Senadores republicanos detienen propuesta de ley sobre derechos electorales en EU
Un activista sostiene un volante interrogando al senador Joe Manchin en Capitol Hill el martes. Foto: Allison Bailey / Rex / Shutterstock

Tras casi seis meses de observar a los republicanos obstaculizar implacablemente el voto en Estados Unidos, los demócratas sufrieron un importante golpe el martes después de que senadores republicanos utilizaron una maniobra legislativa para detener una arrasadora propuesta de ley de derechos y ética electoral.

La votación no acabará con la ley, pero marca uno de los retrocesos más significativos de la presidencia de Joe Biden hasta ahora. Los demócratas anunciaron a esta ley como su prioridad número uno, aún sabiendo que era poco probable obtener votos republicanos por ella. La propuesta representaría la ampliación más significativa del derecho a votar en generaciones, pues considera el voto temprano, los registros automáticos y de “mismo día”, y a la vez se prohibe la manipulación excesiva de los límites distritales electorales, proceso frecuentemente conocido como gerrymandering.

No fue un resultado inesperado. Los demócratas controlan tan solo 50 puestos en el Senado, y una regla de procedimiento, el filibuster o discurso obstruccionista, bloqueó el paso de una ley al debate general a menos que tenga 60 votos. Un puñado de senadores demócratas, notablemente Joe Manchin de Virginia Occidental y Krysten Sinema de Arizona, defendieron la conservación del filibuster, pues según ellos ayuda a asegurar que el partido minoritario exprese su opinión. Pero aunque la regla permanezca, los demócratas virtualmente no tendrán oportunidad para aprobar la legislación de derechos electorales.

Los senadores demócratas están en un embrollo de crecientes preocupaciones de que sus colegas, quienes controlan tanto el Congreso como la Casa Blanca, no sean capaces de utilizar su poder para detener lo que muchos expertos ven como una movida abiertamente antidemocrática de los republicanos en todo el país para dificultar el voto después de una elección donde hubo un récord de participación, incluyendo aumentos entre los votantes negros, asiaticoamericanos e hispánicos.

Los republicanos han utilizado sus mayorías partidarias en los congresos estatales en todo el país para aprobar estas medidas, y de cualquier modo han acusado a los demócratas de actuar con intenciones partidistas para aprobar reformas electorales.

Raphael Warnock, un senador demócrata de Georgia, criticó con dureza a sus colegas republicanos por rehusarse a siquiera permitir una votación sobre la propuesta en el pleno del Senado.

“Seguramente, algunos de mis amigos republicanos creen, como mínimo, que en esta cámara, deberíamos ser capaces de debatir sobre derechos electorales”, señaló. “Los derechos electorales son preservadores de todos los demás derechos. Y ¿qué sería más hipócrita y cínico que invocar los derechos minoritarios en el Senado como un pretexto para prevenir el debate sobre cómo preservar los derechos de las minorías en la sociedad?”.

La votación del martes para permitir el debate de la propuesta fue ampliamente considerada como una maniobra para presionar a los republicanos para tomar una postura pública sobre la ley y para presionar a los demócratas moderados, incluyendo a Manchin y Sinema, para tomar una postura.

En un comunicado algunas horas antes de la votación, la Casa Blanca ofreció una valoración contundente sobre el ataque a los derechos electorales en todo Estados Unidos. “La democracia está en peligro”, decía, exhortando a los senadores a apoyar la propuesta.

“Esto pone en marcha la siguiente fase de la lucha”, aseguró Tiffany Muller, presidenta de End Citizens United and Let America Vote, un grupo que organizó una campaña de 30 millones de dólares para apoyar la propuesta. “Si el tuviera una moneda por cada ocasión en que alguien escribiera que ‘esta ley está muerta’, tendría suficiente dinero para financiar una campaña entera. Las personas llevan todo el año descartando esta propuesta y estos esfuerzos, y no ven lo que en realidad sucede en todo el país”.

Nsé Ufot, CEO de New Georgia Project, una organización de Georgia que lleva años trabajando para movilizar a los electores del estado, solicitó a la Casa Blanca incrementar los esfuerzos para presionar a los senadores que se oponen a la ley.

“¿Dónde está la lucha?”, cuestionó. “Entiendo que en la Cámara alta hay un enfoque sobre el compañerismo… (pero) el compañerismo a costas de realmente hacer las cosas, el compañerismo a costas de preservar la capacidad de los estadounidenses para participar en nuestras elecciones, parece una mala decisión”.

No está claro cómo será el camino de ahora en adelante. La semana pasada, Manchin publicó una propuesta de compromiso que mantenía algunas de las partes más importantes de la propuesta (incluyendo hacer que el día de las elecciones sea un día festivo nacional, requerir dos semanas de voto temprano, permitir el registro automático en las oficinas de tránsito, y exigir que los estados notifiquen con siete días de antelación sobre cualquier cambio en la sede de las casillas). No obstante, la propuesta no incluye un requisito de identificación electoral, lo que permite purgas de electores masivas, y no requiere que los estados creen comisiones independientes de redefinición de distritos, que los reformistas consideran el estándar de oro para frenar el gerrymandering excesivo.

Manchin terminó votando por los demócratas el martes para proseguir con la propuesta, una buena señal para los defensores que señala aún más el obstruccionismo republicano.

“Estos cambios razonables promovieron a la propuesta hasta un sitio valioso para debatir en el pleno del Senado”, declaró Manchin en un comunicado. “Desafortunadamente, mis colegas republicanos se rehusaron a permitir el debate sobre esta legislación a pesar de los razonables cambios hechos para enfocar esta propuesta en los grandes problemas que acechan a nuestra democracia”. 

Es poco probable que los republicanos acepten la propuesta de Manchin. Y aunque Barack Obama la respaldó el lunes, más de 20 grupos activistas por los derechos civiles, incluyendo a NAACP Legal Defense Fund y Black Voters Matter, dijeron que la propuesta es inadecuada.

“La postura del senador Manchin fracasa en abordar adecuadamente las más de 400 medidas de supresión electoral que se están aplicando en el país”, escribieron en un comunicado en conjunto. “Lo más dañino es su rechazo de las protecciones para electores previamente encarcelados y para aquellos impactados por la justicia; para electores con discapacidades; para electores negros y marginados en más de una forma. No hay indicadores de que las conversaciones reportadas del senador Manchin con los conservadores hayan logrado asegurar el apoyo republicano para cualquiera de los elementos centrales de la legislación que es decepcionante para muchos activistas que luchan por la aprobación de la propuesta”.

Los senadores demócratas planean albergar una serie de audiencias públicas sobre los derechos electorales en Georgia y otros lados durante los próximos meses para continuar señalando la supresión electoral. Biden también prometió más acciones el martes por la tarde.

“Esto está lejos de acabar, muy lejos. He trabajado en esto durante toda mi carrera, y aumentaremos los esfuerzos para salir avante de nuevo, para las personas, para nuestra democracia misma”, escribió en un comunicado.

Tampoco queda claro cómo planean los demócratas superar el filibuster. Machin ha sido insistente sobre su compromiso con la regla, aunque en privado ha dejado abierta la puerta para disminuir el umbral de votos necesarios para superar un filibuster. Sinema, otra ferviente defensora del procedimiento, también escribió una carta abierta en el Washington Post durante la tarde del lunes, diciendo que estaba comprometida a mantenerlo.

Muller señaló el receso del senado en agosto como la fecha límite para aprobar la ley, cuando muchos estados se dispongan a diseñar los distritos electorales para la próxima década. Los republicanos controlan el proceso de redefinición de distritos en muchos estados, y sin las garantías antimanipulación de la propuesta, los legisladores serían capaces de manipular los distritos para darles una ventaja significativa en las próximas elecciones.

Literalmente estamos contemplando esta desvirtuación directa de nuestra democracia. Y si lo dejamos pasar, me preocupa mucho el futuro de la misma”, confesó.

Casi 500 legisladores estatales escribieron a los líderes del senado este martes para rogar por la aprobación de la ley.

“Hemos intentado una y otra vez cooperar con nuestros colegas republicanos para establecer políticas que expandan con seguridad el acceso al voto, pero ellos simplemente se rehúsan a actuar de buena fe”, escribieron. “Se nos acabaron las opciones. Necesitamos su ayuda”.

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