Los cubanos se quedan sin remesas por  sanciones de EU
Foto: Norbert Höldin/Pixabay.com

Por Ed Augustini/The Guardian 

La Habana.- Dayana Medina, una madre cubana de 30 años, tenía que haber recogido el equivalente a 65 dólares que le envió su abuela desde Jacksonville, Florida esta semana.

“No me gusta pedirle dinero, es muy generosa”, dijo tímidamente, y confesó que su abuela a veces vende sus vales de comida para ganar dinero. “Pero no estoy trabajando en estos momentos y no nos podemos mantener con los 62 dólares (mensuales) del salario de doctor de mi esposo”.

Pero es probable que Dayana, su esposo y sus dos hijos se vean obligados a encontrar otra alternativa.

Esta semana, Cuba anunció el cierre de más de 400 oficinas de Western Union en la isla, jugada que afectará a la mayoría de las remesas y empeorará la profunda crisis económica del país.

La decisión se tomó como reacción a las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos: en junio, la administración de Trump añadió a su lista negra a Fincimex, una compañía controlada por el ejército que procesa las remesas para Western Union.  La semana pasada, el departamento fiscal prohibió por completo a las empresas estadounidenses trabajar con Fincimex.

Mike Pompeo, secretario de Estado de EU, dijo que la medida de su gobierno apuntaba a excluir al ejército cubano de las remesas para negar “recursos mal apropiados al régimen”.

La sanción a Fincimex retó al Partido Comunista a cambiar el procesamiento de las remesas de un órgano militar a uno controlado por civiles. Pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba publicó una desafiante declaración donde aseguran que la configuración financiera de la isla es una “decisión soberana”.

Fincimex, argumentan, ha procesado remesas por más de 20 años y durante ese período jamás se ha perdido “un solo centavo”.

Estas son “las medidas más crueles e inhumanas que ha tomado la administración de Trump contra el pueblo cubano hasta ahora”, dijo Ric Herrero, director ejecutivo de Cuba Study Group, un think tank de Washington que lucha por la colaboración con Cuba. “Las remesas familiares son un sustento vital para millones de cubanos, especialmente para los ancianos y otros ciudadanos vulnerables”.

Las remesas, en su mayoría provenientes de cubanoestadounidenses, canalizan más de 3 mil millones de dólares anuales a la debilitada economía de Cuba. Aunque hay poca información sobre el flujo de intercambios de Cuba con el extranjero, es probable que las remesas familiares sean la tercera mayor fuente de ingresos de la isla, después del turismo y la exportación de servicios médicos.

La medida reducirá los ingresos de Gaesa, un opaco conglomerado militar, cuyo papel en la economía cubana ha aumentado en la última década. Pero también dejará al estado con una moneda debilitada para importar medicinas y alimentos. Desde el Covid-19, los cubanos pasan horas haciendo filas para adquirir alimentos básicos como pollo. Muchas medicinas esenciales, que Cuba proporciona con un precio simbólico, están agotadas.

La medida también afectará al incipiente sector privado de la isla.

“Los empresarios utilizan las remesas para adquirir insumos y para invertir, muchísimos tendrán que suspender sus negocios”, dijo Emily Morris, economista del University College London. “Muchas remesas sirven para pagar por servicios que proporcionan otros cubanos, tanto por medio de empresas privadas registradas como por actividades informales. Por lo ello, son una fuente importante de ingresos y empleo”.

El ataque a las remesas fue el último de una serie de movimientos de la administración de Trump para aplastar la economía de la isla. También sancionaron a los buques que cargan petróleo venezolano y atracan en la isla, medida que redujo la producción de alimentos, pues obligó a los agricultores a cultivar los campos con bueyes en lugar de tractores.

Diplomáticos de EU han amenazado a los países de Latinoamérica para que no acepten doctores y enfermeras de Cuba durante la pandemia. Y en los últimos meses, las sanciones han evitado que lleguen respiradores y mascarillas a la isla.

Los analistas están de acuerdo con que tal embestida de sanciones nuevas es, en primer lugar, una estrategia electoral para ganar votos en Florida. Rezagado en las encuestas, probablemente Trump tendrá que ganar en el estado fluctuante más grande (que además aloja a 1.5 millones de cubanoestadounidenses) si quiere vencer. Los resultados de las encuestas indican que Trump goza de un gran apoyo de los cubanoestadounidenses.

“Los consejeros de Trump sobre Cuba creen que al cortar todos los influjos de dinero del país se precipitará un cambio de régimen y también beneficiarán las probabilidades electorales de Trump en el sur de Florida”, dijo Herrero. “Es un asunto completamente asimétrico: se benefician del impulso retórico, y no les importa castigar al pueblo de la isla porque sigue pareciendo que sólo quieren apretar la tuerca”.

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