Se ha hablado mucho de Sergio Carmona en Tamaulipas, pero su verdadera historia, que va mucho más allá, se sabrá en los próximos años, en ocasión de las elecciones presidenciales. Usted la leyó primero en La-Lista con Manuel Olid-Uranga y sus informantes.
Sergio Carmona era un empresario mediano que se hizo huachicolero y creció con Francisco García Cabeza de Vaca, con quien se peleó después por no recibir la asignación de un contrato de mil millones de pesos para un hospital regional que le había prometido.
Decidió entonces acercarse a Morena. Por medio del equipo de campaña en Tamaulipas (Américo Villarreal, Erasmo González Robledo y José Ramón Gómez Leal “El JR” (cuñado de García Cabeza de Vaca) se puso en contacto con miembros de la dirección nacional: Jesús Ramírez Cuevas (vocero de Andrés Manuel López Obrador), Yeidckol Polevnsky y Olga Sánchez Cordero (madrina política de Ricardo Peralta) para realizar aportaciones (ilegales, por supuesto, pero normales en nuestro país) en dinero y en especie a la campaña de López Obrador.
Sergio tuvo su pago: el periódico Reforma ha documentado que, entre 2019 y 2020, se dieron a Carmona más de 330 millones de pesos en contratos solamente federales, principalmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Su estrategia de crecimiento era pasar enormes volúmenes de gasolina sin pagar impuestos a México, para lo que hizo el acuerdo de compartir sus ganancias en millones de dólares con Ricardo Peralta, el protegido de Olga Sánchez Cordero, que era el jefe de Aduanas.
El acuerdo se selló cuando Peralta nombró a Julio, el hermano de Sergio y socio de la mafia huachicolera, como titular de la aduana de Reynosa.
Aportaban 6 millones de dólares por la aduana cada mes y un porcentaje de las ganancias de los Carmona.
El tráfico ilegal de combustibles se elevó a máximos históricos. Y tanto Peralta como Carmona aspiraron a más poder y dinero y decidieron patrocinar la campaña de Mario Delgado a la dirigencia del partido Morena por cientos de millones de pesos.
Gracias a ese patrocinio pudieron colocar a sus operadores en las principales comisiones de la Cámara de Diputados: así hicieron a Erasmo González presidente de la comisión de presupuesto, la más importante del Congreso de la Unión, un cargo que casi siempre tiene visto bueno presidencial.
Después de ello y ante la pregunta del riesgo en sus negocios, en más de una sobremesa, Sergio Carmona presumió de tener en su nómina por 100 mil dólares mensuales a Jesús Ramírez Cuevas e, incluso, jugar dominó con él. Presumía chats sobre preguntas sembradas en la mañanera y negocios que había logrado facilitar. Por eso, lo comenzaron a llamar “El Rey del Huachicol”.
Los indiscretos diputados Teresita de Jesús e Hirepan Maya recogían maletas con dólares y compartieron con sus compañeros la sorpresa de que no estuvieran en moneda nacional. A veces, la vía de entrega fue directamente Ignacio Mier.
En noviembre de 2021 mataron a Sergio Carmona. La relación de su familia con Morena ha continuado. Es información que ha utilizado García Cabeza de Vaca para protegerse del gobierno y para apretar en la campaña al gobierno de Tamaulipas.
En 2024, el fantasma de Carmona dejará de ser solo tamaulipeco para ser nacional. Y soplará sobre la nuca de Morena, de Mario Delgado, como sopla ahora sobre la de Américo Villarreal, quien tuvo que ir al Senado a esconderse de él.
Me imagino que eso algún día se sabrá, sobre todo si no dejan ganar a García Cabeza de Vaca.