El presidente de Perú, Martín Vizcarra, destituido tras juicio político
Martín Vizcarra, elegido presidente del Perú. Foto: By Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú/Wikipedia Commons

Dan Collyns/The Guardian

Perú vive en medio de la incertidumbre política porque su Congreso votó por destituir al presidente Martín Vizcarra de su puesto mientras el país se enfrenta a uno de los peores brotes de Covid-19.

En medio de protestas por su remoción, el líder de centro dijo que no disputaría la decisión en las cortes y que dejaría su puesto como jefe de estado.

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Los peruanos salieron a las calles con ollas y cacerolas para demostrar su enojo y oposición al voto que destituye a Vizcarra por acusaciones de corrupción. El desafuero toma al país por sorpresa ya que se esperaba que Vizcarra no perdiera en la votación.

Los legisladores de la oposición de nueve partidos en el Congreso de una sola cámara se unieron para destituir al presidente de 57 años. Citaron acusaciones de corrupción y su mal manejo de la pandemia. 105 legisladores de un total de 130 votaron para removerlo del puesto.

Acompañado de sus ministros la noche del lunes, Vizcarra dijo que abandonaría el palacio presidencial.

“Hoy dejo el palacio de gobierno. Hoy voy a casa”, dijo. “La historia y los peruanos juzgarán las decisiones que cada uno de nosotros tomemos”.

Vizcarra, quien ha realizado una continua campaña en contra de la corrupción en los más altos niveles, dijo que se iba con la conciencia tranquila. 

Su lucha en contra de la corrupción lo volvió popular entre los peruanos pero se ganó muchos enemigos en el congreso y su destitución es el clímax de un enfrentamiento mordaz con los legisladores de la oposición a quienes había intentado poner a raya con reformas anti-soborno. 

Muchas figuras públicas consideran que se trató de un golpe de estado.

“Los más afectados por el golpe serán los ciudadanos”, escribió Augusto Álvarez Rodrich, comentarista político y columnista. “Se van a enfrentar a un panorama desolador en medio de la degradación política a causa de intereses ambiciosos, insaciables e ilegítimos.”

Vizcarra niega los más recientes alegatos “sin base” y “falsos” de que aceptó sobornos por 2.3 millones de soles (12.9 millones de pesos mexicanos), por parte de compañías que ganaron contratos públicos cuando era gobernador de la región de Moquegua.

“Los cargos por corrupción en contra de Vizcarra parecen tener ciertas bases”, tuiteó Jo-Marie Burt, una experta en Perú de la Washington Office on Latin America, grupo que promueve los intereses de la región.

“Pero la mayoría de los observadores con los que he hablado consideran que no son tan graves como para ameritar una destitución. Vizcarra había prometido someterse a una investigación al final de su mandato”, agregó Burt.

De acuerdo a la constitución peruana, el presidente del congreso, Manuel Merino, es el siguiente en la línea para reemplazar a Vizcarra como presidente interino. Merino, un legislador de la oposición, prestará juramento el miércoles, apenas unos meses antes de las elecciones programadas para abril.

Los legisladores de la oposición intentaron destituir a Vizcarra en septiembre pero no consiguieron suficientes votos en un juicio para el desafuero por supuestos vínculos con contratos irregulares del gobierno con un cantante poco conocido.

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