Escatología: analizar la popó puede ayudar a salvar a las especies en peligro
Un langur en Singapur. Los análisis de las heces han confirmado tres nuevas especies de langures de cola anillada. Foto: Bishnu Sarangi/Pixabay.com

Anne Pinto-Rodrigues/The Guardian

En todo el mundo, conservacionistas, científicos y  voluntarios realizan grandes esfuerzos por la conservación de miles de especies en peligro de extinción.  Para algunos, los esfuerzos no han sido en vano. Según un reporte reciente, los programas de conservación han logrado salvar muchas especies de mamíferos y aves en las últimas décadas.

Pero la información de un gran número de especies y subespecies en peligro es cada vez más escasa y ¿cómo se puede salvar a una especie de la que no se sabe nada?

“Hay muchas especies de las que no tenemos información. Si queremos que se conserven, tenemos que conocer su hábitat, sus preferencias alimentarias, la diversidad genética y la salud de la población, etc.,” dice Rudolf Meier, profesor de la Universidad Nacional de Singapur.

El código de barras del ADN se ha convertido en una herramienta invaluable en la identificación de las especies, la mejor manera de recolectar el ADN todavía es objeto de debate.

La respuesta podría encontrarse en uno de los productos más básicos de la naturaleza, la popó. “En el pasado, teníamos que realizar dos o tres años de investigación de campo para reunir la información más básica de una especie”, dice Meier. “En la actualidad, con el análisis fecal, podemos reunir información más rápido. No sólo podemos extraer el DNA del portador, también aprendemos  sobre su dieta, flora intestinal y carga parasitaria”.

Meier y sus colegas de Singapur, Indonesia y Reino Unido obtuvieron un gran logro con el análisis fecal porque pudieron confirmar tres especies nuevas de langur con bandas.

El langur con bandas Raffles y el langur con bandas del este de Sumatra se consideraban subespecies de la especie de langur Presbytis femoralis. Pero se confirmó que los dos primates del sureste de Asia pertenecen a una especie diferente cada uno, lo que los califica para estar en la lista de las especies en peligro crítico según la lista roja de criterios de la IUCN. Una tercera especie fue identificada, el langur de bandas Robinson, y se considera casi en amenaza.

Los tres langures tienen cuerpos negros y pequeñas variantes en las marcas blancas de su cara, extremidades y abdomen, por lo que siempre se creyó que pertenecían a una misma especie extendida.  Muy rara vez descienden al suelo y son extremadamente tímidos y huidizos, por lo que es difícil monitorearlos y fotografiarlos.

El estudio, ADN fecal al rescate, hace referencia a la dificultad para recolectar especies raras porque “normalmente no es posible ser invasivos y tomar muestras de tejidos frescos”.

“Quedan entonces tres fuentes alternativas de ADN”, dice. “La primera son las especies de museo, pero el número de muestras en los museos tiende a ser más pequeño y muchas se juntaron en el siglo XIX o principios del XX , lo cual refleja la diversidad genética histórica antes de la pérdida extensiva del hábitat. La segunda son las muestras de tejidos que se obtienen de las especies que murieron por ”causas naturales” como accidentes en la carretera. La tercera fuente del material genético son las muestras no invasivas de pelo y heces”.

Las muestras fecales se pueden juntar durante las rondas de rutina pero la labor no es fácil. Son necesarias varias horas de monitoreo en el exterior muchas veces en condiciones severas. Para asegurarse de que el animal no se siente amenazado los investigadores tienen que esperar a que el animal se aleje después de defecar antes de poder aproximarse a las heces”.

Andie Ang, científica investigadora de Wildlife Reserves Singapore Conservation Fund, y una de las autoras del estudio agrega: “Es difícil encontrar los desechos del langur en la tierra porque su color café es muy similar al de la tierra. Algunas veces, cuando defeca, la popó choca  al caer con una rama o sus hojas y se extiende por todo el suelo. Entonces tenemos que buscar pedazos muy pequeños. Son muy difíciles de detectar.

“Algunas veces las heces expiden suficiente olor y las encontramos. A veces buscamos moscas o escarabajos carroñeros.¡Nos invade la euforia cuando encontramos una buena muestra fecal!”

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El recientemente clasificado langur de bandas Robinson está casi en amenaza de extinción. Foto: Andie Ang.

A pesar de las complicaciones, lo bueno de las muestras fecales es que no son invasivas ni se necesita capturar al animal. A diferencia de las muestras de sangre o de los clips en las orejas, no se molesta ni se estresa a los animales.

Para realizar el estudio, se extrajo el ADN de las muestras fecales de langur utilizando kits comerciales, y el material genético se envió a una facilidad externa para darle seguimiento. Los datos obtenidos consistían en una minúscula cantidad de ADN de mono, junto con el ADN de la comida que se había ingerido, ADN de parásitos y una enorme cantidad de ADN de bacterias.

Amrita Srivathsan, investigadora de la Universidad Nacional de Singapur y una de las autoras del estudio dice. “Aislamos las secuencias del ADN del langur utilizando bioinformática y se reconstruyeron los genomas mitocondriales”.

Srivathsan dice: “Mis sentimientos sobre la confirmación de las tres especies distintas de langures se mezclaron. Sus poblaciones son pequeñas y están fragmentadas, lo cual es muy preocupante. Pero al menos se puede trabajar urgentemente para su conservación”.

“La información de los análisis fecales es vital para entender la ecología de la especie. Ayudará a crear estrategias de conservación dirigidas”, agrega.

En Singapur sólo quedan cerca de 60 individuos del langur de bandas Raffles (Presbytis femoralis) en una parte de bosque restringido. A lo largo del estrecho de Johor, en el sur de la península de Malasia, la población también está disminuyendo a causa del impacto de las plantaciones de palma y quedan entre 250 y 300 individuos.

El langur con bandas del este de Sumatra (Presbytis percura),  que se encuentra en la provincia de Riau en Indonesia, ha perdido enormes porciones de su hábitat a causa de la deforestación y las plantaciones privadas. Hay pequeños grupos de primates en diferentes partes de las plantaciones tradicionales de hule, en donde todavía encuentran vegetación natural. Rizaldi, un primatólogo de la Universidad Mandalas del oeste de Sumatra y otro de los autores del estudio dice “Ya que no contamos con suficiente información sobre esta especie, no se considera una especie protegida en Indonesia. Nuestro trabajo para describir la especie es un paso crucial para su conservación”.

Tiene la esperanza de que una nueva valoración de la IUCN ayude a conseguir el apoyo local e internacional para la protección de la especie. “No podemos darnos el lujo de esperar”, dice.

Nadine Ruppert, directora del Laboratorio de Investigación y Coinservación de Primates en la Universidad Sains Malaysia en Penang dice: “Ahora que sabemos más de la distribución de las fronteras y los tamaños relativos de la población de las tres especies, se pueden diseñar planes de acción específicos para la conservación de cada especie en su respectivo hábitat”.

Meier, otro de los autores del estudio, considera que no se utiliza lo suficiente el análisis fecal y nos gustaría que esto cambiara. “Por mucho que hagamos bromas sobre la “ciencia de mierda” en el laboratorio, hay mucha información biológica en los desechos animales”, dice.

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