Puerta giratoria
De Realidades y Percepciones

Columnista. Empresario. Chilango. Amante de las letras. Colaborador en Punto y Contrapunto. Futbolista, trovador, arquitecto o actor de Broadway en mi siguiente vida.

X: @JoseiRasso

Puerta giratoria
Mario Delgado y aspirantes de Morena a la candidatura presidencial. Foto: Morena/Facebook.

Recuerdo que cuando éramos pequeños, entre todas las puertas que podíamos escoger, siempre buscábamos salir por la puerta giratoria. Nos parecían mucho más atractivas que las tradicionales. Eran el espacio perfecto para hacer la primera travesura del día. Dar vueltas y vueltas hasta escuchar el grito de alguno de mis padres. “Se van a lastimar”

Y como casi siempre tenían razón, aquellas puertas frecuentemente nos provocaban el llanto por una mano machucada o un pleito entre nosotros. La aventura traía consigo el riesgo de salir lastimados y regañados.

En el mundo de la política, los políticos parecen presentarnos distintas puertas para cruzar a un mejor estado de la vida democrática. Sus discursos bien pensados y grandilocuentes nos entusiasman, nos convencen a seguir creyendo que se abren nuevas oportunidades para todos y que sólo se necesita de nuestro apoyo para cumplir lo prometido.

Al final, sexenio tras sexenio, la gran mayoría de la población terminamos desilusionados al constatar que no encontramos ninguna llave que nos solucionara nada. Tan solo una puerta giratoria que nos regresa al mismo lugar, pero con más pobreza, más resentimiento, más violencia y menos esperanza. Un torbellino de dudas y manos lastimadas.

Porque una vez que pasan las promesas de campaña y de habernos decorado de esperanza el futuro, se cae el telón y la farsa se devela. La puerta que presumía ser de oro no es más que una discoteca con las luces encendidas, los sillones manchados de mentiras, el piso sucio, los espejos rotos, olores desagradables y la cruel realidad que, la noche de la elección, parecía ser un lugar de soluciones, música, honestidad, luces, transparencia y magia.

La cuarta transformación es una discoteca barata vista a la luz del día.

Es la falsa esperanza de México, la desgarradora experiencia de creer en un mesías que de tanto vender espejismos ha borrado el camino, ha tirado las señalizaciones y ha desdibujado los mapas.

Porque cuando el retroceso es tan grande y pierdes el norte, parece no importar cuantas veces entres y salgas de una puerta giratoria, pues ya no tienes la certeza de saber si sales de frente o hacia atrás. Te sientes mareado, desubicado. Todo lo dudas, todo es incertidumbre. Necesitas respirar.

Por eso creo que a veces es mejor tomar la opción que parece la menos decorada, la puerta sencilla que abre y cierra, la que nos da certeza sin dar círculos eternos en el ego de sí misma. La que nos permite dar un paso al frente y avanzar al otro lado, olvidar ese remolino de promesas imposibles y la demagogia de un proyecto que nos lleva al pasado.

Entendamos algo, si no abrimos las puertas de par en par a la ciudadanía y cambiamos la dirección con nuestra participación, nos vamos a perder en un círculo vicioso, romperemos todas las ventanas y habremos de caminar descalzos sobre los cristales rotos.

Morena es una puerta giratoria que no nos lleva a ninguna parte, no es la entrada a ningún camino, es un callejón sin salida.

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