Amor propio

Domingo 13 de abril de 2025

Amor propio

Confieso que tenía curiosidad por los comentarios generados entre la crítica, también llamó mi atención que esta temporada tenemos en pantalla a tres mujeres maduras en papeles vulnerables.

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Nicole Kidman protagonizó la cinta ‘Baby Girl’.

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Foto: Cortesía

Nicole Kidman protagonizó la cinta 'Baby Girl'.
Foto: Cortesía

Hace unos días vi “Baby girl” de Halina Reijn, cinta protagonizada por Nicole Kidman quien por cierto ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Venecia.

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Confieso que tenía curiosidad por los comentarios generados entre la crítica, también llamó mi atención que esta temporada tenemos en pantalla a tres mujeres maduras en papeles vulnerables, me refiero a Demi Moore “La sustancia”, Pamela Anderson “The last showgirl” y Nicole Kidman en “Baby girl” por aquello de perpetuar la imagen perfecta, joven y feliz, ideas que se desenmascaran para evidenciar esa cruda realidad en torno al paso del tiempo.

Sobre la película me generó mucha ansiedad y cierta molestia, me explico, sale muy caro ser una mujer exitosa y vivir con toneladas de presiones desde el ser una madre entregada que se pone mandil para preparar el desayuno, verse impecable y darle el avión al marido por miedo a expresar sus fantasías sexuales. Tanta frustración la convierte en una bomba y en presa de ella misma.

No quiero contar demasiado para que la vean y generan sus propias impresiones, solo diré que aparece en escena Samuel, interpretado por Harris Dickinson un joven becario que llego a la empresa y en una especie de juego cautiva a Romy, Nicole Kidman y comienza un juego de seducción en el que ella pierde el horizonte.

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Sin sesgo moralino, ni mucho menos, la cinta me generó muchos cuestionamientos sobre el éxito, poder, maternidad y libertad sexual. Al parecer, una vez más no todavía no lo tenemos permitido, hay demasiada culpa, y quizá estas mujeres lo están representando para que ahora sí podamos decir que las mujeres arriba, sin represión y gozosas de cuerpos menos heronormados, sin obsesión por liberar el rostro de arrugas e imperfecciones.

Algunos dirán que me estoy proyectando y quizá sí, ¿quién más para hacer grupos?

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