Amor propio 
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
Amor propio  Amor propio 
Foto: Cortesía

Hace unos días vi “Baby girl” de Halina Reijn, cinta protagonizada por Nicole Kidman quien por cierto ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Venecia. 

Confieso que tenía curiosidad por los comentarios generados entre la crítica, también llamó mi atención que esta temporada tenemos en pantalla a tres mujeres maduras en papeles vulnerables, me refiero a Demi Moore “La sustancia”, Pamela Anderson “The last showgirl” y Nicole Kidman en “Baby girl” por aquello de perpetuar la imagen perfecta, joven y feliz, ideas que se desenmascaran  para evidenciar esa cruda realidad en torno al paso del tiempo.

Sobre la película me generó mucha ansiedad y cierta molestia, me explico, sale muy caro ser una mujer exitosa y vivir con toneladas de presiones desde el ser una madre entregada que se pone mandil para preparar el desayuno, verse impecable y darle el avión al marido por miedo a expresar sus fantasías sexuales. Tanta frustración la convierte en una bomba y en presa de ella misma. 

No quiero contar demasiado para que la vean y generan sus propias impresiones, solo diré que aparece en escena Samuel, interpretado por Harris Dickinson un joven becario que llego a la empresa y en una especie de juego cautiva a Romy, Nicole Kidman y comienza un juego de seducción en el que ella pierde el horizonte. 

Sin sesgo moralino, ni mucho menos, la cinta me generó muchos cuestionamientos sobre el éxito, poder, maternidad y libertad sexual. Al parecer, una vez más no todavía no lo tenemos permitido, hay demasiada culpa, y quizá estas mujeres lo están representando para que ahora sí podamos decir que las mujeres arriba, sin represión y gozosas de cuerpos menos heronormados, sin obsesión por liberar el rostro de arrugas e imperfecciones. 

Algunos dirán que me estoy proyectando y quizá sí, ¿quién más para hacer grupos?

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