Marcela Madrazo, el enlace clave entre Cofepris y SRE
Marcela Madrazo fue el puente estratégico entre la cancillería y la Cofepris. ©Foto: Angélica Escobar/La-Lista.

Su batalla contra el virus SARS-CoV-2 comenzó en junio. Marcela Madrazo no supo dónde se contagió, pero desde su casa continuó con su labor en el Grupo de Reacción Covid: ser el enlace entre la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Siguió con las videoconferencias y las llamadas para asegurar la llegada de las vacunas contra el Covid-19 a México.

Los síntomas no fueron graves: cansancio, dolor de cabeza y cuerpo, conjuntivitis y complicaciones gástricas. Por su mente, cuenta, nunca pasó la idea de parar porque el objetivo era que la población mexicana tuviera vacunas. No había tiempo que perder.

La cadena de colaboración se afectaba si un eslabón se detenía y Madrazo era un vínculo estratégico. Cuando la cancillería ubicaba insumos como mascarillas, cubrebocas, pruebas PCR o serológicas, ventiladores y vacunas en cualquier país, le enviaba a ella las especificaciones técnicas. Éstas pasaban a Cofepris, donde revisaban si cumplían con la normativa de México. Si todo estaba en regla, se hacían los pedidos y, en paralelo, se trabajaba en los documentos para emitir los permisos sanitarios de importación.

El mayor logro a nivel personal fue el acercamiento y el trabajo, que fue un deleite. Con el equipo de la subsecretaria Martha Delgado el logro fue poder obtener los permisos sanitarios de importación para que pudieran correrse en México fases 3 del protocolo de investigación de algunas vacunas, y poder avanzar en los procesos de autorización para que éstas puedan llegar ya en un plazo muy breve al país”.

También se involucró en la vinculación y comunicación de Cofepris con autoridades regulatorias sanitarias de otros países. ¿Su misión? Conocer lo que hacían para agilizar los procesos de autorizaciones de emergencia para las vacunas e intercambiar mejores prácticas.

La colaboración con otras dos mujeres fue fundamental en Cofepris para llegar a buen puerto con las vacunas contra el Covid-19: la excomisionada de autorización sanitaria Elvira Espinoza, quien con su equipo revisó los expedientes de las dosis para emitir permisos de importación cuando se requerían para la fase 3. Y Gardenia Mayo, la responsable del centro integral de servicios, quien facilitó el acercamiento con la industria farmacéutica para asesoría y acompañamiento durante la integración de los dossier de las vacunas.

La anticipación

Cuando se aprueba una vacuna existen muchas fases que se presentan en orden subsecuente, pero en este caso corrían en paralelo. Madrazo reconoce que si pudiera hacer algo diferente sería haber iniciado antes el proceso de buscar y traer las vacunas a México.

“Si alguien nos hubiera podido presentar una película del futuro y nos hubiera dicho cómo íbamos a estar en México por abril y mayo, seguramente el esfuerzo en lugar de haber iniciado a finales de febrero hubiera arrancado quizá desde diciembre. En estos temas uno o dos meses de anticipación pueden hacer una gran diferencia”. Lo dice a partir de su experiencia: estaba en el equipo de la Secretaría de Salud cuando, en junio de 2009, la OMS declaró el inicio de la pandemia de influenza H1N1.

Para Madrazo, el error de algunos países en este pandemia es que dijeron que no iban a pedir la vacuna ni realizar pedidos hasta estar seguros de que servía. Esto los colocó en los lugares más lejanos en la lista. “Lo que hizo la Secretaría de Relaciones Exteriores fue buscar el portafolio de todas las vacunas y fincar pedidos”.

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