Expolíticos bolivianos cuestionan el intento de golpe de Estado en Bolivia
Militares hacen presencia con tanques frente a la sede del Gobierno de Bolivia, este 26 de junio de 2024 en La Paz (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

El exministro de Bolivia Carlos Sánchez Berzaín calificó de “autogolpe” el levantamiento del miércoles de un grupo de militares en contra del Gobierno de Luis Arce, mientras que otro exfuncionario que no quiere ser identificado dijo a EFE que hay que tomarlo en serio porque pudo ser un “globo de ensayo”.

Sánchez Berzaín subrayó en su cuenta de X que se trató de un “autogolpe, simulación o ajuste de cuentas, probables escenarios del alzamiento militar. El desorden de una dictadura en crisis, espectáculo registrado la tarde de este 26 de junio en la nación “sometida” a las dictaduras del socialismo del siglo XXI”:

Berzaín, refugiado en Estados Unidos desde la caída en 2003 del entonces presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien era ministro, agregó que fue un “espectáculo” lo registrado la tarde del 26 de junio.

Para el exministro de Defensa lo ocurrido ayer hace parte del “desorden de una dictadura en crisis”.

Otra fuente política boliviana en Estados Unidos que pidió no ser identificada dijo a EFE que el hecho reviste gravedad porque pudo ser un “globo de ensayo” para medir la reacción del público y eventualmente llevarlo después a la realidad.

“Esto de Bolivia es un globo de ensayo y hay que tomarlo con cuidado, con seriedad (…). No hay que minimizarlo como muchos dicen que es una payasada”, indicó.

Agregó, además, que se “desvanece” que fuera un golpe militar porque gran parte del personal que fue era policía militar y después ninguna unidad ha manifestado su apoyo. “No tiene las características de un golpe militar por ningún lado”.

“El fondo de este problema es la institucionalidad, los principios democráticos, la independencia de poderes, la corrupción en el Ejército es tremenda”, agregó.

El levantamiento militar del jueves en Bolivia, que logró controlar el gobierno y detener al cabecilla, el ya destituido general Juan José Zúñiga, ha generado dudas en la comunidad internacional.

El acontecimiento plantea muchas incógnitas en Bolivia, un país en crisis económica y social y con el expresidente Evo Morales enfrentado al actual mandatario, que antes fue uno de sus más estrechos colaboradores.

-Con información de EFE.

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