Diputados aprueban transferir a Sedena el control operativo de la Guardia Nacional Diputados aprueban transferir a Sedena el control operativo de la Guardia Nacional

Con el rechazo de la oposición (PRI, PAN, Movimiento Ciudadano), diputados de Morena y sus aliados volvieron a aplicar su aplanadora legislativa para aprobar la reforma que traspasa el control operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

La iniciativa enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador -que ya había sido aprobada por el anterior Congreso pero fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación-, obtuvo 362 a favor votos a favor en lo general, y 133 votos en contra.

El debate comenzó antes del mediodía y se extendió hasta minutos antes de las 8 de la noche, para la aprobación en lo general, luego de cuatro rondas de debate.

Ya en la madrugada del viernes, la reforma fue aprobada en lo particular, con 353 votos a favor y 126 en contra.

Los ánimos se encendieron por la tarde, cuando subieron a tribuna diputados panistas, con carteles en los que morenistas, como Andrés Manuel López Obrador, Mario Delgado y Citlalli Hernández, se pronunciaban hace años contra la militarización.

Justamente este fue uno de los argumentos contra la reforma que da el control de la Guardia a la Sedena, pues los opositores consideraron que se está centralizando el poder de los militares o hay un “cogobierno militar”.

Los morenistas, petistas y verdeecologistas se dedicaron a atajar críticas y a criticar el sexenio de Felipe Calderón.


“Dicen que el presidente abdicó ante las Fuerzas Armadas y ya les entregó el país. ¿Se acuerdan de un chaparrito peloncito, que se robó la presidencia, y se puso una casaca militar? Ese se militarizó a él mismo y sacó al Ejército sin ninguna regulación a las calles a matar gente, eso no está pasando ni va a pasar”, aseguró la diputada de Morena, Antares Vázquez. 

“Ahora resulta que quienes se ponían el uniforme militar nos acusan de militaristas”, ironizó el diputado del PT, Luis Enrique Martínez. 

Dolores Padierna, diputada de Morena, aseguró que la Guardia Nacional se ganó rápidamente el aprecio de la sociedad, pues tiene un 74% de confianza ciudadana.

Padierna defendió que la Guardia Nacional es una institución clave para garantizar la paz y la seguridad en México, además de que con su traspaso a la Sedena se previene la corrupción que caracterizó a la extinta Policía Federal.

En cambio, Eva María Vásquez, diputada del PAN, acusó que este es un intento de concentración absoluta del poder. Además de que “no solo es un retroceso institucional sino una verdadera traición a la promesa de seguridad pública con mando civil“.  

Se trata, dijo, de “seguir apostando por la militarización cínica del país”.

Por su parte, el diputado del PAN, Miguel Ángel Monraz, preguntó: “¿De qué nos sirve el Ejército en las calles? El mejor ejemplo es lo que está pasando en Sinaloa”.

“¡Qué rápido se les olvidó cuando se desgarraban las vestiduras por el Ejército en las calles!”, comentó el panista.

Pablo Vázquez Ahued, diputado de Movimiento Ciudadano, agregó que “esta reforma es la confirmación del fracaso de la estrategia de seguridad” y que “nunca se tuvo la intención de construir una policía de carácter civil y una ruta concreta para que las Fuerzas Armadas dejaran las tareas de seguridad”.

¿Qué implica la reforma que da a la Sedena el control de la Guardia Nacional?

La reforma que da el control de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ya había sido aprobada por el Congreso, pero la Suprema Corte de Justicia la declaró inconstitucional. Ahora, va de nuevo, ya con las mayorías que tiene Morena en el legislativo. 

Esta reforma da fuero militar a todos los integrantes de la Guardia Nacional, por lo que estos no podrán juzgados por una autoridad civil si cometen un delito. 

La Guardia Nacional podrá investigar delitos, al igual que el Ministerio Público y las policías. 

Esta corporación dependerá de la Sedena “para ejecutar la estrategia nacional de seguridad pública”, además de que sus elementos son de origen militar con formación policial. 

Así mismo, transfiere a la Sedena los recursos presupuestarios y financieros para cubrir los gastos que implique la operación de la Guardia Nacional. 

Quien sea titular de la comandancia de la Guardia Nacional debe ostentar el grado de general de división en activo y será designado por el titular de la presidencia de la República, a propuesta de la persona titular de la Sedena. 

Organizaciones como Amnistía Internacional han rechazado esta reforma “militarista”.

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