‘Un violentador sexual no se va a apoderar de mi felicidad’: Itzel Schnaas, víctima de Andrés Roemer
Itzel Schnaas

Itzel Schnaas se sacudió a Andrés Roemer. Estaba decidida, como cuando sus profesores de danza se entrometían en sus hábitos y ella desobedecía, o cuando determinó que los desórdenes alimenticios no se apoderarían de ella. 

“Un violentador sexual no se va a apoderar de mi felicidad”, dice a semanas de que inicie el juicio para que Israel, país donde el exdiplomático se refugió por más de dos años, decida si lo extradita o no.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México giró cinco órdenes de aprehensión contra el exembajador de buena voluntad de la Unesco por su presunta responsabilidad en los delitos de violación, y tiene abiertas al menos 11 carpetas de investigación por agresiones sexuales contra mujeres

La punta de un iceberg: 61 casos fueron documentados y difundidos por Periodistas Unidas Mexicanas (PUM) en 2021 en medio del movimiento #MeToo, donde cientos de mujeres se atrevieron a denunciar violencias cometidas contra ellas en diferentes gremios, desde el medio artístico hasta los periodistas. 

Las agresiones sexuales de las que se acusa a Andrés Roemer se dieron a conocer desde el 24 de marzo de 2019 a través de PUM de forma anónima. En una cuarta denuncia, Itzel Schnaas decidió hacer público su caso con el eco de las redes sociales: un video difundido en Youtube, que a la fecha suma casi 130 mil reproducciones.  

“Yo jamás diré que esa denuncia es mía, parto de decir siempre que es colectiva. Lo que es tuyo siempre es lo que adoptas, lo que te apropias desde las entrañas”, sostiene.

Como egresada de la licenciatura de Danza Contemporánea, Itzel recordó en aquella ocasión que Andrés Roemer la citó en su casa con motivo de una entrevista de trabajo, donde transgredió su cuerpo, modus operandi en el que lo único que variaba era el lugar, pues a veces usaba su centro de trabajo, de acuerdo con lo que ha perfilado la Fiscalía General de Justicia de la CDMX en las denuncias que ha recopilado. 

“Para mí pues lo primero que hay que hacer con Andrés (Roemer) es que hay que sacudírselo. Y es que no es broma, yo salí de esa casa, me fui de rodillas, me dejé atravesar por lo que me afectaba. (Luego) me dije: ¿qué mierdas es esto?, me paré y me sacudí. Me sacudí mucho, me sacudí muy fuerte y la verdad es que no hay palabras suficientes porque la verdad es que es bien bonito pensar con el cuerpo”, comparte Itzel en entrevista para La-Lista.

Después de la agresión sexual y previo a la difusión del video, Itzel relata que vivió varios episodios de hostigamiento por hombres desconocidos. Personas que conocían a Andrés Roemer le aseguraron que eran sus escoltas. 

“La verdad es que cuando los guaruras, choferes, sicarios me saludaron en la calle pues lo que hice fue saludarlos de regreso. Cuando se me volvieron a aparecer a la mitad de la nada de nuevo los saludé. No pensé en hacer algo más. Me dije: ‘bueno, ¿esto va a pasar? Es mucho. Me van a matar’”.

Aunque Itzel denunció —fue la primera en hacerlo de forma pública— no fue suficiente para lograr justicia: el delito de abuso sexual que denunció preescribió y no podrá llegar a un juicio ni a una sentencia, explica su abogada Ximena Ugarte: 

“Ella acude a una instancia digamos privada que es la Unidad de Género de Televisión Azteca y donde la tienen más de un año, dándole vueltas para resolver una batida de babas”. 

Aunque son cinco denuncias por las que se han librado el mismo número de órdenes de aprehensión, Schnaas y Ugarte sostienen que podrían haber sido más, pero muchas de las denunciantes detuvieron su proceso legal por la falta de medidas de seguridad por parte del Estado mexicano. 

“Las demás, simplemente, se decidió no proceder con ellas porque como ya se filtraba la información de uno de los hijos (de las víctimas) se ponían en riesgo a los hijos de las demás… así de delicado”, explica Itzel. 

Andrés Roemer decidió refugiarse en Tel Aviv, Israel, en 2021, luego de las decenas de acusaciones de violencia sexual. Desde entonces se le congelaron cuentas tanto a él como a su esposa y a las asociaciones vinculadas a uno de los proyectos estrella del también escritor: la Ciudad de las Ideas. También desde entonces inició su batalla legal. 

“No he hecho nada malo”, respondió Andrés Roemer, cuando el periodista Amir Shuanpor lo cuestionó mientras caminaba por las calles de Tel Aviv, cerca de la ciudad de Ramat Gan que en medio del escándalo retiró su nombre de la calle con la que la había bautizado en honor al mexicano.

También ha reiterado en redes sociales y videos su defensa y ha acusado una persecución en su contra, a la par que ha emprendido una serie de amparos y denuncias y demandas contra víctimas y funcionarios involucrados en su caso.

Casi dos años y medio después, el pasado lunes 2 de octubre, la policía de Israel lo detuvo. Es el inicio de otro proceso que podría demorar semanas e incluso meses: trasladarlo para enfrentar la justicia mexicana, que para Itzel Schnaas, tiene procedimientos “absurdos”.

“Entiendo que no exista un procedimiento para extraditarlo, entiendo que no existan exámenes psicométricos en donde no sean determinantes las pruebas físicas. El chiste es que cuando el mundo se vuelve muy material, muy concreto, no inventamos otra posibilidad, cuando no tienen una prueba física. Supongo que esperan que yo en un vasito recolecte el semen y se los lleve, es absurdo”. 

Para Ugarte, una de las situaciones más complejas ha sido ver los beneficios otorgados a Andrés Roemer, pese a que estaba en otro continente. Recordó que desde Israel pudo avanzar en procesos judiciales a través de diversos amparos.

“Una de las cuestiones que nos sorprendió mucho a todas fue el día que él presenta una demanda por daño moral en contra de una de las denunciantes y cuando a ella le tocaba desahogar su confesional tenía un asunto laboral, se justificó ante el tribunal y aún así la tuvieron por no presentada…  En el caso de Andrés “N” ha sido enfrentarnos a una a un poder que él tiene y que ha logrado convencer de alguna u otra manera a los poderes”. 

La abogada explica que hasta el momento solo han tenido contacto con la institución a cargo de Ernestina Godoy.

“Lo que esperamos es saber cómo se están manejando todos los elementos probatorios ante Israel y hacer una estrategia conjunta como coadyuvantes en esta investigación para que, en caso de que se extradite, podamos llegar a buen término ante las instancias jurisdiccionales de México.

“Este caso pone a prueba al Estado mexicano de que realmente haga efectivo y garante este derecho que tienen todas las denunciantes, todas, no solamente las cinco que están allá, sino todas las que han puesto su vida sus historias su cuerpo sus nombres sus testimonios para poder llegar a este punto”, concluye Ugarte.

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