¿Gobernabilidad o complicidad?

A la actual Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, le toca encabezar dicha institución en el año más difícil. No sólo porque tendrá que responder por los 5 años de abandono y del Estado fallido que es el gobierno sino por la seguridad en el proceso electoral más grande en la historia.

El gobierno está usando todo el aparato del Estado mexicano para las próximas elecciones y a ella, como responsable de la gobernabilidad de este país, le tocará poner orden. Tendrá que elegir entre llamar al cumplimiento de la ley o apoyar a su partido, a costa de la ley. Su mayor tarea será brindar piso parejo y seguridad a todas las candidaturas, también a las de la oposición.

Este gobierno propuso una estrategia de seguridad, prometió que sabría pacificar el país, pero el único resultado que tenemos hoy son las peores cifras de violencia e inseguridad en la historia moderna. Estamos ante la claudicación del Estado frente al crimen organizado. Pidieron más presupuesto, pero el presidente insiste una y otra vez en darle una tregua de abrazos y no balazos al crimen organizado.

Es difícil distinguir si este gobierno ha sido incapaz, omiso, indolente o todas las anteriores ante el enorme sufrimiento de las miles de familias que han perdido la paz o a sus hijos a manos de la delincuencia. Sin duda, se hace necesario denunciar la crisis de personas desaparecidas, más de 45 mil en este sexenio. Hombres y mujeres que no regresaron a sus hogares, a quienes sus madres siguen buscando sin recursos del Estado. El único registro legal de personas desaparecidas es el que lleva la Secretaría de Gobernación y hoy lo quieren manipular. Pretenden desaparecer a los desaparecidos.

La política migratoria también es un desastre. Los migrantes que transitan por nuestro país son vulnerados, extorsionados, amenazados y hasta asesinados por este gobierno. El incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez es el claro ejemplo del abandono y la negligencia de Morena en el gobierno. Urge la renuncia del titular del Instituto Nacional de Migración, quien depende de la Secretaría de Gobernación y, además, ha sido omiso con las víctimas.

Aunque, tal vez la huella más lamentable que dejará este gobierno será la destrucción institucional que han emprendido. El gobierno justifica todo diciendo que trata de combatir la corrupción, pero lo cierto es que lo que han hecho es buscar la sumisión, concentrar el poder, violentar las autonomías y, con ello, sumirnos en una regresión democrática sin precedentes.

La Secretaría de Gobernación es la principal institución encargada del dialogo en el país, sin embargo, cuando el Senado mexicano llamó a la titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas para tratar el tema de la atención a víctimas por el incendio de migrantes en ciudad Juárez decidió –dos veces- no ir.

En este Estado fallido no hay gobernabilidad, ni Estado de derecho, ni política migratoria, ni seguridad, pero sí una alta corrupción. Quedan 354 días para que Morena levante su tiradero y se vaya.