Jorge VI, el tartamudo del que todos se burlaban y no estaba destinado a ser rey
El rey Jorge VI fue el padre de la reina Isabel II. Foto: Captura de pantalla

Tímido, zurdo y además tartamudo, estas eran las características que tenía el príncipe Alberto Federico Arturo Jorge, quien no estaba destinado a convertirse en rey y que sin embargo ocupó el trono británico luego de que su hermano Eduardo VIII, el duque de Windsor, abdicó para casarse con su amante, la dos veces divorciada Wallis Simpson.

‘Bertie’, como la familia real le llamaba de cariño, nació el 14 de diciembre de 1895, siendo el segundo hijo del rey Jorge VI y de la reina María.

Su infancia no fue fácil, quizás por ello la familia real no le tomó importancia cuando comenzó a presentar problemas de habla, pues al fin y al cabo nunca iba a reinar Inglaterra.

Pero el destino le tenía preparada una sorpresa, su hermano Eduardo VIII, heredero directo al trono, decidió buscar su felicidad junto a su amante Wallis Simpson y renunció a la corona, dejando así a ‘Bertie’ la responsabilidad de reinar.

Su niñez

De acuerdo a la historia, Jorge VI siempre fue un niño muy enfermizo “asustadizo y un tanto propenso a llorar”. A diferencia de Eduardo quien era vivaz, extrovertido y ocurrente, ‘Bertie’ era circunspecto e inseguro.

Su primeros años de vida tuvo que soportar las crueldades de su primera niñera, quien cuando lo llevaba frente de sus padres, los reyes de Inglaterra, lo pellizcaba y él se ponía a llorar.

Además, nació zurdo por lo que fue obligado a escribir con la mano derecha porque en aquella época era mal visto escribir con la izquierda.

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Sus piernas arqueadas hicieron que los médicos le colocaran unas férulas de metal que tuvo que soportar día y noche para poder corregir su postura.

La tartamudez la padeció desde la infancia y sus padres no le dieron importancia ya que el heredero al trono no era él sino su hermano.

Debido a este problema, “todos se burlaban de mí”, escribió el mismo Jorge VI en su diario.

Su ascenso al trono

El 20 de enero de 1936, murió de forma repentina el rey Jorge V, por lo que David —hermano mayor de Jorge V— se convirtió en el nuevo monarca y tomó el nombre de Eduardo VIII.

Sin embargo nunca llegó a ser coronado, pues meses después decidió abdicar al trono y en diciembre de 1936 anunció su renuncia donde dijo, se veía incapaz de llevar a cabo su tarea “sin el apoyo y la ayuda de la mujer a la que amo”, haciendo alusión a Wallis, con quien no podía casarse ya que era doblemente divorciada y además era estadounidense.

Fue entonces que Alberto Federico Arturo Jorge, entonces duque de York, tuvo que ascender al trono pero él no se sentía preparado, no solo por los conflictos que en ese momento había en el mundo, sino por su incapacidad de poder hablar en público.

El príncipe que no estaba destinado a ser rey

El 11 de diciembre de 1936, tras la abdicación de su hermano, ‘Bertie’ asumió el papel de rey y el 12 de mayo de 1937 fue coronado en la Abadía de Westminster.

Asumió el título de rey con el nombre de Jorge VI para darle continuidad a lo hecho por su padre y restaurar la confianza en la monarquía.

El rey tartamudo

Aunque mucho antes de convertirse en rey ‘Bertie’ comenzó a buscar ayuda profesional para su problema de tartamudez, no fue sino unos años antes de llegar al trono que su esposa Elizabeth Bowes-Lyon contrató a Lionel George Logue, un logopeda australiano que lo ayudó a quitarse los miedos y mejorar su manera de hablar.

Lo trató con métodos poco conocidos, nada ortodoxos pero muy efectivos que llevaron a Jorge VI a dar sus discursos de una manera normal, sin trabarse, aunque nunca se le quitó del todo su tartamudez.

El adiós a Jorge VI

El 6 de febrero de 1952, con tan solo 56 años de edad, Jorge VI falleció víctima de un cáncer de pulmón. Aunque su reinado tan solo duró 15 años, ‘Bertie’ fue un personaje clave e importante en los acontecimientos de su país y el mundo.

Fue testigo de la II Guerra Mundial; así como de la independencia de la India y Pakistán en 1947, junto a la formación de la república de Irlanda en 1949.

Tras su muerte, su primogénita, la reina Isabel II, ascendió al trono británico con tan solo 25 años de edad y quien, al igual que su padre, no estaba destinada a reinar.

La reina Isabel II estuvo durante 70 años en el trono británico, lo que la convirtió en la monarca que más tiempo ha reinado en la historia del Reino Unido.

Jorge V pasó a la historia como un monarca querido y respetado por su pueblo, que heredó una maltrecha corona, pero que demostró su valentía y fortaleza para desafiar sus miedos, vencer su tartamudez y mantener su legado asegurado.

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