‘Se siente más feo abajo’: así se vivió el sismo desde el Cablebús ‘Se siente más feo abajo’: así se vivió el sismo desde el Cablebús
Usuarios del Cablebús aguardaron casi una hora después del sismo de este martes. Foto: Cortesía / Ángel Zamora

Faltaban 13 minutos para las 21:00 cuando el Cablebús comenzó a detenerse con pasajeros a bordo. Un sismo originado en Acapulco y que sacudió el sur del país causó la interrupción de la electricidad en varias partes de la Ciudad de México, incluida Iztapalapa. Entonces las góndolas quedaron suspendidas en el aire.

Adentro, los 10 ocupantes, cuatro más de los recomendados para mantener la sana distancia por la pandemia de Covid-19 estuvieron encerrados durante casi una hora.

“Iba normal, todo muy feliz y de repente se escucharon los altavoces y empezó a frenar el sistema. Mantuvimos la calma y esperamos, fueron 57 minutos muy largos“, cuenta a La-Lista Ángel Zamora, quien viajaba en ese transporte durante el sismo de magnitud 7.1 la noche del martes. Su góndola se quedó suspendida a unos 500 metros de la estación Quetzalcóatl, la segunda desde Constitución de 1917.

A pesar de la pandemia, la espera tuvo que ser con las ventanas cerradas “porque iba a entrar la lluvia”, mientras se reanudó el servicio.

“He tenido varios altercados en el sistema ya que cuando lo inauguraron, presumieron que con la pandemia y eso, entrarían seis personas máximo. Ahorita la retacan a más no poder, íbamos las 10 personas”, comenta Ángel.

El gobierno capitalino informó que pasadas las 22:20, todas las personas atrapadas en la Línea 2 del Cablebús habían sido desalojadas.

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Foto: Cortesía / Ángel Zamora

Inaugurada hace apenas un mes, el 8 de agosto pasado, la Línea 2 del Cablebús vivió su primera contingencia. Y Zamora, quien usa a diario el transporte para ir y volver de su trabajo en Benito Juárez, considera que fue atendida de buena manera.

“En cada estación nos percatamos que había policías y una ambulancia. En Quetzalcóatl parecía que no hubo ninguna crisis que atender ni nada. Fue su primer protocolo, era de esperarse”, comenta.

Ángel Zamora relata que durante la espera, algunas de las personas atrapadas trataron de comunicarse con sus familiares, pero perdieron la señal de teléfono.

Para su fortuna, él solo tenía que recorrer una estación antes de llegar a su casa. En contraste, otras personas tenían que seguir a estaciones más lejanas como Xalpa o Santa Marta, quienes tuvieron que buscar otros medios para regresar a sus hogares pues el Cablebús suspendió sus operaciones para ser revisado, labores que hasta las 23:49 seguían en desarrollo.

Aunque desde afuera, las imágenes difundidas en redes sociales muestran góndolas columpiándose de un lado a otro, para Ángel la experiencia fue algo distinta.

“Se sintió algo como un movimiento, yo sentí menos el movimiento arriba, ya que estás acostumbrado a que sube y baja la góndola. Iba pasando el poste cuando me tocó, sentí un ligero movimiento, a mi parecer se siente más feo abajo”, comenta.

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