El 70% de los robos con violencia a transporte público del país ocurre en el Estado de México

“Como decía Sócrates: yo solo sé que no sé nada”, dice el conductor de una combi en el paradero del metro Cuatro Caminos. Habla, pero no dice su nombre. Asegura que la mejor forma de protegerse es no denunciar la violencia que vive. Si lo hace, quienes se dedican al robo de transporte público podrían tomar represalias contra él.

“¿Y yo cómo sé que tú no eres uno de esos rateros?”, pregunta desconfiado. Es un chofer alto y robusto, de unos 50 años, pero se mantiene alerta de los hombres a su alrededor. Hombres a quienes sin duda podría derribar en un abrir y cerrar de ojos si no fuera por el miedo a que formen parte de una banda delictiva o lleven algún tipo de arma.

“Ahorita mismo te podría señalar las personas que me han robado y extorsionado, ¿pero de qué sirve?”, dice, se da media vuelta y se sube a su vehículo para esperar su siguiente corrida. Su ruta va de Cuatro Caminos al municipio de Naucalpan, Estado de México, un recorrido donde ocurren asaltos cada semana, a diario.

Cuatro Caminos es uno de los paraderos más grandes de la Zona Metropolitana del Valle de México. Las autoridades calculan que más de 250 mil pasajeros utilizan las rutas que tienen destino a la Ciudad de México, así como a municipios vecinos, entre ellos, Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Tultitlán, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Huehuetoca y Tepotzotlán. 

De día y de noche. En combis o en camiones. Con armas de fuego o cuchillos. Con groserías y golpes. Las personas que transitan por Cuatro Caminos cuentan cómo han sido asaltadas y su percepción es que la inseguridad va en aumento.

“Yo iba camino al trabajo y se subió un chavo bien vestido a la combi, no se veía raro (de actitud sospechosa). De la nada nos dijo a quienes estábamos atrás que le diéramos las cosas. Luego se pasó adelante, le apuntó con una pistola al conductor y después a nosotros”, recuerda Jimena Ortega, una estudiante de 18 años víctima de robo hace cuatro meses.

“Hace un mes yo venía a trabajar, se subieron dos personas como pasaje a la combi y más o menos por Mundo E sacaron armas de fuego. Se miraban personas de bien, pero la realidad fue otra”, comparte Daniel Leori, un empleado administrativo de 30 años.

Siete de cada 10 asaltos con violencia en transporte público individual y colectivo registrados en el país en los primeros 10 meses del 2021 han ocurrido en el Estado de México. Entre enero y octubre del 2021 en todo el país han sucedido 9 mil 328 asaltos con violencia en el transporte público, de los cuales 6 mil 499 se registraron en el Estado de México, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El 68% de los robos con violencia en transporte público se concentra en 10 de los 125 municipios del Estado de México. Estos son: Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Cuautitlán Izcalli, Toluca, Tlalnepantla, Tecámac, La Paz, Tultitlán y Atizapán. Se trata de localidades vecinas a la Ciudad de México y en las que diariamente hay una gran movilidad.

Cada día se registran más de 15.5 millones de viajes de personas que van del Estado de México a la Ciudad de México y viceversa, según un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía del 2017. Esta gran movilidad se da en las 16 alcaldías de la Ciudad de México y en 56 municipios conurbados del Estado de México.

La-Lista entrevistó a pasajeros y conductores de transporte público durante varios días y a través de un sondeo. Todos comentaron que en los asaltos que han sufrido los agresores generalmente fueron hombres que utilizaban armas de fuego o cuchillos. A nivel local, las cifras del SESNSP indican que en el 93% de los robos a transporte del Estado de México se usa la violencia.

El crimen en el transporte de Edomex también ha causado daños irreparables. El pasado mes de octubre Daniel Moncada, un periodista de 24 años, fue asesinado en medio de un asalto en una combi que transitaba por la avenida Carlos Hank González, en el municipio de Ecatepec. En esa ocasión, los ladrones dispararon para arrebatarle su celular y su dinero. Las autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México aún no han encontrado a los responsables.

Esquivar la violencia en el Estado de México

Ante la inseguridad, conductores y pasajeros han tenido que crear estrategias para cuidarse ellos mismos. En el caso de los choferes, por ejemplo, han creado grupos de WhatsApp para comunicarse y han instalado cámaras de seguridad en el interior de sus combis para grabar a las personas que asaltan.

Noé Rendón, conductor de una combi en Naucalpan, relata que una noche del pasado mes de julio un hombre se subió junto a él en los asientos de la parte delantera. Primero le pagó el pasaje y minutos después sacó una pistola, le apuntó y le dijo: “Ya sabes a qué vine”. Noé, quien tiene 70 años, le entregó un estéreo y 600 pesos, su ganancia equivalente a un día de trabajo. 

Noé y sus compañeros de ruta también han implementado el uso de WhatsApp para comunicarse si han sido víctima de algún robo o si ven algún pasajero con actitud sospechosa. Sobre las cámaras de seguridad, Noé comparte que una empresa privada, de la que no dice el nombre, se la vende en 3 mil pesos y adicionalmente le cobran una renta de 500 pesos mensuales para monitorearlo en vivo.

“A un chavo le pasó que los rateros llegaron y pssst… Le echan spray a la cámara y ya no se ve nada. Como quiera una cámara sí es protección, pero tampoco es seguro”, considera Noé. “Es que te caen a la de sin susto, te dicen a ver cuánto traes y pum pum pum, luego luego te sacan el cuete o, si no, la punta”.

En redes como Facebook también se pueden encontrar grupos y páginas donde se difunden los videos de los robos, donde se comparten fotografías de las personas captadas cometiendo un asalto.

Hace apenas un año se creó el canal de Youtube y la página de Facebook Asaltos Edomex, donde se difunden videos de cometidos en combis del transporte público. Su canal de YouTube tiene videos de asaltos captados por las cámaras del transporte que alcanzan un millón de reproducciones.

En el grupo “Quemón de choferes del transporte público zona oriente” también se han publicado fotografías de conductores que han afectado a los usuarios o de delincuentes que han cometido robos.

En lo que respecta a los pasajeros, ellos también han tomado sus medidas de protección contra el robo, según los testimonios recabados: no llevar objetos de valor, tener un segundo celular viejo o descompuesto, apartar poco dinero para sacarlo rápido, meter objetos en el zapato o el calcetín, esconder las bolsas para que éstas no sean visibles y, de plano, no oponer resistencia.

El problema no es nuevo. Génesis Orduña, una profesora de 26 años que vive en Tlalnepantla, narra que en el 2016 dos sujetos se subieron al camión donde viajaba y con armas de fuego le quitaron todo a los pasajeros. La joven viajaba con su mamá, quien se resistió a entregar sus cosas y forcejeó con el ladrón, pero no pasó a mayores.

Aunque ya transcurrieron cinco años del asalto, Génesis asegura que una vez que eres víctima de robo en el transporte público del Estado de México no puedes viajar en paz. Como si ese hecho dejara tatuado un sentimiento de miedo permanente.

“Es un shock muy grande porque no sabes qué va a pasar, en ese momento no puedes dimensionar escenarios, solo estás viviendo el momento”, relata la joven. “Una vez que te pasa algo así, te subes con temor al transporte, ves a todos los pasajeros y te da miedo como sea que estén vestidos o como se vean”.

Falta de vigilancia e impunidad en robo de transporte público

Los registros de los asaltos son la punta del iceberg de este problema que se concentra en el Estado de México. Durante el 2020 ocurrieron 1 millón 997 mil 46 robos en el transporte público y en la calle, pero solo el 3.9% de los casos fue denunciado, según  la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), elaborada por el Inegi.

Arturo Zenteno Cano, coordinador operativo de la Zona Metropolitana de la Policía del Estado de México, explica a La-Lista que el robo de transporte público está inmerso en una especie de círculo vicioso de impunidad en el que los delitos no se denuncian, por lo que estos no son sancionados y siguen ocurriendo.

“Se complican las detenciones porque (para realizarlas) en el sistema penal acusatorio tiene que haber flagrancia del delito y una denuncia previa. Muchas veces el ciudadano no lo entiende y pensaría que nos estamos haciendo de la vista gorda, pero no es así, hay cosas legales y jurídicas que a nosotros nos atan”, argumenta Zenteno Cano.

El coordinador de la policía mexiquense informa que desde hace tres meses, se han desplegado operativos con 3 mil elementos de seguridad cada día, en conjunto con la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México; sin embargo, los afectados opinan que la vigilancia sigue siendo insuficiente.

“He trabajado dos años en esta ruta y ya tuve dos asaltos de personas que se suben aquí en metro Múzquiz hacia Media Luna. En el trayecto corto donde no hay vigilancia nos ejecutan”, dice Félix Hernández sentado en la combi que maneja en Ecatepec. “Como ya tenemos un conocimiento de la gente, si vemos a alguien raro nos tenemos que avisar entre choferes para evitar un robo y para dar aviso a las autoridades”.

Félix ha sido conductor de transporte público por 18 años y calcula que en todo ese tiempo lo han asaltado unas 20 veces. La última ocasión fue hace un año, cuando dos hombres se subieron a su combi en la parte de atrás y le quitaron todo a los pasajeros. A él le apuntaron con una pistola en la cabeza y le pidieron que bajara la velocidad, pero por los nervios no lo hizo y le dieron un cachazo.

“El Estado de México se ha vuelto cada vez más terrorífico, ahorita se ha desatado más la delincuencia por lo mismo de que no hay personal de seguridad, no hay una autoridad que abarque (las paradas del transporte público) como en la Ciudad de México”, lamenta.