#ExigeATuCandidat@: La Lista de demandas de la comunidad lésbica a las y los aspirantes

Toluca es conocida por su mentalidad mayormente conservadora, tanto en lo académico como en lo laboral y por consiguiente, lo social. Con ello viene el estigma, la discriminación y segregación de oportunidades para las lesbianas principalmente las “visibles” o las que no esconden su vida para compartirse con una mujer. Hay un “castigo” implícito en la cotidianeidad para nosotras sólo por existir como lesbianas. Las lesbianas vivimos condiciones de doble vulnerabilidad al ser mujeres y lesbianas, y estamos a expensas de recibir violencia verbal, física, psicológica y económica por estos dos factores, aunado a eso seguimos enfrentándonos a instituciones que no están hechas para garantizarnos justicia social, igualdad de derechos y seguridad. Pueden estar en la Constitución, como el matrimonio igualitario, pero en la acción nos siguen marginando en los servicios de salud, en los trabajos y en los programas sociales.

Creo que hay demasiados ámbitos con problemáticas evidentes, de por sí las mujeres no tenemos el espacio, los derechos y la facilidad que los hombres tienen, ahora las lesbianas todavía estamos un paso más atrás. Por ejemplo, en el ambiente médico a mí alguna vez se me llegó a pedir que fuera más discreta cuando daba mi consulta, por mi manera de vestir, en ese entonces solo llevaba una camisa formal de manga larga y pantalón con cinturón, o sea, que el comentario realmente era dirigido a mi relación con otra mujer. Entonces, en teoría no debería haber problemas, nadie debería decirle nada a nadie sobre su vida personal, pero sí ocurre.

El principal problema me parece que es la falta de representación, en todos los ámbitos. En el social, las parejas lésbicas, -en mi propia experiencia- es como si no existieran, como si no fueran algo serio. Por lo tanto, no se considera que podemos formar una familia o establecernos tal cual como una pareja casada, con derechos y prestaciones.

Y la falta de visibilidad repercute en que no existan programas o beneficios enfocados específicamente en las parejas formadas por dos mujeres.

Creo que uno de los principales problemas del sector, porque no creo que pueda decir que sea el único, es que hace falta ser específicos con los problemas de las lesbianas y no sólo nombrarlo como un problema de la comunidad LGBTIQ+.

Creo que no todo se debe agrupar, merecemos un nombramiento específico porque justo las lesbianas como palabra, como concepto y como sector somos las que menos se nombran en el colectivo LGBTIQ+. Que no dé miedo atender los problemas específicos de las lesbianas, de las mujeres lesbianas dentro de un colectivo de diversidad sexual.

Consideramos que ni siquiera las y los candidatos contemplan a la población de las lesbianas con problemáticas propias y como prioridad para desarrollar políticas públicas, a menos que se nos incluya dentro de lo LGBT al momento de “felicitarnos” en un post de Facebook o Instagram.

Hay una deuda histórica porque a diferencia de los hombres que incluso siendo gays tenían libertad económica a las lesbianas como a las demás mujeres, se nos privó de la educación y de trabajos que nos permitieran esa misma libertad. La lesbofobia y la lesbo misoginia no son prácticas que se puedan solucionar en un solo sexenio o gubernatura. Se debe inculcar una cultura de respeto desde los planes educativos, los entornos laborales, y por supuesto, en las leyes.

De igual forma, las autoridades no cuentan con concientización, ni preparación para llevar casos de lesbofobia de manera correcta.

Hace falta prestarle atención a los derechos de la comunidad lésbica, por ejemplo está el caso de Renata y Maya. Creo que es un claro ejemplo de cómo las cosas parece que están escritas muy bonitas en la teoría, pero a la hora de los hechos pasa algo, pues a Renata y a Maya no se les recoció como familia, como esposas. Entonces, son esas situaciones en las que se genera el miedo, al menos yo que soy médica siempre he temido de que si estoy en el hospital, inconsciente y llega mi esposa, le digan: “¿sabes qué? Tú no puedes pasar porque, pues, no son familia”.

Ese es un problema, la falta de reconocimiento a nuestros derechos, no es que queramos que nos reconozca todo el mundo, pero es en ese tipo de situaciones donde sí hay una diferencia. Quisiera que se hagan las cosas como deben de ser: nadie hubiera dudado de un hombre que dice ser esposo de una mujer y lo hubieran mantenido en contacto con los hospitales.

De entrada, ni siquiera del aborto ha habido posturas claras, me parece que las y los candidatos evaden el tema, mucho más el tema de las parejas lésbicas. Creo que tienen un poquito más de terreno ganado las parejas homosexuales, las parejas gay, ellos tienen un poquito más de representación, de mención, en ciertas candidaturas, pero yo no he visto absolutamente nada a favor de nosotras por parte de algún candidato o candidata.

En mi delegación, que es la Magdalena Contreras, no hay atención LGBTIQ+. Nunca he visto que se hable de las lesbianas o de su salud sexual y reproductiva, por ejemplo. Pendientes hay muchos, creo que podría haber más atención en general.

En la Magdalena Contreras no se tiene ni siquiera en el mapa a esta comunidad no es prioridad atenderlas en mi alcaldía.

Actualmente, no hay ninguna política pública exclusiva de las lesbianas, porque volviendo al punto anterior, la política mexicana no reconoce a las lesbianas como población particular. Para atender o visibilizar los espacios educativos y de acompañamiento son las colectivas desde la autonomía lasque tienen que hacerse cargo, pese a que no reciben ningún apoyo de las autoridades.

He visto que en la Ciudad de México están haciendo muchos proyectos de poesía de mujeres y sé que lo llevan a cabo lesbianas. Estos proyectos de arte no deberían echarse abajo, los programas de cultura enfocados en las mujeres lesbianas, están llenos de acción y son muy poderosos.

La posibilidad de contraer matrimonio de personas del mismo sexo, entre dos mujeres, dos hombres, eso no puede echarse ya para atrás y deben desarrollarse, impulsarse, más facilidades para la adopción que, aunque está en la ley y se ha avanzado en muchos sentidos, la realidad es otra. Sigue habiendo prejuicios, estereotipos y cierta renuencia a que un niño o una niña sean adoptados por una familia homoparental o lesbomaterna.

Creo que eso es lo que podría intentar echarse para atrás, pero por el contrario creo que deben de profundizarse ciertas políticas públicas, que se apliquen realmente las normativas.

Para mí, ha sido útil encontrar estos puestos que atienden a la diversidad sexual en las ferias, como ha sido la feria universitaria, o en algunos metros, en algunos centros culturales como Los Pinos, como el Centro Nacional de las Artes. Siempre hay una carpita y hay pruebas rápidas de VIH, condones o atención psicológica, esas han sido útiles en mi caso.

Propondría que se incluya más a las lesbianas, por ejemplo, también hay condones femeninos, y no toda la información sexual debe centrarse en la comunidad gay.

Es importante implementar programas de sensibilización para las autoridades, servicios auxiliares e instituciones sobre los derechos de las lesbianas. Necesitamos programas de apoyo, ya que el sistema patriarcal y machista nos priva de oportunidades laborales y muchas vivimos en precariedad. Nos urgen actividades dirigidas a la comunidad de lesbianas sobre salud física, ginecológica y mental, pero desde una mirada feminista.

Desde Rebeldías Lésbicas Toluca y Espacia Lavanda coincidimos en que las lesbianas estamos en todo el país y nos unimos para luchar en contra de casos de lesbofobia y violencia estructural contra nosotras. Hasta donde tope.

Como médica me gustaría que se implementaran campañas de sexualidad entre mujeres, pues tal vez no vas a prevenir un embarazo, pero sí puedes prevenir en el tema de salud emocional entre ellas, y hablar del miedo y el cuidado del cuerpo.

También me encantaría que hubiera programas de literatura y arte, sobre todo mucha poesía y más ferias del libro donde vayan lesbianas ponentes.

Me iría a la parte de cambiar la conciencia social, pero eso no lo va hacer un candidato o una candidata, se puede hacer mediante la educación, hay que ayudar a otras personas a abrir más los ojos, el panorama, y mencionar todo el tiempo, en los medios de comunicación que existen familias heterosexuales, lésbicas y homosexuales.

Cuando utilicen sus discursos, que nos nombren, a todas las posibilidades de familia, y creo que eso va a tener un impacto a mediano y largo plazo.

Me gustaría hablar de temas laborales. Personalmente, he visto que está muy invisibilizada la existencia de las lesbianas en los trabajos y creo que parte de ello es que podemos creer que los trabajos o el área laboral no es un lugar seguro para ser o expresar libremente tu sexualidad.

Es importante que se den pláticas contra la violencia de género en los trabajos o pláticas informativas para saber que existe la diversidad sexual, que hay otros tipos de familias… Me gustaría que desde las instituciones gubernamentales impulsaran políticas para sensibilizar en torno a la diversidad, porque las lesbianas existimos y trabajamos en muchos sectores.