‘WSJ’ señala que cárteles han crecido con la estrategia ‘abrazos, no balazos’

El diario ‘The Wall Street Journal’ (WSJ) criticó la estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en el artículo titulado ‘La política criminal de “Abrazos, no balazos” de México propaga el dolor, el asesinato y la extorsión’.

El texto apunta que los cárteles de la droga tienen más ciudades y familias bajo su control desde la llegada de AMLO al poder.

“Las pandillas criminales detrás de la epidemia de drogas en los Estados Unidos están viendo un crecimiento acelerado, comandando un mayor control sobre más territorio en México”, inicia el texto del WSJ.

“Las pandillas afiliadas a los dos más grandes cárteles de la droga de México, que luchan hasta la muerte por la cuota de mercado, han crecido en número e influencia desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo en 2018”, se apunta.

Los asesinatos de funcionarios del gobierno, candidatos y miembros del partido político aumentaron a 355 en 2023 desde 94 en 2018, dijo Sandra Ley, experta en seguridad del centro de investigación de México Evalúa. “No es solo violencia”, dijo. “Es un control político y social”.

El texto refiere que “muchos funcionarios locales del partido Morena de López Obrador, que gobierna 23 de los 32 estados de México, interpretaron la política de abrazos y no balazos como un permiso para acomodar a las pandillas como una forma de sofocar los delitos violentos y reducir las amenazas de muerte, dijo Samuel Logan, jefe de Southern Pulse, un consultor de seguridad con sede en Estados Unidos”.

“Algunos cárteles ahora financian las campañas electorales de los aliados, además de eliminar a los funcionarios que se oponen a ellos. Tal interferencia en las elecciones pone en riesgo la democracia de México”, dijo Manelich Castilla, que se desempeñó como jefe de la policía federal de México entre 2016 y 2018.

El vocero presidencial, Jesús Ramírez, dijo al WSJ que los delitos federales reportados, como la extorsión y el tráfico de drogas, han disminuido en más de un 30 % desde 2018. Los homicidios también han bajado, añadió.

El presidente heredó una crisis de seguridad que no se puede resolver fácil o rápidamente, dijo Ramírez.

El WSJ anota que pese a que la estrategia de “abrazos, no balazos” buscó evitar confrontaciones y que no creciera la violencia, los enfrentamientos entre grupos rivales no cesan y las víctimas -muchas de ellas inocentes-, se siguen sumando.

Con información de WSJ

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