Mezcla especial: el café peruano ecológico deja a otros en las sombras
Dahlia Casancho está liderando a los Mayni en sus esfuerzos de cultivo de café ecológicos. Fotografía: Greg Campher / Easy José Coffee

Dentro de los bosques de nube de Perú, a seis horas en coche de la ciudad de Satipo, la remota comunidad de Mayni está ocupada cultivando café orgánico bajo la sombra del bosque para preservar el rico mosaico de la vida del lugar.

La mayor parte del bosque ha quedado intacto, sólo se ha hecho un claro para plantar árboles de Coffea arabica. Dahlia Casancho, que dirige a los mayni en su empresa ecológica de cultivo de café considera que el café de sombra es un desarrollo positivo para la comunidad, que tradicionalmente cree en un dios del bosque y en dios del río. “La naturaleza es nuestro hogar. La naturaleza nos da agua, nos alimenta y nos permite cultivar nuestro café”, dice. “Es por eso que cuidamos mucho nuestro bosque y queremos que sea sustentable para que nuestros hijos puedan disfrutarlo.

“Como comunidad, esta es nuestra única esperanza”, dice Casancho. “Es por eso que enseñamos a nuestros niños a cuidar el bosque y también le pedimos a otras comunidades que sigan el camino natural”.

Perú es el segundo país productor de café orgánico por región y el mayor proveedor de café orgánico de Europa. El café de sombra de todo el mundo se está convirtiendo en una alternativa viable para las plantas de café que toleran el sol y que se han desarrollado desde la década de los 70, que requieren claros de tierra de gran magnitud  para plantaciones que con el tiempo se acaban la tierra.

Casancho y su tribu recogen las bayas de café y las llevan en grandes canastas tejidas a mano a la estación de lavado en la cima de la montaña en donde se retira la pulpa de la mayoría de los frutos, se remojan y se secan antes de empacarse en bolsas para transportarlos a Satipo para su proceso final.

Por otro lado, Casancho utiliza un proceso de “miel” más lento y laborioso sobre una fracción de la cosecha para hacer un microlote. Recibe el nombre de miel por la pulpa dulce y pegajosa que se queda en los granos. Este método implica retirar la pulpa y dejar los granos pegajosos en camas y darles la vuelta cada ciertas horas para que se sequen naturalmente al sol.

Gracias a los métodos de agroforestación de Mayni, la transición del ecosistema de bosque de nube a plantación de café es difícil de distinguir, incluso para Oliver Whaley, un científico de biodiversidad del bosque tropical del Real Jardín Botánico de Kew.

Cuando el café de sombra se maneja bien junto con la conservación de los bosques, se convierte en la cosecha más sorprendente de la biodiversidad y ni siquiera te das cuenta de que caminas por una zona de cultivo de café”, dice. “No va a haber mucho cambio en el cantar de los pájaros porque la sombra está llena de vida, en todo sentido, desde las enormes mariposas,  las polillas, los monos, los tucanes y las anacondas”.

La continuidad del enramado entre los bosques de la montaña es crucial para las aves y los monos para que no viajen en medio de claros para no arriesgarse ante los depredadores. “El café proporciona esta hermosa posibilidad de movimiento suave”, dice Whaley, quien explica que este frágil ecosistema depende de algo más intrincado que las relaciones. “Puede haber un sólo tipo de abeja que poliniza una orquídea específica que proporciona el vital néctar alimenticio de un colibrí en particular. Si pierdes esa abeja, toda la relación se viene abajo”.

Las regiones de cultivo de café de Perú están en varios de los bosques con más biodiversidad del mundo, en ocasiones con 300 especies de árboles en una sola hectárea, indica Whaley. “SI tomo 20 insectos del enramado, la mitad podrían ser catalogadas como nuevas especies”, dice. “Todavía no se han registrado todas”.

Los sistemas de agroforestación también almacenan carbón en la tierra fértil y sirven para el cultivo de árboles que fijan el nitrógeno como el pacay y el amenazado cedro español.

Además de los beneficios ambientales, la producción de café de sombra tiene un valor económico y social, dice César Meza Cáceres, encargado del enlace de la comunidad con SERFOR, el servicio forestal de Perú.

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La continuidad del dosel del bosque es vital para las aves y los monos que no viajarán a través de brechas por temor a los depredadores. Fotografía: Greg Campher / Easy José Coffee

“Debido a que el café es de tan buena calidad, puede venderse a precio especial a clientes como Easy José, la compañía que trabaja con los mayni para producir café, y eso permite que la comunidad mejore las condiciones de vida y ofrezca oportunidades para las generaciones futuras”, dice.

Aunque SERFOR da incentivos directos para la producción de este tipo de café, el presupuesto que destina el gobierno central en Lima es pequeño, de acuerdo a Cáceres. Easy José y su socio de Reino Unido, Freeman Trading, pagan a los productores una prima para asegurar que los granjeros reciban un buen pago por sus esfuerzos y el tiempo extra que se necesita para producir el café de esta manera.

“Queremos hacer que este método de cultivo de café se convierta en la norma”, dice Greg Campher, director de café de Easy José de Reino Unido, quien está feliz de que otras cinco compañías peruanas sigan los pasos de los mayni, incluyendo a la tribu de Río Blanco y  de Mazaronkiari.

“Los árboles del café tardan más en dar frutos y las cosechas son 30% más bajas pero creemos que los consumidores pagarán más por café ético y sustentable con este origen”, dice Campher, quien ha pedido al gobierno peruano que prohíba que los bosques nativos se talen para sembrar café.

Las cosechas de café de sombra orgánico son muy sensibles al cambio de clima y debido al aumento en  la temperatura el “cinturón del café”, en que el café arabica puede cultivarse, se está moviendo por las laderas hacia alturas mayores de 1,700 y 2,200 metros. Tan sólo hace cinco años, podía cultivarse a 1000 metros sobre el nivel del mar. La crisis del clima también pone presión sobre la producción de café orgánico al aumentar los patógenos como  la broca del café y la roya del café.

En 2019, Perú perdió 162,000 hectáreas de bosque de un total de 74 millones de hectáreas, de acuerdo al World Resources Institute, así que el promedio anual estimado de deforestación es bastante bajo, de cerca del 0.2%. Pero queda relativamente poco de los bosques de montaña de Perú y debido a que esta importante región cafetalera alimenta la cuenca del Amazonas, cualquier destrucción adicional afectaría la regulación de los sistemas de agua y carbón del planeta.

La producción de coca para cocaína es una de las principales causas de deforestación, al igual que las minas de oro, y la tala ilegal. Rodeadas de estas industrias, las comunidades indígenas no pueden migrar por el territorio para responder a los cambios de clima y a las temporadas. “Aquí es en donde queda limitada la capacidad de adaptación de estos grupos indígenas. Las comunidades quedan atrapadas en medio, así es que lo que está haciendo Easy José es fantástico porque le da una opción a los Mayni”, dice Whaley.

El éxito de este tipo de producción sustentable de café depende de una mayor demanda de productos . El café mayni no es barato, 250 gr se venden en 14 dólares aproximadamente.

Debbie Wood, dueña de Summer Café en Wiltshire, ha trabajado con Easy José desde 2014. “Las ventas de café crecieron masivamente en estos años, y nuestros clientes aman absolutamente el origen de este café”, dice. “Se trata de una situación ganar ganar. Tenemos un café con un delicioso sabor y al mismo tiempo apoyamos a las comunidades indígenas y protegemos el medio ambiente”.

Desde junio a diciembre del año pasado, aumentaron las ventas en línea de Easy José  en 1,472%, tal vez debido al cambio de hábitos de compra durante el confinamiento. Pero Campher también cree que está creciendo la preocupación de la gente por la deforestación del Amazonas. “Nuestros consumidores se están volviendo más conscientes y al apoyar a estas comunidades indígenas están teniendo un impacto positivo”.

Con las 2 mil millones de tazas que se consumen todos los días, existe un gran potencial para cambiar los hábitos de consumo. “Todo está en que los consumidores puedan comprobar la verdad y efectuar cambios, muy significativos en este caso”, dice Whaley. “El poder del consumidor puede cambiar y proteger al ecosistema.

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