Por qué los demócratas perdieron a los votantes latinos en la frontera de Texas

Alexandra Villarreal/The Guardian

Para pintar agresivamente de azul a Texas en este ciclo electoral, los miembros del Partido Demócrata contaban con la ayuda de gente como Bárbara Ocañas, una latina de 37 años con educación superior del valle del Río Grande. 

Pero, después de que Donald Trump recibió críticas por usar la palabra “coyote” para describir a contrabandistas, a Ocañas la decepcionaron los liberales que estaban más preocupados por la semántica en lugar de la realidad de la crisis migratoria que afecta su hogar. Como la hija de un inmigrante mexicano, ella piensa que los inmigrantes indocumentados son “solo personas, como tú y yo”. 

Sin embargo, cuando se trata de obtener la ciudadanía de EU, “hay una manera correcta y una manera incorrecta de hacerlo”, dice. 

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También teme por lo que significaría la administración del nominado demócrata Joe Biden para la gente que conoce cuyos empleos dependen de refinerías o de transportar crudo. Así que, al enfrentarse a una papeleta y a una decisión, Ocañas decidió que preferiría cuatro años más con Donald Trump en la Casa Blanca

“Ninguno de nosotros nos lo tomamos a pecho cuando nos llamó violadores y ‘bad hombres’”, dice. “Tenemos la piel gruesa”. 

En los pueblos fronterizos de Texas con muy poca participación electoral, los residentes sí se presentaron a las casillas esta elección, excediendo la afluencia del 2016. Pero cuando los resultados se revelaron el martes en la noche, el éxito promedio de Biden ni siquiera se acercó al golazo de Hillary Clinton cuatro años antes, revelando las debilidades demócratas en un sector clave cuyos votos se habían dado por hecho. 

“Los demócratas asumieron que contaban con la lealtad histórica de la gente en el valle”, dice Natasha Altema McNeely, una profesora asociada de ciencia política de la Universidad de Texas Rio Grande Valley. “Y esa asunción, creo yo, es muy peligrosa para los demócratas si con ello esperan que el valle se mantenga azul”. 

De todas formas Biden ganó Hidalgo, el condado de Ocañas, pero por una fracción del margen. En el condado de Starr, en el que Clinton había dominado con una diferencia de 60 puntos, los votantes se inclinaron por Biden por solo 5 puntos. Y, después de que los demócratas arrasaran con una ventaja de casi 33 años hace cuatro años, el condado de Zapata se volteó para entregarle a Trump una victoria de impacto. 

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Esa erosión del apoyo demócrata sucedió incluso después de que demócratas de alto nivel de la campaña de Biden bajaran a la frontera de México-EUA antes del día de la elección. Jill Biden, la esposa de Joe, hizo campaña en El Paso el primer día de votos adelantados, cuando – entre los rumores de que Texas se podría ganar – le dijo a su audiencia que una victoria en el estado significaría que “somos imparables”. 

La raza unida ¿jamás será vencida?

Después, en una sesión de 11 horas para ganar el voto, los antes rivales para la presidencia Beto O’Rourke y Julián Castro unieron fuerzas con la nominada a la vicepresidencia, Kamala Harris, en el valle la semana pasada. Harris voló al sur de Texas “porque aquí hay personas que importan”. 

Aunque los residentes del valle tienden a ser partidarios de la izquierda, “mucha gente en realidad sangra rojo” ideológicamente, dijo McNeely. Un poco de esto viene de las creencias religiosas, con grandes contingentes de católicos y protestantes evangélicos en el área. 

También hay un machismo pernicioso entre algunos latinos, así que al ver a un “hombre fuerte” pudo haber aumentado el entusiasmo por Trump, dice Manuel Grajeda, el estratega tejano para la organización de activismo para derechos civiles UnidosUS. Para Ed Espinoza, el director ejecutivo de la organización Progress Texas, el giro dramático en el sur de Texas la noche de la elección pareció “menos como latinos dejando a Biden y más como votantes rurales volando hacia Trump”. 

Pero un pico potencial en los valores conservadores no explica del todo por qué los demócratas perdieron tanto terreno en la frontera. En la elección, los latinos de Texas estaban menos preocupados por asuntos sociales como limitar el aborto, y más interesados en políticas de salud y la economía, de acuerdo a la encuesta americana de la víspera. 

Por encima de todo, estaban preocupados por la devastadora pandemia de coronavirus, y las reacciones negativas a las duras restricciones por Covid-19 pudieron haber contribuido un poco para la tibia recepción en el valle, sugiere McNeely. 

Aunque al principio los gobiernos de los condados de ahí recibieron atención positiva nacional por su hábil respuesta al virus mortal, el impulso continuo de medidas de prevención después de que el estado emergió abruptamente del confinamiento fue controversial entre algunos residentes. Algunos comentadores en línea criticaron a los oficiales por lo que ellos percibieron como reacciones exageradas a la pandemia, dijo McNeely, incluso aunque los hospitales del valle acumularon un número devastador de defunciones. 

Otro factor potencial es la gran presencia de las fuerzas de la ley en el valle y sus alrededores, incluyendo a oficiales con la muy politizada agencia de seguridad fronteriza del gobierno federal. Ocañas, por ejemplo, ve a los agentes de la patrulla fronteriza como protectores, no enemigos, y se quejó de las críticas que ellos reciben en su trabajo. 

Alrededor de tres cuartos de residentes del valle se oponen al proyecto de Trump del muro fronterizo, incluyendo a Ocañas, que está consciente de que no hará “absolutamente nada” para detener los cruces de migrantes. Pero si crea trabajos, ella dice, y mientras que la administración de Trump financia la seguridad fronteriza, “veo más acción”. 

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La posibilidad de un aumento en los impuestos también alejó a Ocañas de la boleta Biden*Harris, un tema recurrente entre los votantes, dijo Grajeda, aunque Biden aseguró a los estadounidenses que cualquiera que gane menos de 400 mil dólares al año no tendría ningún aumento de impuestos bajo su mandato. En donde vive Ocañas, el ingreso medio por hogar es por debajo de 40 mil dólares en los últimos años. 

A fin de cuentas, Ocañas dijo, los demócratas liberales no entendieron a los votantes latinos – y son condescendientes, “casi como si fuéramos estúpidos, casi como si fuéramos niños”. Aunque ella ha tratado de tener conversaciones con gente “en el otro lado” del debate político, la han llamado loca y traidora a la raza en su cara. 

Victoria M DeFrancesco Soto, decana asistente de la escuela de asuntos públicos LBJ de la Universidad de Texas, hizo la hipótesis en la noche de la elección que la falta de mítines tradicionales por el Covid-19 pudo haber jugado un papel en el bajo desempeño de Biden en el Valle. 

Pero la pandemia no detuvo a las caravanas de seguidores de Trump para movilizarse por el sur de Texas en los meses antes del día de la elección, un presagio de lo que iba a pasar. 

“Creo que la gente que iba a votar por Trump estaba mucho más emocionada que la gente que iba a votar por Biden”, dice Grajeda. “Y creo que la gente que está más emocionada por votar por Biden son gente blanca de clase media alta”. 

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