Los migrantes, una vez más, están siendo tratados como ciudadanos de segunda, como sombras que no necesitan ser escuchadas, acompañadas y apoyadas.
Las cosas están complicadas para los migrantes. No solo para quienes cruzan México, sino para quienes están en la frontera con Estados Unidos ,en la espera de una respuesta o fueron devueltos porque cruzaron sin documentos.
Los gobiernos de México y Estados Unidos se han hecho de la vista gorda y no mueven ni un dedo para destrabar los procesos de asilo de miles de personas varadas en sus fronteras.
Soraya Vázquez, subdirectora de la oficina en Tijuana de la fundación Al Otro Lado, fue contundente en una conversación que tuvimos esta semana: las políticas antiinmigrantes en Estados Unidos “han desmantelado la figura del asilo…” y nadie hace algo.
Para acabarla de amolar, México está en el modo total de policía migratoria, en el que se realizan operativos de detención. Sí, no de rescate, es una detención a través de la Guardia Nacional, y si bien les va (si eso puede considerarse como positivo), son regresados a sus lugares de origen.
El programa Quédate en México (MPP, por sus siglas en inglés), implementado por el gobierno de Estados Unidos, viola todos los derechos humanos de los migrantes, pero también viola la Constitución mexicana y el derecho internacional.
Mientras tanto, miles de hombres, mujeres y niños tienen la esperanza de llegar a Estados Unidos, no solo por razones económicas, sobre todo por temas de violencia, inseguridad, amenazas y muerte.
El cruce por México es aterrador. Además de la violencia y la inseguridad que viven, solo pueden solicitar un proceso de protección a través de una de las siete oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). Ni siquiera tienen una en cada estado, para dispersar las necesidades.
Los migrantes, una vez más, están siendo tratados como ciudadanos de segunda, como sombras que no necesitan ser escuchadas, acompañadas y apoyadas.
Una terrible y dolorosa olla de presión para los países y para los migrantes.
Los migrantes están solos, la frontera norte está cerrada, y la sur, armada.
¿Y dónde quedó el dinero?
El gobierno de Estados Unidos se comprometió a que si reiniciaba el MPP, entre una serie de cosas más, le daría recursos a las organizaciones de la sociedad civil para que pudieran proteger, albergar y alimentar a los miles de migrantes que están ya en la frontera norte de México.
Eso no ha sucedido.
Nadie sabe dónde están esos fondos, qué organizaciones los recibieron y cómo se han usado… lo que sí sabemos es que las organizaciones y albergues en fronteras norte y sur no han recibido ni un dólar de esa promesa.
Se rumora, pero silo se rumora, que quien recibió el recurso fue la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que le da información básica a los migrantes retornados a México, pero nada más.
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