‘Me di por vencido’: el Robinson Crusoe de Italia abandonará su isla
Mauro Morandi: 'Después de 32 años aquí, me siento muy triste por irme'. Fotografía: Facebook

Un hombre conocido como el Robinson Crusoe de Italia que ha vivido solo en una isla del Mediterráneo desde hace más de 30 años cuando tuvo algunas dificultades en el mar dijo que finalmente se rendirá a la presión de las autoridades de dejar el lugar y se cambiará a un pequeño departamento.

Mauro Morandi, de 81 años, llegó a Budelli, una isla lejos de Sardinia conocida por su arena rosa, en 1989 después de que su catamarán se descompuso camino a las islas del sur del Pacífico. En un fortuito giro del destino, Morandi descubrió que el cuidador de la isla iba a retirarse y abandonó la idea del viaje, vendió su bote y tomó el trabajo.

Desde entonces, Morandi, cuyo hogar es un refugio de la segunda guerra mundial con vista a la bahía, conoce ya cada piedra, árbol y especie animal de la isleta.

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Morandi dijo que decidió dejar el lugar a finales de mes después de varias amenazas de desalojo por parte de las autoridades del parque nacional de La Maddalena, que han estado manejando Budelli desde 2016 y quieren recuperar su hogar y que la isla se convierta en un centro de educación ambiental.

“Abandono la lucha”, dijo. “Después de pasar 32 años aquí, me da mucha tristeza tener que partir. Me dijeron que tienen que hacer trabajos en mi casa y esta vez parece que es definitivo”. Las autoridades del parque Nacional dicen que Morandi hizo cambios a la construcción sin los permisos adecuados.

Morandi, originalmente de Módena en el centro de Italia, dijo que se iba a mudar a un pequeño departamento cerca a La Maddalena, la isla más grande del archipiélago. “Voy a estar viviendo en las afueras de la ciudad principal, así es que sólo iré allí para las compras y el resto del tiempo estaré solo”, dijo. “Mi vida no va a cambiar mucho. Todavía veré el mar”.

En cuanto a Budelli, dijo: “Espero  que alguien pueda protegerla tan bien como yo”.

Durante años Morandi vigiló la isla sin problemas, abriendo caminos, manteniendo limpias sus playas prístinas y hablando del ecosistema a los turistas en las mañanas de verano.

Pero esta labor se vio amenazada  cuando la compañía privada que era dueña de la isla cayó en bancarrota. Los planes de venderla en 2013 a Michael Harte, un empresario de Nueva Zelandia, que prometió mantener como cuidador a Morandi acabaron a causa de las protestas y de la intervención del gobierno italiano. En 2016, un juez de Sardinia dictaminó que la isla regresara a manos públicas.

Se prohibió a los turistas caminar en las playas rosadas de Budelli, de donde se robaban la arena en muchas ocasiones, y nadar en el mar desde la década de los 90, pero pueden visitar la isla durante el día por medio de un bote y pueden caminar por una vereda que se encuentra detrás de la playa.

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Durante los últimos años, se han hecho muchas peticiones que han atraído muchas firmas de apoyo para mantener a Morandi en la isla. La gente que lo apoya expresaron su decepción y su molestia el domingo en su página de Facebook. “No hay palabras… comienza la destrucción del paraíso”, escribió Carmelia Mangano, mientras que Mirella Della Vecchia dijo: “No puedo imaginarme a Budelli sin la protección de Mauro… ¡tienes que resistir!”. Salvatore Sechi pidió a los residentes de las otras islas de La Maddalena que se “rebelaran ante esta injusticia”.

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