Xóchitl Gálvez

Xóchitl Gálvez se convirtió en la candidata del Frente Amplio por México el 3 de septiembre, luego de un proceso de dos meses en el que recabó firmas y dos encuestas la colocaron como la mejor posicionada.

Su historia en la política se remonta al año 2000.

“Que yo no me entere que están haciendo negocios, o que van a recibir un porcentaje, porque me les voy en contra con todo lo legal”, les decía Xóchitl Gálvez a sus colaboradores cuando gestionaban proyectos como un albergue en Rayón, Chiapas. 

Según su excolaboradora Deyanira Torres, la hidalguense era conocida por tres cosas: su forma de hablar, su gestión por las comunidades indígenas y que es “workaholic mal plan”. 

“Yo le pregunté: ¿y usted por qué trabaja?… Es chile de todos los moles. Me decía: ‘a mí me encanta la gestión’. Hizo mucho trabajo de campo, que la hizo una mujer muy sensible respecto a las necesidades”, recuerda de ella.

El nombre de Xóchitl ha saltado a las portadas de los diarios luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador la apuntara como quien será candidata de la oposición, apenas cuando iniciaba el proceso de selección. El mandatario la ‘cantó’ semanas antes de que su nombramiento se concretara.

Deyanira Torres remarca que es la honestidad -una de las banderas del actual gobierno- el fuerte de Xóchitl. 

“Si veía que era algo muy costoso -ella ama los huipiles, ese trabajo artesanal es carísimo-, le decía a las señoras: véndelo, en lugar de aceptarlo como regalo”. 

Pero también pedía a sus colaboradores que no se gastaran el dinero de los viáticos en algo distinto.

El consultor político José Manuel Urquijo afirma que el de Xóchitl es el perfil más competitivo al menos en términos de poder explotar al personaje y es el más blindado para los ataques que el presidente López Obrador podría hacerle a cualquier candidato de la oposición.  

“Es la mejor candidata para el adversario que tienen en frente, que más allá de cualquier corcholata es el presidente López Obrador”, acota.

En comunicación política, refiere el consultor, hay un máximo: ‘defínete tú, ante la opinión pública, antes de que te defina tu adversario’. Como Xóchitl tiene un nivel de conocimiento entre 60 y 70%, es decir no es conocida por toda la población, el presidente intenta que la conozcan de manera negativa.

Sin embargo, su perfil rompe con cualquier posible crítica. Y es que Gálvez “viene de un origen humilde, tiene un nombre totalmente mexicano, indigenista; es una mujer hecha a sí misma; tiene una historia interesante de venir de comunidades indígenas, de haber vendido gelatinas, de ser una mujer que logró estudiar, hacerse de una carrera, y volverse empresaria exitosa, filántropa, no se le conocen escándalos graves de corrupción que puedan perjudicarla”.

“Es dicharachera, tiene una conexión o una habilidad de conectar con la gente, a diferencia de las corcholatas que le batallan”, señala.

“El perfil de Xóchitl se convierte en un perfil que viene a darle una sacudida a los escenarios que AMLO tenía planeados, no estoy diciendo con esto que ya eso es suficiente para ganar, hay muchísimos otros factores”, anota.

Urquijo recuerda cómo AMLO se quejaba en el 2006 de la injerencia de Fox en la contienda y de ahí nació el ‘cállate chachalaca’; pero ahora él está haciendo prácticamente lo mismo que es meterse en la carrera presidencial.

AMLO ‘cantó’ la candidatura de Xóchitl Gálvez

El 3 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que tenía “toda la información” que Claudio X. González “llevó a cabo las consultas para que los represente Xóchitl Gálvez“.

“Decidieron en favor de la señora Xóchitl porque ellos suponen de que sI nació en un pueblo va a tener el apoyo del pueblo y además es en realidad, parte de ellos, no del pueblo, sino ella forma parte de los conservadores, no de los de arriba, pero sí del mismo agrupamiento”, criticó AMLO.

“Yo creo que el presidente se ha equivocado en agarrar a Xóchitl Gálvez como adversaria porque la está levantando, puede ser un error, pero AMLO le está apostando a elevar el nivel de conocimiento de Xóchitl con negativos, tendrían que ser las corcholatas quienes deberían empezar esa batalla, porque pareciera que el candidato es López Obrador y no es él”, anota José Manuel Urquijo.  

“AMLO la está elevando a ser un personaje a nivel nacional, Xóchitl lo sabe, lo aprovecha y lo explota, es una batalla de relatos, mientras AMLO busca caricaturizarla, Xóchitl se defiende desde la autenticidad de las causas que ella defiende”.  

A diferencia del resto de aspirantes de la oposición, Urquijo ve que a Xóchitl “se le resbalan todas esas críticas, no le pegan directamente, ahora lo que van a buscar es vincularla a los grupos de poder, vincularla a los malos de la película, si ella no es mala hay que vincularla a los malos, y si está ella con los malos entonces ella también es mala, es el relato que quieren construir con Xóchitl”.

Pero lo que se ha visto es que “no tiene mucha carga de pasado, en el caso de Xóchitl a pesar de haber estado en el PAN, y ser delegada, no terminan de pegársele todos los negativos de los partidos tradicionales por el perfil que ella tiene”.

“La oportunidad que ella tiene es que no está quemada, es un perfil que no ha caducado, que ha sabido mantenerse fresco, atractivo para los electores”.

El consultor descarta que la figura de Xóchitl le pueda “lavar la cara” al PRI y al PAN, pero sí les daría un “nuevo aire, de una figura, una líder que llega, mueve el escenario de una manera, le da esperanza a los propios partidos si la saben aprovechar y dejan sus filias y fobias y dejan al lado sus intereses personales de querer imponer perfiles”.

Gálvez Ruiz ha sido el centro de atención en la política nacional en las últimas semanas. 

Aunque, hasta antes de junio, su intención era contender por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, ella decidió dar el salto y buscar convertirse en la primera presidenta del país. 

“Hubo algo que me movió el tapete, cuando en Palacio Nacional me cerró las puertas para ejercer mi derecho de réplica que me había otorgado un juez, no era un capricho, era mi derecho”, dijo Xóchitl Gálvez para explicar el abrupto cambio en sus aspiraciones políticas.

Gálvez Ruiz, originaria de Tepatepec, Hidalgo, no cuenta con una larga trayectoria en el servicio público. De hecho, sólo se ha desempeñado en tres cargos en sus 23 años en la política. Y sólo una vez ha ganado uno en las urnas.

Según cuenta ella misma, dejó Hidalgo a los 16 años para venir a la Ciudad de México y estudiar Ingeniería en Computación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Crucé el puente de La Raza para tomar el Metro, porque no había antes Metro hacia la Central. Ahí me di cuenta de la dimensión de Ciudad, venía sola y tenía 16 años.

“De ahí no había nadie que me abrieras puertas, me las tuve que abrir trabajando, luchando. Nadie me ayudó a crear mi empresa”.  

Casi 10 años después de haber terminado su licenciatura, en 1992, fundó su primera empresa, High Tech Services, dedicada al desarrollo de proyectos de tecnología. Posteriormente crearía otra más, OMEI, especializada en la operación y mantenimiento de infraestructuras inteligentes. 

Por casi una década se dedicó a su actividad empresarial, pero en el 2000, fue invitada por el entonces presidente Vicente Fox Quesada a que formara parte de su gabinete como directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), cargo que desempeñó durante todo ese sexenio. 

Al concluir el gobierno de Fox, en 2006, regresó a sus actividades empresariales que desempeñaba antes, pero cuatro años más tarde volvería a incursionar en la política.

En 2010 fue candidata del PAN al gobierno de Hidalgo, su estado natal, elección que perdería por poco más de 40 mil votos de diferencia ante el priista Francisco Olvera Ruiz. 

Dos años más tarde, en las elecciones federales de 2012, fue candidata al Senado de la República por el estado de Hidalgo, comicios en los que también perdió ante el exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad.

En 2015 intentaría una vez más participar en una elección, esta vez en la delegación Miguel Hidalgo. La tercera fue la vencida, pues en estos comicios sí tuvo éxito Xóchitl Gálvez y ganó con casi el 33% de los votos. 

Su administración no estuvo ajena de polémicas, sobre todo por el papel que jugó su City manager, Arne Aus Den Ruthen.

A lo largo de su administración dijo que no buscaría otro cargo público al terminar su mandato en la Miguel Hidalgo, pero, al no cumplir su palabra ya que buscó ser senadora otra vez, puso en venta su departamento en Lomas de Chapultepec; el dinero de la venta fue destinado para la remodelación de un colegio. 

Otra de las polémicas en las que estuvo envuelta la senadora, fue en mayo de 2018, cuando ya había dejado de ser alcaldesa, hizo una denuncia porque en un mercado no daban recibos por usar los baños, lo que le generó críticas y burlas en redes sociales.

En su papel como senadora, ha llamado la atención vistiéndose de dinosaurio o incluso encadenándose en el pleno. Aunque también ha tenido posturas contrarias al PAN, como su apoyo a la legalización de la mariguana y a favor de los matrimonios gay.

“Si ya se le metió a la cabeza que va a ganar, algo va a hacer, es muy estratega, es ingeniera, entonces esto de construir se le da”, dice su excolaboradora Deyanira Torres.

“Si los partidos empujan a Xóchitl, le permiten ser ella, puede haber algo interesante”, anticipa Urquijo.