La escasez global de chips ya se convirtió en una crisis industrial
Ford canceló recientemente turnos en dos plantas de automóviles y dijo que las ganancias podrían verse afectadas por $ 1.000 millones a $ 2.500 millones debido a la escasez de chips. Fotografía: Krystian Nawrocki / Getty Images

Los consumidores se enfrentan al incremento de precios y la escasez de productos como televisiones y celulares hasta autos y consolas de videojuegos, pues la escasez global de semiconductores está creciendo.

La escasez de chips, el “cerebro” de cualquier aparato electrónico en el mundo, ha empeorado paulatinamente desde el año pasado.

Al principio, el problema era tan solo un retraso temporal en los suministros, pues las fábricas cerraron cuando llegó la pandemia de coronavirus.

No obstante, aunque la producción ya volvió a la normalidad, el incremento en la demanda impulsado por el cambio de hábitos gracias a la pandemia significa que la escasez está a punto de convertirse en crisis.

Los fabricantes de autos que invierten en vehículos de mucha tecnología, el boom en la venta de televisores y computadoras personales, y el lanzamiento de nuevas consolas de videojuegos y teléfonos móviles con capacidad 5G ayudaron a incrementar la demanda.

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Incluso la gigante Apple, una compañía de 2 billones de dólares y el comprador más grande de semiconductores que gasta 58 mil millones de dólares anuales, se vio obligada a retrasar el lanzamiento del codiciado iPhone 12 por dos meses debido a la escasez.

“Los chips son todo”, dice Neil Campling, analista de medios y tecnología en Mirabaud. “Hay una tormenta perfecta de factores de oferta y demanda desarrollándose aquí. Pero básicamente, hay un nuevo ritmo de demanda que no se puede seguir, todos están en crisis y eso sólo va a empeorar”.

Ford recientemente canceló turnos en dos plantas de autos y dijo que los ingresos disminuirán hasta 2.5 mil millones de dólares este año por la escasez de chips, mientras que Nissan ya retrasó la producción en sus plantas de México y Estados Unidos. General Motors dijo que podrían enfrentarse a un golpe de 2 mil millones de dólares sobre sus ganancias.

El mes pasado, Sony, que junto a otros fabricantes de consolas ha batallado con la escasez en sus reservas durante el último año, dijo que podrían no cumplir con los objetivos de ventas para el nuevo PS5 este año debido al problema en el suministro de semiconductores. El Xbox de Microsoft predijo que los problemas de suministro continuarán al menos hasta la segunda mitad del año.

No obstante, el ejemplo más revelador de la crisis de semiconductores proviene de Samsung, el segundo comprador de chips más grande del mundo después de Apple. A inicios de semana, la compañía dijo que probablemente tendrían que posponer el lanzamiento de su smartphone de alta gama debido a la escasez, a pesar de que también es el segundo productor de chips más grande del mundo.

“Es increíble que Samsung venda 56 mil millones de dólares en semiconductores a otros, y consuma 36 mil millones de ellos, y encuentre que tal vez tengan que retrasar el lanzamiento de uno de sus productos”, dice Campling.

El coCEO de Samsung, Koh Dong-jin, quien también es el director de la unidad de dispositivos móviles, resaltó un problema significativo al decir que hay un “desequilibrio serio” en la jerarquía de quién obtiene los recursos limitados de los chips.

Los fabricantes de autos, que cancelaron órdenes de chips cuando las ventas cayeron el año pasado, se encontraron en el final de la fila cuando intentaron reordenar cuando se recuperó el mercado. La industria automotriz global compra alrededor 37 mil millones de dólares en chips, pues los nombres más grandes como Toyota y Volkswagen gastan más de 4 mil millones cada uno, por lo que relativamente son pequeños clientes para los distribuidores de semiconductores.

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Los más afectados son los autos porque fueron los últimos en llegar a la fiesta; si Apple gasta 56 mil millones de dólares al año, ¿quién crees que recibirá los primeros suministros?”, dice Campling.

Parece que la escasez de chips continuará por un rato. Puede tomar hasta dos años echar a andar las complejas fábricas que producen los semiconductores, y los fabricantes están en el proceso de incrementar significativamente los precios por segunda ocasión en menos de un año.

“No hay señales que indiquen la regularización de los suministros, mientras tanto, los precios aumentan en la cadena de distribución”, dice Campling. “Esto llegará hasta las personas en la calle. Hay que esperar que los autos cuesten más, y los teléfonos cuesten más. El iPhone de este año no será más barato que el del año pasado.

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