Juan G. Figueroa dice que una desventaja de ser hombre es morir a lo ‘wey’

¿Qué hacen cuando no les contestan un mail importante? Yo, a las 24 horas, añado un “KIND REMINDER” (Recordatorio Amigable) en el asunto y reenvio. Con ello confío que mi remitente note mi presencia. 

Pero hay veces que ni aún así. Entonces, paso a otras vías: o mando un mensaje de Whatsapp o directamente, voy por sus redes sociales: corazoncitos, mensajes privados, retuits, y cualquier elemento que me ayude a lograr que la persona que quiero que me haga caso finalmente, me haga caso.

Y no, no siempre lo consigo. Me ha pasado que después de pensarle y pensarle cómo lograr una señal de vida del otro lado, al final caigo en la cuenta que la dirección del correo electrónico no era “.com” sino “.org”.

A lo que voy con todo esto es que hay información que es importante que ciertas personas tengan, no digo que usen, pero puede que no la reciban por un error en el mensaje. Un error tonto, si quieren.

Esa sensación me dejan a veces algunas consignas feministas: siento que el problema no es el qué sino el cómo. Por eso, acudí al sociólogo Juan Guillermo Figueroa.

Este investigador del Colmex del campo de los derechos reproductivos dice que no sabe de masculinidad y, por lo tanto, menos de nuevas masculinidades. Pero que aboga para que los hombres inicien un movimiento para lograr su derecho a estar presentes en el parto de sus hijos.

La-Lista: ¿Cómo desaprendió usted a ser hombre?

Juan Guillermo Figueroa: No sé si lo he desaprendido, lo que creo es que vengo de una formación filosófica y una de las definiciones más interesantes que escuché es que la filosofía es el proceso sistemático de cuestionar lo obvio.

L-L: Sería buen periodista.

JGF: Hace 41 años, en el 80, empecé a trabajar como ayudante de investigador de una demógrafa que investigaba anticoncepción y fecundidad. Lo que hacía era analizar comportamientos reproductivos pero desde la lógica de que la población a estudiar son las mujeres. A mi no me lo estaban preguntando pero yo sí me lo preguntaba: ¿Las mujeres tienen los hijos solas?

L-L: ¿Qué respuesta halló?

JGF: En muchos ámbitos culturales se dice que la mujer es quien da vida porque es la que se embaraza y la que vive el parto fisiológicamente. Entonces, suena a que el coautor de ese proceso es secundario. Prescindible, a veces. Yo digo medio en broma, medio en serio, que las mujeres dan vida y los hombres damos lástima. Yo hablo de mi compañera y la describo como la coautora de mis hijos.

L-L: ¿Qué cambiaría en la práctica si modificáramos el lenguaje?

JGF: Si yo aprendo a ver que los hijos son de ellas, yo, sujeto masculino, pues digo: “cuida tú los hijos”, aunque des del patriarcado se apelliden como yo. Mientras que si yo desfeminizara el lenguaje, como propongo, no es meramente una cosa simbólica, es que yo me crea que yo tengo hijos.

L-L: ¿Por qué los hombres no se lo cuestionan esto?

JGF: Porque pareciera que no lo necesitamos. 

L-L: Pareciera.

JGF: Yo peleo por el derecho de los hombres para estar en el parto, que no se les permite en Mexico — a no ser que las mujeres lo autoricen — por razones de violencia obstétrica. No hay un movimiento de hombres peleando por estar en el parto de sus hijos. No sé si es por mero privilegio o por desventaja, pero no ven lo que se pierden.

L-L: Ahí es donde entra usted.

JGF: En todos los países del mundo, la esperanza de vida de los hombres es menor que la de las mujeres. Y ha sido tan repetido a lo largo de la historia, que hombres y mujeres lo asumimos.

L-L: Pero usted que cuestiona lo obvio….

JGF: Pero yo que trabajo con demógrafos, lo que se observa en multiplicidad de estudios es que muchas de las causas de muerte de los hombres no están asociadas a sus enfermedades sino a los comportamientos aprendidos como hombres: a ser temerarios, a buscar condiciones de riesgo, a no dejar al otro que me está retando y alomejor nos matamos… Esto es es una tremenda desventaja. 

L-L: ¿Es el Covid es un buen ejemplo de eso?

JGF: Cuando empezó la pandemia, una colega periodista me dijo: “¿Ya viste las estadísticas de que el 80% de los que están muriendo son hombres?” Empezamos a investigar sobre eso.

L-L: Cuénteme.

JGF: Si él sigue creyendo que es el principal proveedor económico, es el que más va a salir a la calle, entonces, se expone más al riesgo. Pero la literatura médica muestra que el organismo masculino, sin generalizar, es más vulnerable que el femenino a los virus porque el tipo de hormonas que generan las mujeres tiene un factor protector. Entonces es una mezcla del factor cultural y el fisiológico. 

L-L: ¿Qué hacemos con lo que está en nuestras manos?

JGF: La fragilidad de los hombres es que se creen invulnerables. Me decía un amigo ayer, que se fue a vacunar: “Es impresionante ver que las mujeres llegan con mas protección que los hombres”. Hay autores que dicen que la masculinidad es un factor de riesgo para la supervivencia de los hombres.

L-L: ¿Lo comparte?

JGF: Yo diría que hay ciertos aprendizajes del género masculino que son un factor de riesgo.

L-L: ¿Cómo logramos formular el mensaje de autocuidado para que les llegue sin que lo asocien a lo femenino?

JGF: Cuando mis hijos salían a fiestas, empezando la adolescencia, yo les decía: “Pásensela bien, pero les pido un favor, no se mueran a lo pendejo”. 

L-L: ¿…?

JGF: “Soy partidario de eutanasia y del suicidio asistido. No tengo problema en que decidas cuándo morirte. Pero si se van a morir, muéranse inteligentemente, compadres, no a lo wey”.

El secretario de Salud que estaba en México en la anterior epidemia, la de la influenza, me mandó a preguntar si tenia un lema para una campaña que sensibilizara a los hombres. Le dije sí, yo le pondría a la campaña: “No te mueras a lo pendejo”.

L-L: Hubiese sido trending topic.

JGF:¡Es que los hombres van a entender de qué estoy hablando! A lo que voy es: identifiquemos las desventajas de ser hombre. ¿Es una ventaja morirte antes de tiempo? ¿Tienen genialidad morirte antes de tiempo?