La veda electoral

El modelo de competencia política mexicano prohíbe que tres días antes de que abran las urnas y durante el día en que se desarrolla la jornada de votación se difunda propaganda que pida votar a favor o en contra de partidos o candidaturas. A esa regla se suma la restricción general para dar a conocer encuestas o sondeos de opinión a través de cualquier medio, en ese mismo lapso de tres días previos y hasta el cierre de casillas en todo el país.

A las restricciones anteriores se les conoce como “veda electoral”, aunque suele sumarse un elemento adicional que dura toda la campaña (60 días en este caso): la regla que impide a gobiernos locales y federal publicitar logros o cortar listones para inaugurar puentes entre aplausos y confeti, actos masivos para presumir grandes obras de sus respectivas gestiones o pautar publicidad oficial de cualquier tipo salvo que estrictamente necesaria. Dice la Constitución (Art. 41) que esas excepciones son salud, protección civil y servicios educativos, aunque el Instituto Nacional Electoral (INE) ha sido benévolo con peticiones de varios gobiernos que han pedido flexibilizar esas excepciones para que puedan liberarse en campañas temas como la premios de Lotería Nacional y hasta la promoción turística de ferias locales.

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Algunos consideran la veda como un modelo muy restrictivo, contrario a las libertades. Es cierto que difícilmente alguien cambiará su voto porque lea mañana tuits con encuestas, pero es razonable prohibir que en las casillas se presione con propaganda, que las y los electores hagan fila mientras grupos de propaganda los presionen en la fila misma con matracas pidiendo a gritos votar por su candidata o candidato. Es válido el debate sobre si debe o no adelgazarse la veda, pero creo que es razonable fijar una etapa de campaña y unas horas o días para dejar que la población acuda sin presión a las urnas.

A este lapso de restricciones se le llama también “periodo de reflexión”, quizá nadie esté en su casa meditando el voto pero tampoco son medidas de silencio total o censura. No se permite propaganda y no se permiten encuestas, esa es la dimensión, y en realidad no es algo ajeno a otras democracias del mundo.  En España, por ejemplo, la ley electoral (Ley Orgánica 5/1985, art. 53) impide difundir encuestas “durante los cinco días anteriores al de la votación” en cualquier “medio de comunicación” y también restringe la propagada.

En América Latina encontramos el artículo 37 de la LEY Nº18.700 chilena donde se establece que nada de difundir encuestas “hasta el décimo quinto día anterior al de la elección”. El Código Electoral Nacional de Argentina pide no hacer proselitismo 48 horas antes de la votación y no difundir encuestas solo ese día hasta tres horas antes de que acabe “el comicio”. También prohíbe el “uso de banderas”, “u otros distintivos durante el día de la elección, doce horas antes y tres horas después de finalizada” (art.70).

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Las campañas federales 2021 arrancaron el 4 de abril y concluyeron el 2 de junio. Por eso, el jueves 3, viernes 4, sábado 5 y domingo 6 no se es legal difundir propaganda que llame a votar a favor o en contra de partidos ni dar a conocer encuestas que sugieran un “ya ganamos seguro” o “ya no vayas porque es seguro que perdimos”. La base legal está en los artículos 251 y 214 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y en el artículo 41 constitucional.

El trabajo periodístico e incluso las expresiones espontáneas en redes sociales no violan la veda, a menos que haya prueba de que era una propaganda encubierta. Entonces, de aquí a la jornada no está prohibido hacer periodismo ni hablar de política, lo que se restringe es la propaganda que llama al voto en favor de partidos o candidaturas y la difusión de encuestas. Así pues, si estos días ve anuncios pidiendo el voto o difusión de encuestas en medios, pues es indebido, y si le llegan mensajes de celular pidiendo votar por alguien, pues igual, usted sabrá que además de robarse bases de datos personales, ese partido cínico que se los ha robado para mensajear tampoco respetó la famosa veda.

@lmcarriedo