Científicos buscan una solución para resolver el problema de las vacunas almacenadas en frío
Foto: Fernando Zhiminaicela/Pixabay.com

Natalie Grover y Michael Safi/The Guardian

Las noticias de que una de las vacunas potenciales tenía al menos 90% de eficacia fue una “victoria para la ciencia”, dijo K Srinath Reddy, cardiólogo y presidente de la Fundación de Salud Pública de la India. Pero significó poco para los 1,300 millones de ciudadanos de su país. 

“Para nosotros, la vacuna de Pfizer es más una curiosidad científica que una posibilidad práctica”, dijo Reddy. 

La necesidad de almacenar la vacuna de Pfizer/BioNTech a al menos -70°C con la infraestructura requerida de cadena de frío, la pone fuera del alcance de casi dos tercios de la población mundial, incluyendo grandes partes del sur de Asia, África e incluso partes rurales de EU y América del Sur, según la compañía alemana de logística DHL

Otras vacunas potenciales, como la candidata de Moderna, de la cual se anunciaron sus resultados de los ensayos clínicos el lunes, serán más fáciles de manejar en climas más cálidos y en lugares con menos recursos. 

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Pero por ahora, los científicos se han ocupado en desarrollar otras maneras de distribuir vacunas sin la necesidad de la cara infraestructura de cadena fría ni de los frascos frágiles en los que se empacan las dosis.

Los científicos exploran si las vacunas contra el Covid en el futuro podrían estar en forma de vapores que se inhalan, polvos, tabletas, gotas orales o sprays intranasales, para los que el único requerimiento de entrega podría ser un domicilio.

Casi todas las vacunas vienen con una aguja. Una vez que se inyecta, el sistema inmune del cuerpo genera una respuesta. Pero un puñado de científicos están tratando de aprovechar el arsenal de las membranas mucosas que forran la nariz, boca, pulmones y el tracto digestivo, las regiones colonizadas típicamente por virus respiratorios, incluyendo el Covid-19.

Descubrimientos a granel

“En los últimos 10 o 15 años, se ha reconocido que existen mecanismos protectores en la superficie de la mucosa”, dijo Christopher Chiu, del departamento de enfermedades infecciosas en el Colegio Imperial de Londres. “Están especializados en proteger esos tejidos contra la infección más rápido, y tal vez por completo, a diferencia de esperar a los anticuerpos de la sangre”.

El explotar la inmunidad mucosa tiene ventajas potenciales. El uso de los pasajes orales o nasales podría ayudar a los que tienen fobia a las agujas, y también permitiría que la gente se vacune a sí misma. “No tener que proporcionar agujas ni lidiar con agujas… no creo que puedas subestimar cuánto impacto tiene eso en la distribución de vacunas en lugares de bajos y medianos ingresos”, dijo Chiu, quien lidera un estudio diseñado para evaluar la viabilidad de formulaciones inhaladas. 

Barbara Saitta, una especialista en inmunización con Mèdecins Sans Frontières, dijo que estaba de acuerdo. “No necesitas entrenar mucho al personal médico para enseñarles a abrir una ampolleta y dársela a un adulto o niño”, dijo. “Las inyecciones son más complicadas por los materiales que necesitas, la aguja, y la logística de sacar una vacuna al mundo”. 

Crucialmente, algunas de estas alternativas podrían almacenarse a temperatura ambiente.

Los investigadores del Instituto Indio de Ciencia en Bengaluru creen que su vacuna “caliente” contra Covid-19 podría sobrevivir a 100°C en forma de polvo, y a 70°C en una solución. Así resistiría las temperaturas abrasadoras del verano en India. 

“Todavía tiene que probarse en conejillos de Indias y puede pasar más de un año para que se apruebe, pero si lo logra, tendrías una vacuna termoestable que podría convertirse en un polvo y transportarse fácilmente a través del país”, dijo Reddy. 

Vaxart, una compañía de biotecnología en San Francisco, prueba una vacuna en forma de tableta contra el Covid-19 para afrontar los problemas de temperatura en el almacenamiento, que también afectarían a países ricos como EU, dijo el fundador Sean Tucker. “Si resulta que necesitamos vacunar a la gente cada año, va a ser un gran reto”, añadió. “Una vacuna en tableta como la nuestra… soñamos que se envíe por correo, o hasta por dron o con otro servicio de entregas, como es termoestable no tienes que lidiar con los problemas de la infraestructura de cadena fría”. 

Los científicos se inspiraron con la vacuna oral para la polio, a la que muchos le atribuyen la erradicación de la enfermedad.  

Enfocarse en los tejidos mucosos tiene el potencial de producir la famosa “inmunidad esterilizante”, la eliminación completa de la infección en el cuerpo, reduciendo la transmisión “Con las vacunas intramusculares y sistémicas sabemos que puedes prevenir o reducir la severidad de la enfermedad, pero casi nunca es el caso en el que puedes frenar por completo el esparcimiento del virus fuera del sitio de infección”, dijo Chiu.

Como advirtió Scot Roberts, el oficial científico en jefe de Altimmune, una compañía que desarrolla una vacuna Covid-19 intranasal, es muy probable que las mascarillas estén aquí para quedarse incluso después de que la primera cosecha de vacunas llegue al mercado. “Y eso es porque aunque puedas estar protegido de la enfermedad, nada previene que no esparzas el virus”. 

Tropiezos en la ruta crítica

Ha habido tropiezos en la búsqueda de las vacunas no inyectables. Por ejemplo, se demostró que una vacuna existente en forma de spray nasal contra la influenza tiene mejor desempeño en niños pequeños que la inyección, pero su desempeño es débil en adultos. 

El equipo de Chiu, que está en el proceso de asegurar aprobación ética, espera tener resultados preliminares para la primavera del próximo año de la vacuna de Oxford aerosolizada. Mientras tanto, Vaxart y Altimmune esperan tener sus formulaciones listas para revisión regulatoria para finales de 2021. 

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