que una niña me preguntó por qué mi papá tenía la piel tan oscura. Yo le dije que porque habíamos vivido en Orlando y se asoleaba mucho. ¡Tenía 8 años!
En la portada sí vemos un cambio pero ¿qué tan diverso es el equipo de Vogue?
Nuestro equipo lo considero súper diverso. Somos 15 entre impreso y digital, de diferentes naciones, culturas y formas de pensar. Tenemos peruanas, colombianos, mexicanos, venezolanas, hay varias mexicanas-americanas. ¡Somos una gran mezcla! Es importante tener diferentes opiniones y voces, eso hace una redacción muy fuerte.
De entre las 27 ediciones de la revista en el mundo, ¿cuál es el rol de México y América Latina?
Quiero pensar que Vogue México se ha convertido en revista que ven internacionalmente y muy respetada porque hemos hecho contenido con sello latino. Es un referente de lo que esta pasando en México, Latinoamérica y también, de los latinos trabajando en Estados Unidos.
¿Vogue sigue siendo la Biblia de la moda?
Quiero pensar que sí. Siempre ha sido líder. Me encanta un dicho: antes de estar de moda esta en Vogue. Creo que hemos hecho muy buen trabajo con diseñadores, modelos, y no tienen que ser gente ya famosa sino talentos que descubrimos, como la modelo oaxaqueña Karen Espinosa.
¿Cómo afrontan las voces que aparecen en redes sociales, como influencers de moda?
Creo a través de la fotografía, escritores que saben de los temas de moda, hacemos contenido diferente a alguien que publica fotos de ellas mismas en Instagram. Contamos historias y somos muy buenos haciéndolo.
Acostumbrada a viajar por las Semanas de la Moda, ¿cómo le afectó la pandemia?
Personalmente me afectó muchísimo. En 2019 fui a París cinco veces. Cuando empezó la pandemia y nos decían que íbamos a estar encerrados fue un shock pero creo que me mentalicé des del principio y obviamente soy privilegiada en que tengo un trabajo que podemos hacer desde casa y eso tiene sus ventajas: nunca había pasado tanto tiempo con mis hijas. Me dio coronavirus pero no me dio gripa y cuando viajaba, me daba todo el rato.
¿Qué sorpresas tienen preparadas para 2021?
¡Muchas este año! Nuestra portada de abril es una cantante americana con raíces latinas, muy orgullosamente latina, alguien que ha transformado su vida y ha podido seguir adelante. Y para mayo y junio, hemos trabajado con una pareja de fotógrafos que para mí era un sueño y logramos traerlos a México.