En cada uno de los Juegos Olímpicos habrá nuevas primeras veces, nuevas cosas que exigir y nuevas últimas veces que nos acerquen más a un día, por qué no, soñar en los deportes sin pensar en el género.
“Quería ser esa niña que las pequeñitas pudieran mostrarle a sus padres diciéndoles:
‘Ella puede hacer skate. Quiero ser como ella”
Leticia Bufoni
No sé mucho de deportes. No sé las reglas ni las historias de lxs atletas más famosxs. Aun así, desde que era niña, algo había de los Juegos Olímpicos que me hacían no ser tan ajena como al mundial de fútbol. Al igual que muchas niñas, soñé con algún día patinar en hielo, dar vueltas en las barras o hacer una rutina de gimnasia artística; me imaginaba con la pelota, los lazos o haciendo un clavado desde esas plataformas altísimas, todo un cliché femenino correspondiente a mi educación.
Evidentemente no fui ninguna de las anteriores, y peor aun, si para algo salí mala fue para los deportes. Lo que sí lograba hacer, además de ver la inauguración y las competencias de los deportes que me gustaban, era aprenderme de memoria de qué país eran las esculturas sobre Periférico Sur cuando íbamos a Cuernavaca. Creía que había más escondidas para seguir adivinando infinitamente los países. Era la Ruta de la Amistad, que se había construido para los Juegos Olímpicos de México 1968, en otro de los intentos de decirle al mundo que aquí todo estaba bien; distraerlo de los asesinatos y desapariciones de miles de estudiantes apenas unos días antes. Pero esa es otra historia.
Esas fueron mis primeras aproximaciones a las olimpiadas. Después, ya adulta y en estos temas de feminismo que le arruinan la vida a una, empecé a notar ciertas diferencias. ¿Por qué no había mujeres en algunos deportes?, ¿Por qué no había equipos mixtos?, ¿Por qué nunca soñé con atletismo o boxeo? ¿Por qué las mujeres tenían que usar bikinis y los hombres no?
#Tokio2020 empezó hace algunas semanas. Y por primera vez –porque las primeras veces aún importan– varias cosas sucedieron:
Y lo más hermoso que ha sucedido en estos juegos, las niñas entre 12 y 16 años: Momiji Nishiya, Rayssa Leal y Funa Nakayama (street); y Sakura Yosozumi, Kokona Hiraki y Sky Brown (park) nos estremecieron con sus saltos y sonrisas en el skateboarding. No son las primeras competidoras de esas edades en ganar medallas, pero sí son las primeras en obtenerlas con un deporte considerado “de hombres”. Sí son las primeras que, desde el skateboarding, abren un espacio para que muchas otras se imaginen estar allí algún día, en un deporte que, para mí a esa edad, ni si quiera era una opción.
¿Qué no se ha visto en la discusión?
Por supuesto que faltan muchos debates, todavía hay mucho que transformar para lograr una igualdad en el deporte. El camino no ha sido corto, y tal parece que, como en #Tokio2020, en cada uno de los Juegos Olímpicos habrá nuevas primeras veces, nuevas cosas que exigir y nuevas últimas veces que nos acerquen más a un día, por qué no, soñar en los deportes sin pensar en el género.
La imagen que capturó la misión espacial de la ESA tiene una explicación a estas aparentes arañas.
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Los artistas ya están confirmados.
Se tratará del disco número 12 de uno de los intérpretes más conocidos del hip hop.
El juzgador consideró testimonios de familiares de Abraham Oseguera, vecinos y autoridades, que desacreditaron las pruebas de la FGR
Se trata de la obra 'Meules à Giverny', la cual hizo el artista en 1893.