Arbitrar en el futbol internacional, el sueño de una joven palestina

AFP.- Cuando hace tres años Hanine Abou Mariam arbitró por primera vez un partido de fútbol masculino, le invadió el miedo al fracaso, pero esos temores dieron paso a la ambición de convertirse en una de las escasas árbitras internacionales palestinas.

Con una camiseta fluorescente y una pequeña bandera palestina en el brazo, Mariam corre por la línea de banda de la cancha sintética de Al Ram, una ciudad ubicada entre Jerusalén y Ramala, en Cisjordania.

La joven de 21 años solo comenzó a interesarse por el fútbol cuando comenzó sus estudios de educación física en la universidad, y allá descubrió una incipiente pasión por el arbitraje.

“Al principio tenía miedo de equivocarme, pero el árbitro principal y mis otros compañeros masculinos me ayudaron“, explica.

Antes de cada partido, ella escucha atentamente al colegiado principal, que dibuja en una libreta las consignas del juego. Durante 90 minutos, sigue el balón con la vista, aguantando con fuerza el banderín rojo y amarillo.

Hanine Abou Mariam participa en unos siete partidos al mes y recibe unos 30 dólares por cada encuentro (unos 24 euros), la misma cantidad que sus compañeros hombres.

Pero Hanine pudo contar con el apoyo de su familia, que vive en la pequeña localidad de Burham, cerca de Ramala. 

“Mi familia siempre me ha ayudado y apoyado, es por ella por lo que estoy hoy aquí”, asegura la joven, que también parece contar con el apoyo de los dirigentes del fútbol palestino.

“Claro que confiamos plenamente en ellas; las árbitras están capacitadas“, asegura Ibrahim Ghrouf, responsable del arbitraje de la federación palestina de fútbol, que precisa que 30 palestinas están recibiendo una formación.

Todas ellas están sin duda inspiradas por Hiba Saadia, la primera palestina que arbitró encuentros internacionales femeninos y que actualmente reside en los Emiratos Árabes Unidos, y por Yasmine Nirokh, que también dirige torneos internacionales.

Hanine Abou Mariam aspira, por su parte, a pisar el césped de los mejores estadios del mundo. “Sueño con convertirme en una árbitra célebre, aunque primero como jueza de línea“, dice con una tímida sonrisa.