La crisis de los 7 años de edad: esos berrinches “interminables”

El proceso de maduración de un pequeño suele ser intenso, pero con calma, amor y firmeza saldrán adelante, incluso de la famosa crisis de los 7 años de edad. Desde que un bebé nace y comienza a desarrollarse, los papás ya saben que a lo largo de su vida se enfrentarán a períodos complicados en su proceso de maduración, son las llamadas crisis madurativas y se distinguen al menos tres fases o periodos donde se presentan de manera muy clara: la de los dos años, la de los siete y la de la pubertad-adolescencia. Hoy nos enfocaremos en la crisis de los 7 años de edad.

Si tu hijo está entre los seis y los ocho años de edad, lo más seguro es que esté en esta etapa o se encuentre por entrar en ella, por tal motivo, en esta ocasión te hablaré de cómo se presenta, por qué sucede y te daré algunos tips para que sepas cómo enfrentar y contener todo lo que conlleva la tortuosa crisis de los siete años, esos berrinches que parecen interminables.

¿Qué es la crisis de los 7 años de edad?

Se trata de una etapa normal en el desarrollo de todo ser humano, a esta edad el niño empieza a aprender más sobre su yo interior y por lo tanto a reafirmar su personalidad. En esta etapa los niños ya dominan mejor la capacidad del habla y se sienten más seguros al expresan lo que quieren, lo que piensan y lo que sienten con mayor claridad, se han descubierto como individuos independientes, los cambios en el comportamiento y psicológicos son más que evidentes.

Todo esto se acompaña del inicio de la educación escolar en forma, con los inherentes cambios sociales que implica, ahora se descubre como un ser social, puede tratar con distintas personas y se tiene conciencia de las propias emociones. Es como la madurez de la primera infancia, si se me permite la analogía.

¿Cómo distinguirla?

Cada persona es distinta, de manera que no hay o no puede haber un decálogo de conductas en esta crisis (ni en ninguna otra), pero sí hay una constante de situaciones que se presentan en mayor o menor medida, rasgos distintivos todos de que un chico ha llegado a este tiempo de maduración natural.

A continuación, te enlistaré las conductas que se presentan con mayor frecuencia en todos los niños:

• Son caprichosos, inquietos e hiperactivos, tienen una energía desbordante que pareciera no acabar nunca.
• Buscan siempre imponer su voluntad, la palabra no habita constantemente en su boca cuando papá o mamá le dicen que haga algo.
• Adoptan una actitud desafiante ante los límites, exploran así los alcances de su poderío.
• Se quejan constantemente, sobre todo de las reglas en casa, deberes escolares y de todo lo que limite su libertad.
• Pueden pasar de la más inmensa felicidad al llanto o enojo extremo sin razón aparente.
• Se rebelan ante la autoridad de sus padres y en ocasiones también de sus maestros en la escuela.

¿Te parece familiar? ¿Detectas estas conductas en tu hijo? Calma, debes tener en mente que es solo una etapa más y que un día habrá pasado.

¿Cómo sobrevivir a la crisis de los 7 años?

Sé que la palabra crisis asusta un poco, te recomiendo que la veas mejor como una etapa que, como sucedió con los dos años, ¡pasará! Y que, sobre todo, es completamente normal. Lo básico es saber que el adulto eres tú y por lo tanto es a ti a quien le corresponde conservar la calma ante todo. Para sobrellevar esta edad de tu pequeño de la mejor manera, te comparto las siguientes recomendaciones:

• Todo niño debe tener reglas en casa. Tu niño debe saber muy bien qué puede y qué no puede hacer, por eso has de establecer reglas claras como cuándo puede comer dulces o la cantidad de estos, cuánto tiempo puede jugar videojuegos o ver la televisión, la hora de dormir o de leer, etc. Siempre explica las razones de manera clara para que entienda el motivo de cada regla.

• Asígnale responsabilidades además de la escuela, es importante sea parte de la rutina de orden y limpieza en casa para desarrollar su sentido de la responsabilidad. Quizá mantener sus juguetes ordenados y guardados, tender su cama, limpiar algunos muebles, ordenar su cuarto o poner la mesa sean buenas opciones. Considera actividades que pueda desarrollar después de haberlas aprendido, quizá antes de tender la cama pueda aprender a doblar sus calcetines o ropa interior, poco a poco podrás asignar mayor responsabilidad para que entienda que es parte de una comunidad y todos tienen la responsabilidad de ayudar.

• Reconoce sus éxitos y esfuerzos, es un refuerzo positivo que lo hará sentir amado, seguro y visto. A veces es suficiente con miradas o gestos para que tu chico sepa que te sientes orgulloso; te recomiendo que te hagas el hábito de externar con palabras lo orgulloso que te sientes de sus esfuerzos y logros y recuerda que la mejor forma de educar es con el ejemplo.

• Es normal que tenga errores, deja que los cometa y que aprenda de ellos, explícale que todas las acciones tienen consecuencias: si hace cosas buenas las consecuencias serán buenas, pero si se equivoca las consecuencias pueden no gustarle. Por favor evita las críticas constantes, que solo dañarán su autoestima.

• Enséñale a ser paciente, así logrará terminar sus labores antes de irse a jugar. Todos debemos aprender que la vida no siempre es inmediata, los procesos llevan un tiempo y hay que saber esperar a que se cumpla. Una actividad de la que aprenderá mucho es esperar su turno para subir a un juego o para pagar su helado favorito.

• Es básico que libere energía y que aprenda disciplina, practicar algún deporte desde pequeño es la mejor opción para esto, además, durante esta crisis de los 7 años, los chicos tienen demasiada energía y para que puedan liberarla hay muchas actividades deportivas adecuadas para su edad, eso además le ayudará a poner su atención en algo que es solo suyo y que le gusta. Así la familia comenzará también a construir actividades a partir de él, lo que reafirmará su autoestima.

La llamada crisis de los 7 años puede ser muy complicada de sobrellevar si la ves como un problema, pero si la tomas como parte natural del crecimiento y maduración de tu hijo todo puede cambiar. Con paciencia, amor y mucha disposición para ayudarle a pasar esta etapa, cuando menos te des cuenta ya se habrá ido. Recuerda que tu hijo no solo está madurando, está construyéndose a sí mismo, su personalidad y su manera de enfrentar e integrarse al mundo, tu amor y comprensión son lo que más necesita.

Esta nota se publicó primero en Baby Daily.

Te puede interesar: ¿Sabes identificar el temperamento de tus hijos?

Ayuda a tu bebé a aprender a calmarse

Puedes ser el mejor cuentacuentos para tus hijos

Amigos imaginarios en la infancia

Mi hijo no quiere jugar, ¿qué puedo hacer?

Hitos del autismo