Escarcha en hojuelas de maíz: no para la  innovación en el tráfico de drogas
CBP.gov

Por Hiroto Saito/InsSight Crime

Los hallazgos de hojuelas de maíz cubiertas de “escarcha” de cocaína y de píldoras de fentanilo dentro de juguetes para bebé serían material para titulares graciosos, si no fuera porque estos descubrimientos recientes demuestran qué tan común ha llegado a ser el tráfico de narcóticos dentro de bienes de consumo.

El 13 de febrero, varios agentes de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) de Estados Unidos interceptaron en el puerto de Cincinnati un gran cargamento de hojuelas de maíz en tránsito de Perú a Hong Kong con ayuda del perro antinarcóticos Bico, de la CBP.

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Según el comunicado de CBP, el cereal contaminado “contenía polvo blanco, y las hojuelas estaban recubiertas con una sustancia grisácea” que según pruebas posteriores resultó ser cocaína. Se estimó que unas 44 libras de hojuelas con escarcha de cocaína fueron encontradas.

En un caso aparte, el 20 de febrero el departamento de policía de Phoenix (Arizona) informó que una familia descubrió una bolsa con más de 5.000 píldoras de fentanilo en el interior de un muñeco brillante de felpa Glo Worm que adquirieron en una tienda de artículos usados. Después del alarmante descubrimiento, la droga se entregó a las autoridades rápidamente y el hecho no ascendió a mayores.

En Europa, agentes aduaneros también han decomisado narcóticos en escondites poco convencionales procedentes de Latinoamérica. En un operativo internacional coordinado durante el mes de febrero, las autoridades belgas, neerlandesas y alemanas interceptaron más de 23 toneladas de cocaína ocultas en dos embarques separados de estuco y madera originarios de Panamá y Paraguay, respectivamente, ambos cargamentos dirigidos al mismo destinatario en Amberes. 

El alijo, que constituyó el mayor operativo antinarcóticos de la historia en Europa, se avaluó en cerca de 600 millones de euros al por mayor, según fiscales neerlandeses, y en varios miles de millones de euros en las calles, según los agentes de aduanas alemanes.

Análisis de InSight Crime

En medio de los controles aduaneros más estrictos y niveles récord de producción de cocaína en Bolivia, Colombia y Perú, los narcotraficantes están echando mano de todo lo imaginable para transportar su producto y evitar su detección.

Además del bien documentado uso de vuelos fletados y comercialesbuques y submarinos, los narcotraficantes han recurrido a modos de transporte muy poco convencionales, como drones e incluso ambulancias, como se detalla en compendios anteriores publicados por InSight Crime.

Más aún, los narcos han usado una variedad de bienes legales para ocultar su producto, ya sea cajas de cereal, mercancías promocionales de la Copa Mundo o autos Ford nuevos. Prácticamente cualquier producto puede ser blanco de los narcos en algún punto de la cadena de suministros. Esta variedad de métodos que ha sido develada por las autoridades lo que indica es que hay muchas otras formas que han logrado evadir la detección. 

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Ese interminable juego del gato y el ratón entre narcotraficantes y autoridades  se complica con la corrupción, que lleva a acuerdos entre dos facciones que deberían estar en bandos opuestos. Por ejemplo, la corrupción sin freno entre autoridades paraguayas ha permitido el auge del contrabando hacia Brasil, y varios agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense han resultado implicados en narcotráfico en la frontera entre Estados Unidos y México.

Este artículo se publicó originalmente en InSight Crime. Consulta aquí el texto.

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