El destape de Marcelo

La carrera presidencial rumbo al 2024 ha comenzado con el destape de Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores. En una mañanera, de una u otra forma, expresó su interés por contender por la presidencia de la República “cuando lleguen los tiempos oficiales”, y agradeció al presidente por “tomarlo en cuenta”. En un tono relativamente modesto, recalcó que los próximos dos años y medio que le faltan seguirá enfocado en su trabajo “de manera persistente, perseverante y leal”, un mensaje claramente dirigido al jefe del Ejecutivo.

Este anuncio no es sorpresivo, pero sí prematuro, al tomar en cuenta que estamos a la mitad de este sexenio. Vale la pena recordar que hace un par semanas, el canciller se reunió con la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris y con cada uno de los miembros del gabinete de seguridad estadounidense. Él ha sido de los ‘mejor portados’ y quien en las últimas semanas más distancia ha puesto contra la locura que se vive en la 4T. No sería raro que en esa visita de Estado saliera a flote su candidatura, ni que la vean con buenos ojos, claro, siempre y cuando no llegue como el candidato del presidente. 

Le vaticino dos años muy movidos, le van a rascar hasta por debajo de las piedras, sus contrincantes no van a tener piedad —como es el estilo de Morena— y estará en la mira del presidente. Esos dos años serán clave en la vida nacional de nuestro país y en los que, aparentemente, el presidente busca cederle algunos reflectores para seguir articulando su agenda de transformación.

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¿Qué nos toca a nosotros?

Ser conscientes de no caer en distractores para continuar señalando y exigiendo que este gobierno tome responsabilidad de sus acciones pasadas y futuras, por el bien de nuestro país. Ser conscientes para sentar las bases de un verdadero proyecto ciudadano de nación donde, a partir de estas elecciones, logremos que cada uno de los legisladores asuma su responsabilidad y se se sepa vigilado. Todos unidos y todos en consciencia por un bien mayor, México.