Alerta roja por blanqueamiento de corales: esperan mortalidad masiva en arrecifes mexicanos
Especialistas recalcan que no se sabrá la magnitud de la catástrofe sino hasta finalizar el año. Llamaron a las autoridades a trabajar en políticas públicas para reconocer los peligros del cambio climático y mejorar la calidad del agua.
Especialistas recalcan que no se sabrá la magnitud de la catástrofe sino hasta finalizar el año. Llamaron a las autoridades a trabajar en políticas públicas para reconocer los peligros del cambio climático y mejorar la calidad del agua.
Por primera vez, desde que se tiene registro, se detectó blanqueamiento de corales en arrecifes de todo México. Especialistas auguran una mortalidad masiva de esos organismos. Aunque hay poco que se puede hacer para revertir los daños, investigadoras e investigadores urgieron a las autoridades a trabajar en políticas públicas para reconocer los peligros del cambio climático y proteger a los mares.
Si bien en 1998, 2005, 2010, 2015 y 2020 se reportaron blanqueamientos en varias zonas del país, lo cierto es que no había ocurrido en medio de temperaturas tan altas en los océanos. Es la primera ocasión que el fenómeno se presenta de manera generalizada en todas las costas mexicanas.
Las alarmas se encendieron desde principios de este año, cuando la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, empezó a dar indicios de que el 2023 sería muy caluroso y que una vez más se rompería el récord de ser “el año más caliente”.
De acuerdo con el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Lorenzo Álvarez, la oscilación sureña “El Niño” aumentó la temperatura en el océano Pacífico. Al tiempo que los termómetros también se elevaron entre uno y tres grados centígrados sobre el promedio en el Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe, y han alcanzado niveles extremos en los últimos meses. De hecho en puntos como Puerto Morelos, Quintana Roo, aumentó cuatro grados: pasó de los 30 a los 34 grados centígrados.
Por si fuera poco, la ola de calor se ha mantenido durante varios meses. “Piénsalo con los humanos: nuestra temperatura es de 37 grados. Te puede dar fiebre y llegar a 41 grados, y si dura un día no te va a afectar tanto, pero si esa fiebre te dura dos meses, probablemente no la cuentas. Es lo mismo con los corales: no nada más es qué tanto ha subido la temperatura, sino cuánto tiempo se ha mantenido por arriba de lo que debería estar”, puntualizó el académico.
A la par, a mitad del año se detectó el doble de radiación solar que la registrada en 2022. Todo esto sin contar que los arrecifes ya enfrentaban una crisis por la contaminación de los océanos por el exceso de aguas residuales, la sobrepesca, entre otros factores.
“Si los arrecifes reciben mucha contaminación y sobrepesca, van deteriorándose. Y se les hace más difícil recuperarse ante un evento tan extremo. Necesitamos mejorar la calidad del agua para que tengan mejor capacidad para recuperarse”, apuntó Andrea Rivera-Sosa, gerente de proyectos y difusión del programa Ciencia para la Conservación de Coral Reef Alliance.
Fue justo en junio cuando comenzaron a reportarse anomalías en los arrecifes, hasta llegar a niveles preocupantes. Primero avistaron corales blancos en Oaxaca y luego en el Caribe.
A la fecha, no solamente se ha detectado blanqueamiento en todos los arrecifes del país: los corales ya están muriendo. En Huatulco, ubicado en Oaxaca; en Puerto Morelos y Akumal, en Quintana Roo, ya inició lo que especialistas como Álvarez y Pedro Medina, de la Universidad de Guadalajara, califican como “mortalidad masiva”.
De hecho, Baruch Figueroa, coordinador del programa de Ecosistemas Costeros del Centro Ecológico Akumal, estimó que el 70% de los corales de esa localidad, que suman alrededor de 500 metros cuadrados de extensión, ya murieron. Y lo hicieron rápidamente.
“Hace dos semanas todavía estábamos pensando en que no nos iba a golpear tan fuerte como en otros sitios. No obstante, esta misma semana notamos que muchos de los corales que están en las zonas muy someras de menos de un metro o dos de profundidad, se blanquearon rapidísimo y experimentaron una mortalidad masiva”, reconoció el especialista.
Aunque todavía no se tiene certeza de la magnitud de las afectaciones, dado que las altas temperaturas prevalecen y concluirán hasta el mes de octubre, lo cierto es que cuando las aguas comiencen a enfriarse, especialistas como Álvarez estiman cambios drásticos en los arrecifes.
Todas las personas expertas consultadas para realizar esta nota coincidieron en lo lamentable de esta alarmante situación, ya que es grave, no tiene precedentes y probablemente concluya con la muerte de muchos corales a lo largo y ancho del país.
No hay solución, solo cuidados paliativos
“Después de ahogado el niño, se tapa el pozo”. Esa es la analogía que da el biólogo de Healthy Reefs Initiative, Israel Muñiz, ante la pregunta de posibles soluciones para rescatar a los corales que ya presentan blanqueamiento, o de evitar otra tragedia de este tamaño.
No hay estrategias para detener el blanqueamiento, es decir, la pérdida de los corales de sus algas simbiontes (zooxantelas), que les dan su color natural. Lo que sí hay son posibilidades de restaurar los ejemplares dañados. Hay proyectos enfocados en la recuperación de colonias de coral, mediante su reubicación en zonas más profundas y frías; otros que tienen como objetivo ponerle sombras a los corales.
Precisamente, los viveros de coral podrían ser claves para restaurar los arrecifes afectados. Y una estrategia sofisticada para la preservación es la criogenia: conservar en frío ejemplares para mantener su diversidad genética. “Los corales estuvieron desovando en agosto, entonces todos esos gametos recolectados que son las células reproductivas, son un repositorio para poder tener algo de material para el futuro, pero eso implica cuidar mucho los viveros de coral para poder replantarlos”, explicó Figueroa, del Centro Ecológico Akumal.
Sin embargo, lo más importante para las y los especialistas es reducir los otros factores que estresan a los arrecifes, es decir, que las autoridades reconozcan los peligros del cambio climático e impulsen políticas públicas para mitigar sus efectos. También que mejoren la calidad del agua de los océanos mediante la reducción de visitas turísticas en los sitios donde hay arrecifes, la disminución del consumo de combustibles fósiles, la implementación de lineamientos sobre descarga y tratamiento de aguas residuales, especialmente para megaproyectos turísticos, entre otras medidas.
“Tenemos que entender la magnitud de lo que está pasando. Probablemente, hay miles de millones de corales afectados o amenazados en México. Es una escala grandísima, no nos podemos imaginar el número. Entonces pensar una estrategia para ayudar a ese universo no es humanamente posible en el inmediato plazo. Para proteger a ese universo de corales tenemos poco que hacer. Esto es cambio climático al final de cuentas. Tenemos que empezar como país y sociedad a reconocer que tenemos un serio problema con el cambio climático, que no nada más afecta a los corales, también nos está afectando con inundaciones, huracanes”, precisó Álvarez.
La y los especialistas recordaron que finalmente, no solo se están perdiendo esos bellos y coloridos paisajes submarinos que tanto atraen al turismo, generando importantes ganancias con actividades como recorridos subacuáticos, prácticas de buceo, entre otras. También se está afectando a los ecosistemas que brindan protección costera ante fenómenos como los huracanes, y que proveen más del 25% de la biodiversidad marina, por lo cual representan la principal fuente de ingreso para miles de familias.
Por ello, sugirieron tomar algunas acciones para intentar disminuir localmente los impactos: implementar controles en el nivel de uso de áreas con corales afectados, cerrar temporalmente el acceso a arrecifes, exhortar a ciudadanía y empresas a reducir los niveles de contaminación y basura.
Este reportaje fue publicado originalmente en Causa Natura Media.