Chat GPT, ¿aliado del bienestar humano o promotor de la desigualdad? Esto dicen los expertos

El Chat GPT y la inteligencia artificial están cambiando el mundo, la forma de verlo y también la forma de procesarlo. Pero aunque esta tecnología tiene el potencial de mejorar la atención médica, ofrece ventajas para la productividad y la eficiencia; y ayuda en tareas de la industria energética y alimentaria, también tiene un “lado oscuro”.

De acuerdo con la UNESCO, en un mundo altamente desigual estas tecnologías no están siendo usadas para reducir las brechas y sí han provocado que se amplíen. Tan solo por el hecho de que “la mitad de la población del mundo no está conectado a internet, está conectado a un internet de baja calidad o no tiene las competencias para utilizar las tecnologías de la mejor manera”.

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Esta premisa se hace aún más evidente en países en desarrollo como México, donde la desigualdad es visible en el 41% de la población, que vive en situación de pobreza, y en el 7% que se encuentra en pobreza extrema.

Pero, ¿dónde y de que manera perpetra la desigualdad la Inteligencia Artificial?, ¿por qué se dice que en realidad no está al alcance de un clic? y ¿por qué no es una realidad para cualquier persona en cualquier lugar del mundo?

Chat GPT, el aliado

Mariana Flores es economista y tiene una maestría en Analítica de negocios. Trabaja en la empresa familiar que se dedica a la manufactura de piezas de aluminio y desde ahí impulsa la transformación digital de los procesos.

Su papá es el dueño del negocio, así que la joven de 30 años tiene libertad para sugerir, ejecutar y explorar todo lo que puede mejorarse gracias a la inteligencia artificial.

Desde niña, Mariana se sintió atraída por la estadística. Era su materia fuerte, en lo que mejor le iba y lo que más me gustaba.

“Yo quería estudiar ciencia de datos, incluso cuando no sabía exactamente lo que eso significaba. Terminé en la carrera de economía, pero en el posgrado mi interés por recibir los números y procesarlos revivió”.

Aunque su papá tampoco tiene claro lo que aprendió Mariana, es un exitoso empresario que conoce el sector industrial, eléctrico y mecánico. Y su negocio se está beneficiando de la curiosidad y el conocimiento de su hija, aunque no lo sabe.

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“Hasta la fecha, nunca entendió lo que yo estudié: cree que mi labor se reduce a ver los números, aunque ciertamente va mucho más allá y yo he intentado explicarle, pero no me dice mucho”, comparte.

No obstante, el arte de abreviar procesos y descifrar lo que revelan los números no solo ha cautivado a Mariana, sino a otros de sus hermanos, con quien hace equipo en beneficio de la empresa familiar.

“Tengo un hermano que estudió mecatrónica y siempre le ha gustado el tema, y todo lo de robótica. Él está viendo cómo mejorar lo que concierne a la manufactura y yo estoy más en el área administrativa. Pero de alguna manera nos hemos ido complementando”, comenta.

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Esa es la clave. La magia de Mariana no sería posible sin los datos que genera la máquina. Su hermano lleva años enfocado en que el equipo genera data y el posgrado de la joven facilitó la sinergia de estas dos áreas.
Frente a sí, los hermanos Flores García tienen la oportunidad de modernizar el negocio –que ya era exitoso antes de la IA– pero pueden hacerlo porque tienen los recursos, el tiempo y el conocimiento para hacerlo.

De acuerdo con Mariana, su padre en algún punto se va a retirar y la empresa quedará a cargo de los hijos, pero mientras eso ocurre han podido innovar a implementar nuevas tecnologías y nuevas formas de trabajo.

La IA lo cambia todo: eficiencia y optimización

En un día común y corriente, Mariana optimiza procesos usando Power Platform, una aplicación de Microsoft, que ya estaba disponible para la empresa en la licencia que pagaba la compañía, pero “a la que no se le sacaba provecho”.

Se trata de una plataforma que permite crear aplicaciones personalizadas sin la necesidad de codificación y flujos de trabajo. Entre sus bondades ayuda a automatizar tareas repetitivas, analiza datos y visualiza informes en tiempo real, además de que produce agentes virtuales para interactuar con el cliente.

Mariana aprendió a usarla gracias al Chat GPT. Hizo las preguntas correctas, capturó la información necesaria y fue creativa.

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“Un día dije ‘a ver, tengo muchas facturas que se capturan manualmente y tengo muchos errores. Algunas debían pagarse en pesos y se están pagando en dólares, otras debían decir 52, pero dicen 25 y todos esos errores implicaban llamadas a proveedores, cancelaciones, tiempo, así que decidí explorar las herramientas que ya tenía a mi disposición”, cuenta.
Con el tiempo, se ha especializado poco a poco en esta herramienta de trabajo y sus compañeras incluso se le acercan para hacer consultas especializadas. Ella ofrece soluciones prácticas, que ahorran tiempo y que benefician a la empresa.

Para Mariana el manejo de la IA le abrió oportunidades de optimización, le ayudó a destacar, le simplificó tareas y reforzó su autoridad en el entorno laboral. Pero desde una perspectiva crítica, hay académicos y organizaciones que advierten que esta clase de tecnología también tendrá un impacto negativo en algunos sectores y en algunas economías.

Privilegio al cuadrado

Para la socióloga e investigadora de la UNAM Mayela Tapia, la inteligencia artificial se puede entender como una herramienta “de reproducción del privilegio”, precisamente porque quien tiene acceso a un dispositivo móvil con conexión a internet ya ostenta cierta posición económica.

La profesora del nivel medio superior subraya que estos “medios facilitan el acceso a la educación y a la información”, lo que a su vez garantiza mejores oportunidades laborales y académicas, pero anticipa que no todos tienen las posibilidades de emplearlos.

“Desde el sector de la educación, la IA a diferencia de los motores de búsqueda originales, sí facilita el procesamiento de cierta información y aporta mucha bibliografía en segundos. Amplía el panorama a los estudiantes que en ocasiones tienen dudas o reservas con algún tema”, detalla.

En entrevista con La-Lista, Mayela Tapia destaca que tan solo para ingresar al nivel superior de la educación existen una serie de barreras que le impiden al grueso de la población hacerlo y en ese sentido afirma que no todos pueden informarse del extenso uso y capacidad de la IA.

“La inteligencia artificial diversifica el conocimiento que puedan llegar a tener las personas, pero también profundiza la brecha digital, porque solo quienes tienen acceso a la educación y cuentan con dispositivos entenderán esta herramienta llena de sorpresas”, acota.

IA también es excluyente

Mayela Tapia, académica de la Facultad de Estudios Superiores, recuerda que el diversificar el conocimiento y sus fuentes también repercute en la inserción laboral, por lo que cada eslabón con la tecnología se convierte en una cadena que puede causar conectar o impedir el acceso a mejores empleos.

“Al final la gente empieza a preguntarse, ¿quiénes sí están capacitados para hacer esta clase de trabajos y ¿quiénes sí han tenido la oportunidad de interactuar con esta plataforma?”, zanja.

Mayela Tapia advierte que existen personas que “nunca han podido explorar la IA, que no saben en qué consiste o cómo funciona y eso a lo largo se volverá una limitante al momento de buscar trabajo”.

Mariana Flores, quien estudió su maestría en Analítica de Negocios, recomienda al trabajador volverse pieza clave del funcionamiento de la IA “con el fin de volverse irremplazable”, pero ¿cuántas personas realmente cuentan con los medios para hacerlo?

Tapia aclara que la capacitación y la especialización con Chat GPT no son una realidad en todos los empleos, y por lo tanto segrega a las personas en dos grupos: ‘quiénes tienen este conocimiento y quiénes no?

Finalmente, la maestra en Políticas Públicas destaca que la IA se alimenta del Big Data, que en estricto sentido reproduce discursos hegemónicos y que omite las necesidades, características y cualidades de grupos rezagados.

“El sesgo de los datos que construyen a la inteligencia artificial permite perpetuar y amplificar discursos sin perspectiva de género, machistas y no racializados que fomentan la desigualdad racial, social o económica”, revela.