‘No necesitas pagar mucho dinero por un buen vino’: Valle Redondo
El consumo de vino en México ha aumentado notablemente, pasando del 15% al 22% en la última década. Este crecimiento refleja una creciente apreciación por los vinos nacionales y una transformación en la cultura vinícola del país.
El consumo de vino en México ha aumentado notablemente, pasando del 15% al 22% en la última década. Este crecimiento refleja una creciente apreciación por los vinos nacionales y una transformación en la cultura vinícola del país.
En el mercado global, México está empezando a ganar reconocimiento por sus vinos, un cambio significativo que refleja el creciente interés en la viticultura nacional. Esta transformación no ha sido rápida ni sencilla, pero la dedicación de las bodegas mexicanas está comenzando a dar frutos.
Alejandro Cetto Silva, director general de Valle Redondo, y su padre Alejandro Cetto Roca, director del consejo, observan con satisfacción el emergente resurgimiento del vino mexicano. En la última década, han sido testigos de un cambio notable: el consumo de vino entre los mexicanos ha escalado del 15% al 22%. Este crecimiento no solo refleja una mayor apreciación por los vinos locales, sino también una profunda transformación en la cultura vinícola del país.
“Estamos rompiendo con esos paradigmas, rompiendo con ese tema de ‘(el vino) solo es para extranjeros’ o ‘solo es para ocasiones especiales’ y cambiarlo por ‘puedo tomarlo todos los días’, pues es una cultura milenaria”, resalta Cetto Silva.
El crecimiento también lo atribuyen a ofrecer un buen producto a un buen precio, una estrategia que ha resonado bien con los consumidores. “Hay que enseñarnos como mexicanos que no necesitas pagar mucho dinero por un buen vino y que existen paladares para todo”, dice el director general adjunto, Maurizio Cetto Silva.
El auge del vino mexicano se debe en parte a la diversidad de microclimas en el país, que permite una gama de vinos con características únicas. Aunque Baja California, Coahuila y Querétaro son reconocidos por sus vinos, Aguascalientes y Zacatecas también desempeñan un papel importante, con una tradición vitivinícola que data de hace décadas.
“Los vinos de Baja California son buenos, también lo son los de Coahuila, los de Chihuahua y los de Guanajuato, que está empezando, así como los de Querétaro. Y estamos nosotros en una franja en donde ya hay muchos años de tradición vitivinícola, como lo es Zacatecas y Aguascalientes que cuenta con 12 casas vinícolas, la cosa es que la gente se atreva y los pruebe”, explica Alejandro Cetto Silva.
Valle Redondo, que cumplió 60 años, ha sido parte de este desarrollo. Fundada en 1964 por Luis Ferruccio Cetto en Baja California, la empresa se trasladó a Aguascalientes, donde ha continuado creciendo. Hoy, Valle Redondo cuenta con un portafolio que incluye vinos, jugos, sidras y destilados, y exporta a más de 15 países de Centroamérica y Caribe, Estados Unidos, Canadá y Asia y “estamos picando piedra en Europa”, revela Cetto Roca.
“El consumo del vino en México ha crecido de una manera importante y tanto nosotros, como muchas otras empresas, estamos en una categoría que lleva varios años creciendo a doble dígito, la gente lo ha aceptado bien. Yo creo que el camino correcto de nuestras marcas es dar un buen producto a un buen precio, eso ha ayudado mucho a tener los resultados que tenemos”, asegura Cetto Roca.
Los Cetto reconocen los desafíos enfrentados, desde la falta de apoyo gubernamental hasta las fluctuaciones del mercado. Sin embargo, siguen comprometidos con la expansión y la innovación. En el horizonte, están trabajando en nuevos productos como mezcal y tequila, que podrían ampliar aún más su influencia en el mercado.