¿Por qué nos tomó nueve horas recorrer 210 kilómetros en nuestro nuevo Porsche eléctrico?
Linda Barnes y su Porsche Taycan 4S. Foto: Linda Barnes

Miles Brignal/The Guardian

Una pareja de Kent ha descrito cómo les llevó más de nueve horas conducir 210 kilómetros a su casa desde Bournemouth porque se les dificulta encontrar un cargador capaz de generar la suficiente energía para su automóvil eléctrico.

Linda Barnes y su esposo tuvieron que pasar por seis estaciones de carga que, una tras otra estaban fuera de servicio o encontraban colas, u ofrecían versiones lentas y antiguas de cargadores que no podrían cargar su auto rápidamente en el tiempo de conexión.

Si bien la pareja parece haber tenido “increíble mala suerte”, dice Edmund King, la AA (Asociación de Automovilistas), su caso ilustra algunos problemas que deben resolverse antes de que los propietarios de automóviles eléctricos puedan confiar en la red de carga del Reino Unido.

La pareja, que ama su Porsche Taycan 4S eléctrico, con alcance de más de 402 kilómetros, se puso en contacto con The Guardian para describir lo difícil que es recargar un automóvil lejos de casa. Su viaje habría durado dos horas y media en un automóvil convencional, dicen.

Ellos no son los primeros conductores que aman sus autos eléctricos en quejarse de que la red de carga del Reino Unido está mal mantenida, es complicada y es enormemente difícil de navegar a través de sus diversas aplicaciones y sistemas de pago.

Los últimos coches eléctricos requieren cargadores rápidos de 50 kW a 100 kW para recargarse sobre la marcha, pero son difíciles de encontrar y, a menudo, no funcionan.

Su odisea muestra la dimensión del desafío  que enfrenta el gobierno en búsqueda de una infraestructura funcional antes de que entre en vigor la prohibición de nuevos vehículos de gasolina y diésel en 2030.

Linda Barnes dice que sabían que tendrían que detenerse para una carga rápida rumbo a casa, pero no estaban preparados para lo que sucedió.

“Salimos de Bournemouth con 72 kilómetros de alcance y seguimos el sistema de navegación del automóvil hasta el cargador rápido más cercano, lo enchufamos pero no pasó nada”, dice Linda. “Un asistente del estacionamiento nos dijo que había estado fuera de servicio durante semanas”.

Después de un recorrido en que se toparon con varios cargadores, se plantearon pasar la noche en un hotel. Un taller de Porsche cercano con un cargador lento les dio un impulso gratuito para llevarlos a la próxima área de servicios de autopista. Cuando llegaron allí, una mujer que lo estaba usando les dijo que había tenido que llamar a la línea de ayuda para que lo echaran a andar y que el centro de llamadas estaba a punto de cerrar.

En su siguiente parada, había una cola para usar el cargador lento de 7kW, que funcionaba pero tenía un límite de tiempo de 45 minutos, “claramente inútil”. Ahí, otro conductor les sugirió un hotel cercano que tenía puntos de recarga.

En lugar de arriesgarse a conducir hasta allí y gastar más energía, la pareja llamó por teléfono, pero el staff les dijo que no tenían idea de qué tipo era o si funcionaba.

Cuando finalmente encontraron un cargador rápido en funcionamiento en un área de servicio, pasando antes por dos que no estaban en funcionamiento, se encontraron con ocho cargadores Tesla brillantes, pero descubrieron que no los podrían utilizar porque solo están disponibles para los propietarios de esa  marca.

Afortunadamente, había otro cargador rápido disponible y finalmente pudieron obtener suficiente energía para llegar a casa con solo un 11% de batería de reserva.

Linda dice que la sensación de alivio fue enorme. “Pasamos por toda la gama de emociones en esas nueve horas: resignación, ansiedad, irritación e incredulidad de que esto estuviera sucediendo y, finalmente, júbilo cuando nos dimos cuenta de que llegaríamos a casa”, dice.

“En un momento pensé que tendríamos que pasar la noche en el área de servicio de la autopista. Nos hubiéramos quedado en el hotel si no hubiera sido la noche en que entró en vigor la segunda orden de confinamiento”.

Pensando que sólo habían tenido mala suerte en esa salida, al día siguiente, el esposo de Linda condujo hasta la ciudad más cercana, donde hay tres puntos de recarga en un estacionamiento… Ninguno estaba trabajando.

“Luego condujo hasta un pub local donde hay uno en el estacionamiento, que tampoco funcionaba. Sin inmutarse, condujo hasta la estación de servicio local de BP pero, claro, no funcionaba. No había un número de la línea de asistencia en el punto de carga y el asistente de la estación de servicio no pudo ayudar y dijo que no tenía nada que ver con ellos”.

Linda dice que ahora sabe por qué la mayoría de los conductores cargan sus autos en casa durante la noche y evitan usar la red pública. “Nos encanta conducir nuestro y los autos eléctricos son el futuro. Sin embargo, alguien necesita controlar la infraestructura de carga”, dice. “Lo bueno es que hemos descubierto que los dueños de autos eléctricos son un grupo amable y todos los que conocimos intentaron ayudar”.

King, de la AA, es un entusiasta conductor de vehículos eléctricos y dice que la pareja tuvo muy mala suerte con su primera experiencia de carga fuera del hogar: “Esta pareja tiene mucha suerte de tener un Taycan, que es el mejor vehículo eléctrico que he conducido. Para la mayoría de los conductores de vehículos eléctricos, cargarlos en casa y en el trabajo los lleva a donde quieren ir y volver.

“Sin embargo, la confiabilidad y disponibilidad de la carga en la red pública varía, con muchas críticas dirigidas particularmente a la carga en algunas áreas de servicio de autopista, pero las cosas están mejorando rápidamente”.

Hay, dice, compañías como Gridserve, que tiene una estación de carga de última generación cerca de Braintree en Essex, e Insta Volt, que ha ganado tres premios otorgados por los clientes en 2020 por la confiabilidad de su red de carga rápida de 500 kW.

“Los dueños de vehículos eléctricos quieren más interoperabilidad, más cargadores, mayor confiabilidad y una experiencia sin contacto. Para ayudar realmente a que la revolución alcance su máxima potencia antes de 2030 necesitamos un esfuerzo concertado de las autoridades locales para asumir los subsidios de los puntos de recarga y para las instalaciones que proporcionan cargadores para garantizar que funcionen. Solo uno de cada seis lo hace, según una investigación de la AA. Conducir un vehículo eléctrico es muy divertido y puede ahorrar dinero y reducir las emisiones. Hay que garantizar que la red futura pueda ayudar a evitar la ansiedad por el alcance de las cargas, dice.

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