Que no se canse la garganta

Uno de los temas donde no puede existir tregua es en la exigencia que tenemos que ejercer como sociedad para que el Estado nos garantice seguridad. No importa que nuestra garganta se canse. No podemos dejar de exigir justicia por los miles de homicidios, desapariciones y feminicidios. No hay espacio para el silencio. Tenemos que gritar.

No importa que nuestras manos se cansen. Tenemos que escribir y escribir. No puede tratarse como un tema coyuntural ni una noticia que se olvide pasada la semana. No podemos bajar la intensidad. Tenemos la obligación de replicar las miles de voces que yacen enterradas.

Porque no importa qué día señales en el calendario, que ya está manchado de sangre. No importa a dónde te dirijas en el horizonte, que un muerto encontrarás. Porque aquí se baila y se gobierna al son que el crimen organizado nos toca, y la vida parece no valer nada.

Por eso ofende ver cómo se victimiza a los criminales desde palacio nacional, escuchar cómo se les apapacha de ser tan solo consecuencia de malas políticas neoliberales, de una estrategia fallida y se les exonera, veladamente, de sus atrocidades.

Esta narrativa no solo empodera a los grupos criminales sino que los blinda ante sus barbaries. Porque al igual que López Obrador, la justificación está en el pasado y los culpables son otros.

El mismo discurso desgastado que ahora ha endosado a los delincuentes, al fin y al cabo, nada es su culpa o siempre existe un chiste para distraer la atención, mientras ignora y desprecia a las verdaderas víctimas.

Por otra parte, a pesar de que los servidores de la nación recorren el país levantando el “censo de desaparecidos” y traten de borrar de un plumazo las miles de personas que no regresaron a casa, lo que al final quedará será un intento del gobierno para forzar el olvido y lavarse la cara.

Ya no estamos en tiempos de escusas y mucho menos de espacio para otros datos. El gobierno y las autoridades municipales, estatales y federales tienen que cumplir con su responsabilidad y punto. Exigimos una vida libre de violencias.

Porque no existe avance sin justicia. No existe cambio sin verdad. No existe Estado sin seguridad. No existe transformación sin aparición.

Que no se canse la garganta, porque tenemos mucho que gritar en las calles. Que no se cansen nuestros pasos, porque tenemos que buscar una salida. Que no se canse nuestra voz, porque tenemos que exigir seguridad en todas partes. Que no se canse nuestra creatividad, porque tenemos que encontrar caminos distintos. Que no se canse nuestra empatía, porque el sufrimiento es de todos. Que no se canse nuestra fuerza, porque no existe dique que resista la marea ciudadana. Que no se canse la garganta. Que no se canse.